Cartas a José Martí .De su madre Leonor Pérez Cabrera 3
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Cartas a José Martí .De su madre Leonor Pérez Cabrera 3
Cartas a José Martí
De su madre Leonor Pérez Cabrera
Carta #3
Fragmentos
[La Habana, julio de 1881]
Dime Pepe si has tenido carta de Mercado, hace poco, y si viven en la misma casa, pues hace tiempo que nada sé y tengo que escribirle para saber si ha podido cumplir lo que me prometió con los restos de esa hija de mis entrañas que guarda esa tierra hace 6 años y medio. ¡Ay! hijo, tus penas por graves que sean pueden tener remedio un día, pero estas que no lo tienen jamás son las que nos parten el alma, y nos dan valor para sufrir todas las demás. Quisiera escribirte mucho, pero algo que te consolara y me es imposible, sólo te diré que en la separación de tu hijito, te sirva de consuelo saber que tiene una naturaleza tan sana y está tan hermoso que no siendo una desgracia no debes temer por él y en el Príncipe dicen que hay buen temperamento, allí estará bien, pues las cosas de familia pasan pronto, y déjalos quietos hasta que Dios te mande alguna idea salvadora y se acaben tantas penas, esto es lo que constantemente le pido, pues no veo la salvación en otro lado.
De acá nada nuevo te puedo decir, siempre lo mismo y con lo mismo. Amelia y Antonia están tranquilas y sin ningún compromiso gracias a Dios, pero Carmen siempre en su capricho, él ha vuelto a solicitar la entrada fiado en que ahora trabaja, con partido en la casa de su hermano, ya ha comprado algunas cosas y dice que para diciembre se casa; yo ya no tengo nada más que decirle, y visto su resolución de ella y lo desmejorada que se ha puesto, lo he dejado entrar y que siga su destino aunque contra mi voluntad, pues ya ella no es una chiquilla ya tiene pronto 24 años y desde los 9 tiene una vida de fatiga, está delicada y ya hasta deseo que varíe su existencia, lo demás Dios lo hará pues la felicidad es cosa tan rara que si bien no se encuentra en la calle y la ventana como tú dices, tampoco creo que se encuentre en los salones, y aunque así fuese son tan pocos los que ellas frecuentan que no les hará daño.
Tu padre siempre con mucho espíritu y pocas fuerzas; yo llena ya de achaques de la vejez que se aproxima; de Chata no te digo nada, pues Manuel debe escribirte.
Cuídate mucho no aumentes más mis penas, y recibe fuerte abrazo con la bendición de tu madre
Leonor
De su madre Leonor Pérez Cabrera
Carta #3
Fragmentos
[La Habana, julio de 1881]
Dime Pepe si has tenido carta de Mercado, hace poco, y si viven en la misma casa, pues hace tiempo que nada sé y tengo que escribirle para saber si ha podido cumplir lo que me prometió con los restos de esa hija de mis entrañas que guarda esa tierra hace 6 años y medio. ¡Ay! hijo, tus penas por graves que sean pueden tener remedio un día, pero estas que no lo tienen jamás son las que nos parten el alma, y nos dan valor para sufrir todas las demás. Quisiera escribirte mucho, pero algo que te consolara y me es imposible, sólo te diré que en la separación de tu hijito, te sirva de consuelo saber que tiene una naturaleza tan sana y está tan hermoso que no siendo una desgracia no debes temer por él y en el Príncipe dicen que hay buen temperamento, allí estará bien, pues las cosas de familia pasan pronto, y déjalos quietos hasta que Dios te mande alguna idea salvadora y se acaben tantas penas, esto es lo que constantemente le pido, pues no veo la salvación en otro lado.
De acá nada nuevo te puedo decir, siempre lo mismo y con lo mismo. Amelia y Antonia están tranquilas y sin ningún compromiso gracias a Dios, pero Carmen siempre en su capricho, él ha vuelto a solicitar la entrada fiado en que ahora trabaja, con partido en la casa de su hermano, ya ha comprado algunas cosas y dice que para diciembre se casa; yo ya no tengo nada más que decirle, y visto su resolución de ella y lo desmejorada que se ha puesto, lo he dejado entrar y que siga su destino aunque contra mi voluntad, pues ya ella no es una chiquilla ya tiene pronto 24 años y desde los 9 tiene una vida de fatiga, está delicada y ya hasta deseo que varíe su existencia, lo demás Dios lo hará pues la felicidad es cosa tan rara que si bien no se encuentra en la calle y la ventana como tú dices, tampoco creo que se encuentre en los salones, y aunque así fuese son tan pocos los que ellas frecuentan que no les hará daño.
Tu padre siempre con mucho espíritu y pocas fuerzas; yo llena ya de achaques de la vejez que se aproxima; de Chata no te digo nada, pues Manuel debe escribirte.
Cuídate mucho no aumentes más mis penas, y recibe fuerte abrazo con la bendición de tu madre
Leonor
ENIGMA- Cantidad de envíos : 686
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Arjona Dalila Rosa- Cantidad de envíos : 1230
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