La anciana mendiga Cuento budista
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EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Foro Tintero Creativo-Declamación-Cuentos-Poesía
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La anciana mendiga Cuento budista
En la época de Buda vivió una anciana mendiga
llamada "Confiar en la Alegría".
Esta mujer observaba como reyes, príncipes
y demás personas hacían ofrendas a Buda
y sus discípulos, y nada le habría gustado
más que poder hacer ella lo mismo.
Así pues, salió a mendigar, y después de
un día entero sólo había conseguido una
monedita.
Fue al vendedor de aceite para comprarle un
poco, pero el hombre le dijo que con tan poco
dinero no podía comprar nada.
Sin embargo, al saber que quería el aceite
para ofrecérselo a Buda, se compadeció de
ella y le dio lo que quería La anciana fue
con el aceite al monasterio y allí encendió
una lamparilla, que depositó delante de Buda
mientras le expresaba este deseo: –No puedo
ofrecerte nada más que esta minúscula lámpara.
Pero, por la gracia de esta ofrenda, en el
futuro sea yo bendecida con la lámpara de
la sabiduría.
Pueda yo liberar a todos los seres de sus
tinieblas.
Pueda purificar todos sus oscurecimientos
y conducirlos a la iluminación.
A lo largo de la noche se agotó el aceite
de todas las demás lamparillas, pero la de
la anciana mendiga aún seguía ardiendo al
amanecer cuando llegó el discípulo de Buda,
para retirarlas.
Al ver que aquella todavía estaba encendida,
llena de aceite y con una mecha nueva, pensó:
No hay motivo para que esta lámpara permanezca
encendida durante el día, y trató de apagarla
de un soplido.
Pero la lámpara continuó encendida.
Trató de apagarla con los dedos, pero siguió
brillando.
Trató de extinguirla con su túnica, pero
aun así siguió ardiendo.
Buda, que había estado contemplando la escena,
le dijo: –¿Quieres apagar esa lámpara?
No podrás.
No podrías ni siquiera moverla, y mucho menos
apagarla.
Si derramaras toda el agua del océano sobre
ella, no se apagaría.
El agua de todos los ríos y lagos del mundo
no bastaría para extinguirla. –¿Por qué
no?
Preguntó el discípulo
–Porque esta lámpara fue ofrecida con devoción
y con pureza de mente y corazón.
Y esa motivación la ha hecho enormemente
beneficiosa.
Cuando Buda terminó de hablar, la mujer se
le acercó, y él profetizó que en el futuro
llegaría a convertirse en un buda perfecto
llamado ―Luz de la lámpara.
Así pues, es nuestra motivación, ya sea
buena o mala, la que determina el fruto de
nuestros actos.
- "Toda la dicha que hay en este mundo.
Toda proviene de desear que los demás sean
felices; Y todo el sufrimiento que hay en
este mundo.
Todo proviene de desear ser feliz yo.
Puesto que la ley del karma es inevitable
e infalible, cada vez que perjudicamos a otros
nos perjudicamos directamente a nosotros mismos,
y cada vez que les proporcionamos felicidad,
nos proporcionamos a nosotros mismos felicidad
futura.
sabra- Admin
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