DUENDE DEL MEDIODÍA

DUENDE DEL MEDIODÍA

Escribo cien sonetos en un día,
y en otros, uno solo. Me pregunto
qué ángel de labor viájame, junto
a tanto desbordar, tanta alegría;

y se suma en el cauce y en la ría
el cardumen de savia, y surge al punto
un barco de emoción; qué raro asunto
es esto de escribir, y en agonía;

porque muriendo vamos, sin premura
y con una total desenvoltura.
aunque rujan los púdicos oídos;

tal vez el sol, el sol en su plomada,
que transformado en duende, transformada
deja una sensación en mis latidos.



CARLOS MARCELO CONSTANZO