En la Playa-Relato Erótico 2

Tú aunque con tu cabeza primero me dices un no rotundo, luego cumples mis deseos. Dejas entrever una lencería que le quitaría el aliento a un muerto, roja pasión de encaje, ajustada porque es una talla menos de lo que realmente deberías llevar, pero tu cuerpo me cuenta un secreto y es que al ser tan bonito se lo puede permitir, algo que no muchas mujeres pueden decir. Me acerco, te miro, te toco y gimes bajito y lento, como a mí me gusta.

Me peleo con el cierre de tu sujetador y mis manos de pianista luchan por desabrocharlo como si de una caja fuerte se tratara, es normal, encierran un secreto, uno que deseo develar a punta de besos y caricias. Como no puedo desabrocharlo a causa de la excitación y de tus temblores de piernas, decido reventarlo, partirlo, romperlo con la fuerza que saco de mis brazos, definidos y marcados como a ti te gustan. Al escuchar y sentir como rompo tu sujetador te excitas más y más y lo mismo hago con tu sostén, ya enfadado con él que privan tanto a tus suaves, tersos senos de mi boca, junto a tu sexo, húmedo, impaciente y deseoso de que le cuente secretos muy de cerca, con mi lengua.

Tu excitación crece y llega el punto en el que ni tú ni yo podemos volver atrás, estás tan caliente que tiemblas entera, pero quiero entretenerme con tus ansias, mi lado sado se asoma y voy a hacer que me supliques que te penetre, porque primero vienen los preliminares, esos juegos tan largos que te llevan al estado en el que pierdes por completo toda consciencia de donde estás y de quién eres. Ese momento en el que estás completamente en mis manos y puedo hacer contigo lo que yo quiera. Sabes muy bien que me excita sentirme poderoso.

Martín Bogdan

Presente. Gracias por compartir esta poesía respetable poeta, saludo fraternal desde la montaña.