Persiguiendo los pasos de una taza de café
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Persiguiendo los pasos de una taza de café
Persiguiendo los pasos de una taza de café
Salgo a caminar por las noches con la intención de encontrarte, sé que te puedo ver en cualquier lugar, desde una pared en blanco hasta en los pasos de una taza de café. Y también hay lugares donde nunca te quisiera encontrar, como en el aparador de una boutique de vestidos de novia, y eso es porque no soy tan bueno con las mentiras como para engañarme a mí mismo y hacerme creer que estarías ahí por mí.
De todos esos lugares donde el tono de un color o una letra de tu nombre me llevan a ti, elegí una calle donde un semáforo tiene cuatro colores que cambian con las estaciones del año. Nunca me he atrevido a cruzar esa calle porque justo ahí los carros se convierten en trenes y los trenes en murallas y las murallas en densa neblina. Después de esperar por un largo tiempo, lamentablemente ya se me fue de la mente lo que había del otro lado de la calle, y se me olvido que es lo que podría perder al cruzar o no cruzar.
Y en unos de esos momentos sin que te piense, sin que te recuerde, sin que te espere, quiero que me sorprendas por la espalda, que me abraces y con tu mano me señales el otro lado de la calle, que me digas con tus labios muy pegados a mi oído que son ilusiones lo único que somos y lo único que puedo perder, y de repente, y poco a poco voy distinguiendo nuestros reflejos sentados en una banca de madera, unidos en un beso como si estuvieran esculpidos de una sola piedra, intocables por el tiempo como si fueran raíces descobijando el pavimento.
Autor: Rubén Vázquez Charolet
Salgo a caminar por las noches con la intención de encontrarte, sé que te puedo ver en cualquier lugar, desde una pared en blanco hasta en los pasos de una taza de café. Y también hay lugares donde nunca te quisiera encontrar, como en el aparador de una boutique de vestidos de novia, y eso es porque no soy tan bueno con las mentiras como para engañarme a mí mismo y hacerme creer que estarías ahí por mí.
De todos esos lugares donde el tono de un color o una letra de tu nombre me llevan a ti, elegí una calle donde un semáforo tiene cuatro colores que cambian con las estaciones del año. Nunca me he atrevido a cruzar esa calle porque justo ahí los carros se convierten en trenes y los trenes en murallas y las murallas en densa neblina. Después de esperar por un largo tiempo, lamentablemente ya se me fue de la mente lo que había del otro lado de la calle, y se me olvido que es lo que podría perder al cruzar o no cruzar.
Y en unos de esos momentos sin que te piense, sin que te recuerde, sin que te espere, quiero que me sorprendas por la espalda, que me abraces y con tu mano me señales el otro lado de la calle, que me digas con tus labios muy pegados a mi oído que son ilusiones lo único que somos y lo único que puedo perder, y de repente, y poco a poco voy distinguiendo nuestros reflejos sentados en una banca de madera, unidos en un beso como si estuvieran esculpidos de una sola piedra, intocables por el tiempo como si fueran raíces descobijando el pavimento.
Autor: Rubén Vázquez Charolet
Roana Varela- Moderadora
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Re: Persiguiendo los pasos de una taza de café
Rosko poneme música por favor, no olvides que eres tú el moderador.
Última edición por Roana Varela el Dom Oct 01, 2023 11:16 pm, editado 1 vez
Roana Varela- Moderadora
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