Los trabajos de Hércules
Subido que hubo Eristeo al trono, é instigado por la rencorosa Juno, abusó del poder que sobre Hércules le había alcanzado aquélla, condenándole á unos trabajos tales, que han llegado á ser proverbiales. La opinión más general es que fueron doce los que efectuó Hércules, y le valieron la fama que tuvo. —Fueron los siguientes: 1. Mató al invulnerable león de Nemea, ahogándole entre sus brazos y desde entonces llevó siempre su piel sobre los hombros y su melena le sirvió de gorro. 2. Mató á la hidra de Lerna, que, como sabeis, tenia siete cabezas que se reproducían; pero Hércules no se anduvo con chiquitas, sino que le cortó las siete de un tajo. 3. Cogió vivo, y se lo trajo á Euristeo, á un formidable jabalí que tenia su guarida en el monte Erimanto. 4. Mató, después de correr un año tras de ella, á una cierva que tenia pies de acero y cuernos de oro. 5. Echó de Arcadia á unos pájaros terribles que todo lo despedazaban con sus garras y sus picos. 6. Venció á las valientes amazonas cerca del rio Termodonte. 7. Venció y mató á dos terribles tiranos, Busiris y Diómedes, que hacían perecer á cuantos pasaban por sus estados. 8. Venció y mató á Gerion, Rey de España, que tenia tres cuerpos, lo que significa, niños míos, que había varios Geriones. El que mató Hércules fué el que era jefe de las tribus que poblaban á Galicia. La torre del faro de la Coruña, llamada de Hércules, dicen que se levantó en el sitio del combate referido. 9. Limpió las cuadras de Augías, Rey de Elide, que contenían tres mil bueyes, y había treinta años que no se aseaban, lo que llevó á cabo sacando de su cauce al rio Alfeo y haciéndolo correr por las cuadras. 10. Domó al toro bravo que, para castigo de Grecia, había creado Neptuno. 11. Adormeciendo al fiero dragón que las guardaba, robó las manzanas de oro del jardín de las Hespérides. Eran éstas el fruto de unos árboles que regaló Juno á Júpiter cuando se casaron; el cual las colocó en el jardín de las Hespérides bajo la custodia de ese fiero dragón, hijo de Echidna y de Tifon, como ya sabéis 12. Bajó á los infiernos y se trajo al Can Cerbero, y de camino á su amigo Teseo, á quien encontró allí. Después que hubo felizmente dado cima á estos trabajos, anduvo Hércules por el mundo haciendo otras muchas hazañas. Libertó á Italia de Caco, famoso ladrón y protector de ladrones, hijo de Vulcano; rompió las cadenas que sujetaban á Prometeo sobre el monte Caúcaso. Venció en combate singular á Anteo, hijo de la Tierra. Castigó con muerte á Lico que había usurpado su trono y matado á Creón, su suegro. Dió paso al Océano para que formase el mar Mediterráneo, que divide la Europa del África, separando la montaña Calpe y la montaña Abila, y abriendo así el estrecho de Gibraltar, y en ambas montañas escribió el famoso «Non plus ultra» sobre unas columnas que allí levantó. Tuvo muchas mujeres, entre ellas las cincuenta hijas de Testio, Rey de Etolia, con las que se casó á la par. —La última fué Deyanira, hija de Oenéo, Rey de Calydonia. El centauro Neso se la quiso robar, pero Hércules le mató con una flecha envenenada, por haberla impregnado en sangre de la hidra. — Neso antes de morir dió á Deyanira la túnica que llevaba empapada en sangre, diciéndole que si su marido se la ponía le seria siempre fiel, y en una ocasión en que ella tuvo celos de Iole, hija de Euristeo, le mandó á Hércules la túnica de regalo. —Él se la puso, y al punto el veneno empezó á hacer efecto; se la quiso quitar, pero estaba adherida á sus carnes. Entonces, y con los más crueles dolores, erigió una pira, sobre la que se tendió, mandando á su amigo Filoctetes que le prendiese fuego. Júpiter entonces se le trajo al Olimpo, en el que, no habiendo perdido su afición al matrimonio, se casó con Hébe. Su arma habitual era una enorme maza de leña de olivo (que también se llama clava), que cuando subió al Olimpo clavó en tierra y se hizo un hermoso olivo. Dicen que Hércules cuando bajó al infierno iba coronado de álamo blanco, cuyas hojas se tiñeron por su lado exterior de negro por el humo que allí había, por eso son por un lado blancas y por el otro negras.
FERNAN CABALLERO
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