Cartas a José Martí. De su madre Leonor Pérez Cabrera 2
3 participantes
Cartas a José Martí. De su madre Leonor Pérez Cabrera 2
Cartas a José Martí
De su madre Leonor Pérez Cabrera
Carta #2
Habana, 19 de agosto [1881]
Hijo mío:
Todavía bajo la sorpresa que tu carta me causó, te escribo, pues si bien pensé siempre que allí nunca harías nada por lo que de esas tierras he oído, de la guerra civil en que siempre están, no lo esperaba tan violento.
Doy gracias a Dios que te ha librado de tantos peligros, y como yo creo en su Santa madre a ella creí deberlo todo por lo mucho que por ti le ruego, y me conforma más que estés ahí, pues así no pasarán 2 y 3 meses sin saber de ti, como ha pasado ahora, por las tuyas comprendo que no recibiste las que te he escrito hace más de un mes, con la noticia de la ida de Carmen al Príncipe; pero ya por las de Manuel te habrás enterado de su resolución antes de saber tu voluntad, pues ella dice no necesita consejos de nadie, que tiene bastante talento para saber lo que hace. Yo sabía el golpe que esto sería para tí, pero nada podía hacer, y ya consumado este viaje por su gusto, creo no debes precipitar su regreso a esa hasta que estés enteramente tranquilo y tengas trabajo seguro, pues ella no es para penalidades, aquí raro era el día que no necesitaba médico y gracias a que lo tenía con facilidad, porque el de los fosos es buena persona y venía al momento que lo llamaba, esto no es echarte en cara su naturaleza débil, pero sí decirte que no es mujer para penalidades ni para vivir con pocos recursos y creo harás bien en dejarla descansar algunos meses de la fatiga de tantos viajes, y así el niño estará más grandecito cuando vaya, y se librará de los peligros de ese mal tan traicionero que se lleva tantos niños ahí.
No hay mal que por bien no venga, dice un refrán y yo creo que este viaje te servirá de mucho para ser algo más indulgente pues habrás conocido que en todas partes los hombres son iguales, hay buenos y malos y que con todas formas de gobiernos hay descontentos, y te acordarás de lo que desde niño te estoy diciendo, que todo el que se mete a redentor sale crucificado, y que los peores enemigos son los de su misma raza, y te lo vuelvo a decir, mientras tú no puedas alejartte de todo lo que sea política y periodismo, no tendrás un día de tranquilidad, y yo no viviré tal vez lo suficiente para tener el gusto de verte tranquilo vivir sólo del trabajo de tus asuntos nada más, pues por mucha fortaleza que tengas ha de quebrantar tu salud la vida tan agitada que llevas hace tanto tiempo.
Me dices hijo que te dé detalles de tu casa, qué quieres que te diga en el estado de tu espíritu hoy y también del mío, si nada hay que me consuele de este inmenso vacío que siente mi alma con la sola idea de que este malestar, no tiene remedio posible, pues lejos de darme una esperanza aunque lejana, me desanimas cada día más, y qué remedio para este cuadro, entregarlo a la voluntad de Dios es lo que hago y pedirle nos dé fuerza a todos para sobrellevarlo.
Qué sacrificio tan inútil hijo de mi vida, el que estás haciendo de tu tranquilidad y de la de todos los que te quieren, no hay un solo ser que te lo sepa agradecer, el que más achaca tu sacrificio al ansia de brillar, otros, a la propia conveniencia, y nadie en su verdadero valor.
No quiero seguir más, y sólo te diré, un caso reciente, de cómo se agradecen los muchos sacrificios que por los demás llevas hecho, este dará risa, pero es una pequeña muestra de la protección que a tus inútiles padres, se les presta por tu abnegación.
Hace pocos días fui a hablar al amo de una casa que creía más conveniente que esta, y resultó ser este señor uno que conserva buenos recuerdos de ti por no sé qué buena acción que tuviste con él en la cárcel, pero a pesar de esto y de ser bastante rico no quiso rebajar unos cuantos pesos del alquiler y nos quedamos sin ella, estas experiencias son las que me hacen pensar así.
Tu padre dice hoy algo, dice que te acuerdes de lo que te ha dicho de todas las repúblicas que has visitado y de las que te quedan por ver; que excepto esa, nada vale la pena.
El siempre con sus achaques, de tus hermanas nada puedo decirte nuevo, Carmen es la que está algo achacosa, está tomando crema de aceite de Bacalao, pero yo creo que la mejor medicina es dejarle sus amores, así es que ya se está preparando para casarse que según nos ha dicho su novio será para diciembre, pues dice [que] gana lo suficiente trabajando en la casa de su hermano, y yo en la seguridad de una enfermedad grave, cierro los ojos, oprimo el alma y la he dejado que siga su suerte mala o buena ya que no ha sido posible que oyera razones. Dios nos proteja, y te dé salud que es lo más grande de los bienes de la tierra, enviándote un fuerte abrazo se despide hoy tu madre.
Leonor
De su madre Leonor Pérez Cabrera
Carta #2
Habana, 19 de agosto [1881]
Hijo mío:
Todavía bajo la sorpresa que tu carta me causó, te escribo, pues si bien pensé siempre que allí nunca harías nada por lo que de esas tierras he oído, de la guerra civil en que siempre están, no lo esperaba tan violento.
