por Roque Dom Abr 14, 2024 3:59 am
Capítulo IV-Cibeles
A Cibeles, mujer de Saturno, han dado los poetas varios nombres, que han tomado de las montañas de Frigia en donde más principalmente se la veneraba y que son «Dindimena, Berecinthia é Ida». Tambien era nombrada Magna-Mater por ser la madre de los dioses de primera categoría, como asi mismo «Ops y Tellus (Tierra)»; porque así como su marido presidia en el cielo, ella presidia en la tierra y procuraba socorros á los mortales. Representábanla sentada en tierra y con un tamboril en la mano y algunos animales á su lado; otras veces en un carro, del que tiraban leones, con una corona de murallas y torres ó bien de ramaje, llevando en la mano una llave en señal de que en invierno encierra la vegetacion y en la primavera la abre con mano liberal. Los sacerdotes de Cibeles se llamaban «Dáctilos», que significa «dedos»; por ser su número diez, el mismo que el de los dedos. Celebraban estos sacerdotes las fiestas de su diosa con gritos confusos, tamboriles y pífanos. Algunos la han denominado Vesta, por lo que muchos eruditos han creido que habia dos Vestas, y aun hay otra tercera más moderna que presidia al fuego. Numa Pompilio, Rey de Roma, le consagró un altar, y ordenó que jóvenes doncellas que se llamaron «Vestales», cuidasen de tener en él siempre fuego encendido. Considerábase el que se apagase como una gran desgracia, y si sucedia por descuido de las Vestales, eran éstas severamente castigadas. Renovábase el fuego en marzo, y solo debia encenderse por medio de los rayos del sol.
FERNAN CABALLERO
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