25 de junio de 1889. -Carta de Vincent Van Gogh
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25 de junio de 1889. -Carta de Vincent Van Gogh
5 de julio de 1889.
Aquí vivo sobriamente, porque tengo la posibilidad de hacerlo; antes bebía, porque de otra manera no sabía qué más hacer. ¡En fin, esto me es igual!... La sobriedad muy calculada - es cierto - lleva sin embargo a un estado de ánimo en el cual el pensamiento, si huye, huye sin interrupciones. En fin, es una diferencia como pintar gris o coloreado. Voy, en efecto, a pintar más gris.
Me he divertido mucho ayer leyendo Medida por medida. Después he leído Enrique VIII, donde hay pasajes tan bellos, como, por ejemplo, aquel de Bueckingham y las palabras de Wolsey después de su caída.
Veo que tengo la oportunidad de poder leer o releer esto a mis anchas, y después espero leer por fin Homero.
Afuera, las cigarras cantan desgañitándose, un grito estridente, diez veces más fuerte que el de los grillos, y la hierba quemada adquiere hermosos tonos de oro viejo. Las bellas ciudades del Mediodía están tan muertas como nuestras ciudades a lo largo del Zuyderzee, antes animadas. A pesar de la caída y la decadencia de las cosas, las cigarras, admiradas por el bueno de Sócrates, perduraron. Y aquí en verdad cantan todavía el antiguo griego.
¡Qué historia esta venta Sécretan!... Siempre me causa placer esto de que los Millet se mantengan. Pero me gustaría que hubiera más reproducciones buenas de Millet, para que el pueblo se enterara.
Durante muchos días he estado absolutamente extraviado como en Arlés, tanto si no peor, y es de presumir que estas crisis se irán repitiendo; es abominable. Llevo ya cuatro días sin poder comer, tengo la garganta inflamada. Si te cuento estos detalles, supongo que no es porque me guste quejarme, sino para probarte que no estoy en estado de ir a París o a Pont Aven, a menos que fuera a Charenton. Esta nueva crisis, mi querido hermano, me tomó en pleno campo, y cuando estaba pintando, un día de viento. Te enviaré la tela que he terminado a pesar de eso. Y precisamente era un ensayo más sobrio, de color mate sin apariencia, verdes quebrados, rojos y amarillos ferruginosos de ocre, tal como te decía que por momentos sentía el anhelo de recomenzar con una paleta como la del norte.
Aquí vivo sobriamente, porque tengo la posibilidad de hacerlo; antes bebía, porque de otra manera no sabía qué más hacer. ¡En fin, esto me es igual!... La sobriedad muy calculada - es cierto - lleva sin embargo a un estado de ánimo en el cual el pensamiento, si huye, huye sin interrupciones. En fin, es una diferencia como pintar gris o coloreado. Voy, en efecto, a pintar más gris.
Me he divertido mucho ayer leyendo Medida por medida. Después he leído Enrique VIII, donde hay pasajes tan bellos, como, por ejemplo, aquel de Bueckingham y las palabras de Wolsey después de su caída.
Veo que tengo la oportunidad de poder leer o releer esto a mis anchas, y después espero leer por fin Homero.
Afuera, las cigarras cantan desgañitándose, un grito estridente, diez veces más fuerte que el de los grillos, y la hierba quemada adquiere hermosos tonos de oro viejo. Las bellas ciudades del Mediodía están tan muertas como nuestras ciudades a lo largo del Zuyderzee, antes animadas. A pesar de la caída y la decadencia de las cosas, las cigarras, admiradas por el bueno de Sócrates, perduraron. Y aquí en verdad cantan todavía el antiguo griego.
¡Qué historia esta venta Sécretan!... Siempre me causa placer esto de que los Millet se mantengan. Pero me gustaría que hubiera más reproducciones buenas de Millet, para que el pueblo se enterara.
Durante muchos días he estado absolutamente extraviado como en Arlés, tanto si no peor, y es de presumir que estas crisis se irán repitiendo; es abominable. Llevo ya cuatro días sin poder comer, tengo la garganta inflamada. Si te cuento estos detalles, supongo que no es porque me guste quejarme, sino para probarte que no estoy en estado de ir a París o a Pont Aven, a menos que fuera a Charenton. Esta nueva crisis, mi querido hermano, me tomó en pleno campo, y cuando estaba pintando, un día de viento. Te enviaré la tela que he terminado a pesar de eso. Y precisamente era un ensayo más sobrio, de color mate sin apariencia, verdes quebrados, rojos y amarillos ferruginosos de ocre, tal como te decía que por momentos sentía el anhelo de recomenzar con una paleta como la del norte.
Rosko- Moderador Musical
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Roni Lescano- Cantidad de envíos : 1545
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