Doy gracias a Dios que te ha librado de tantos peligros, y como yo creo en su Santa madre a ella creí deberlo todo por lo mucho que por ti le ruego, y me conforma más que estés ahí, pues así no pasarán 2 y 3 meses sin saber de ti, como ha pasado ahora, por las tuyas comprendo que no recibiste las que te he escrito hace más de un mes, con la noticia de la ida de Carmen al Príncipe; pero ya por las de Manuel te habrás enterado de su resolución antes de saber tu voluntad, pues ella dice no necesita consejos de nadie, que tiene bastante talento para saber lo que hace. Yo sabía el golpe que esto sería para tí, pero nada podía hacer, y ya consumado este viaje por su gusto, creo no debes precipitar su regreso a esa hasta que estés enteramente tranquilo y tengas trabajo seguro, pues ella no es para penalidades, aquí raro era el día que no necesitaba médico y gracias a que lo tenía con facilidad, porque el de los fosos es buena persona y venía al momento que lo llamaba, esto no es echarte en cara su naturaleza débil, pero sí decirte que no es mujer para penalidades ni para vivir con pocos recursos y creo harás bien en dejarla descansar algunos meses de la fatiga de tantos viajes, y así el niño estará más grandecito cuando vaya, y se librará de los peligros de ese mal tan traicionero que se lleva tantos niños ahí.
No hay mal que por bien no venga, dice un refrán y yo creo que este viaje te servirá de mucho para ser algo más indulgente pues habrás conocido que en todas partes los hombres son iguales, hay buenos y malos y que con todas formas de gobiernos hay descontentos, y te acordarás de lo que desde niño te estoy diciendo, que todo el que se mete a redentor sale crucificado, y que los peores enemigos son los de su misma raza, y te lo vuelvo a decir, mientras tú no puedas alejartte de todo lo que sea política y periodismo, no tendrás un día de tranquilidad, y yo no viviré tal vez lo suficiente para tener el gusto de verte tranquilo vivir sólo del trabajo de tus asuntos nada más, pues por mucha fortaleza que tengas ha de quebrantar tu salud la vida tan agitada que llevas hace tanto tiempo.
Me dices hijo que te dé detalles de tu casa, qué quieres que te diga en el estado de tu espíritu hoy y también del mío, si nada hay que me consuele de este inmenso vacío que siente mi alma con la sola idea de que este malestar, no tiene remedio posible, pues lejos de darme una esperanza aunque lejana, me desanimas cada día más, y qué remedio para este cuadro, entregarlo a la voluntad de Dios es lo que hago y pedirle nos dé fuerza a todos para sobrellevarlo.
Qué sacrificio tan inútil hijo de mi vida, el que estás haciendo de tu tranquilidad y de la de todos los que te quieren, no hay un solo ser que te lo sepa agradecer, el que más achaca tu sacrificio al ansia de brillar, otros, a la propia conveniencia, y nadie en su verdadero valor.
No quiero seguir más, y sólo te diré, un caso reciente, de cómo se agradecen los muchos sacrificios que por los demás llevas hecho, este dará risa, pero es una pequeña muestra de la protección que a tus inútiles padres, se les presta por tu abnegación.
Hace pocos días fui a hablar al amo de una casa que creía más conveniente que esta, y resultó ser este señor uno que conserva buenos recuerdos de ti por no sé qué buena acción que tuviste con él en la cárcel, pero a pesar de esto y de ser bastante rico no quiso rebajar unos cuantos pesos del alquiler y nos quedamos sin ella, estas experiencias son las que me hacen pensar así.
Tu padre dice hoy algo, dice que te acuerdes de lo que te ha dicho de todas las repúblicas que has visitado y de las que te quedan por ver; que excepto esa, nada vale la pena.
El siempre con sus achaques, de tus hermanas nada puedo decirte nuevo, Carmen es la que está algo achacosa, está tomando crema de aceite de Bacalao, pero yo creo que la mejor medicina es dejarle sus amores, así es que ya se está preparando para casarse que según nos ha dicho su novio será para diciembre, pues dice [que] gana lo suficiente trabajando en la casa de su hermano, y yo en la seguridad de una enfermedad grave, cierro los ojos, oprimo el alma y la he dejado que siga su suerte mala o buena ya que no ha sido posible que oyera razones. Dios nos proteja, y te dé salud que es lo más grande de los bienes de la tierra, enviándote un fuerte abrazo se despide hoy tu madre.
Leonor
ENIGMA- Cantidad de envíos : 686
Puntos : 41288
Fecha de inscripción : 21/01/2014
Arjona Dalila Rosa- Cantidad de envíos : 1230
Puntos : 47425
Fecha de inscripción : 10/10/2012
Temas similares
» Cartas a José Martí. De su madre Leonor Pérez Cabrera 1
» Cartas a José Martí .De su madre Leonor Pérez Cabrera 3
» CARTA DE JOSE MARTI A SU MADRE:
» ODIO EL MAR. José Martí
» BIOGRAFÍA DE JOSÉ MARTÍ
» Cartas a José Martí .De su madre Leonor Pérez Cabrera 3
» CARTA DE JOSE MARTI A SU MADRE:
» ODIO EL MAR. José Martí
» BIOGRAFÍA DE JOSÉ MARTÍ
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.