Obsesión....
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Obsesión....
Obsesión
Acababa de llegar a la ciudad. Me había instalado en un apartamento de lujo en el centro. Con los años, descubrí que para que un forastero pase desapercibido basta con que se instale en la zona más cara de la ciudad. Si actúas diferente a ellos, te conviertes, ipso facto, en un multimillonario excéntrico al que todos perdonan sus rarezas. No hacen preguntas.
Para ser sincero, todos los que me rodean me hacen la pelota exageradamente y las mujeres caza fortunas revolotean a mi alrededor desplegando sus encantos solo para conseguir un segundo de mi atención.
En ese ambiente encajo a la perfección porque soy superficial, egoísta, egocéntrico, y arrogante a la par que encantador, increíblemente atractivo y el mejor amante que una mujer tendrá jamás. Claro que no sospechan que además soy despiadado y perverso, y no tengo ningún problema en jugar sucio para conseguir lo que deseo en el momento que lo quiero. Y creedme, tengo medios de sobra para conseguirlo.
Me encanta. Pero tiene un inconveniente y es que, a veces he de recorrer la ciudad sin compañía porque encontrar a tu próximo bistec y comértelo no es algo que hacer con gente ... ¿o si?
Estaba tan metido en mis pensamientos que para cuando repare en la pareja que venía de frente casi habían pasado de largo. No obstante, me dio tiempo a ver muchas cosas, bastantes más de las que podríais imaginar.
Ella me sonrió al pasar, él iba inmerso en la búsqueda de las llaves del portal. Ella era ... era ... diferente. No era tan espectacular como las mujeres que solían rondarme ... Era natural, sin silicona, sin tintes de pelo ni maquillaje. De estatura normal tirando a bajita, menuda, morena, de boca fina y con unos grandes ojos marrones de pestañas imposibles. Tendría unos 30 años más o menos, vestía vaqueros y botas con un poco de tacón. Como hacía bastante frío, iba dentro de una abrigo marrón con una bufanda enorme enrollada a su cuello. Y su olor ... no se parecía a nada que hubiera conocido nunca. En ese mismo instante, en el segundo que tardó en pasar a mi lado, decidí que fuera como fuese, ella sería mía.
Estudie a fondo su insignificante vida, me mudé al apartamento de enfrente del suyo, y me dispuse a conquistarla.
Intenté entablar conversación con ella en la escalera, en el portal, le pedí sal ... todo lo que hacen los humanos, y nada, ni el más mínimo interés por mí. ¿qué le pasaba a esta humana? o peor, ¿qué me pasaba a mi? Acaso había pasado tanto tiempo entre humanos falsos que ahora era incapaz de cautivar a uno verdadero?
Cuanto más me ignoraba, más ganas de poseerla sentía, llegando incluso a dolerme ... ella se convirtió en mi obsesión.
Imaginen a un vampiro caprichoso que no obtiene lo que desea, multiplíquenlo por diez mil y todavía no se acercan a mi estado en ese momento.
Incluso llegué a persuadirla para que dejara entrar en su casa, le hice el amor y la probé ... mmm ... Una pena que ella no recuerde ese inmenso orgasmo que tuvo.
Y después de eso, en vez de disminuir mi deseo por ella, aumentó. Y de qué manera. Tenía que ligarla a mí para siempre, tenía que ser mía para siempre, como fuera.
.....
No podía creer lo que estaba viendo. Justo delante de mis narices, el hombre con el que me iba a casar en menos de un mes estaba pegadito a una rubia. Se estaban metiendo mano descaradamente delante de todo el mundo. Si hubieran podido se habrían follado allí mismo.
Una furia incontrolable afloró a la superficie. Nunca jamás había sentido tantísimas ganas de sacudirle a alguien. Casi como en trance, me acerque a mi infiel prometido y le aticé un puñetazo en la cara con todas mis fuerzas. Seguido, me volví hacia la rubia, la agarré del pelo y la saqué del bar. Y después, me encaré de nuevo con mi novio que estaba en el suelo con la nariz rota, y le dije que ya podía llamar a la gente y explicarles porqué no habría boda. Seguido, me di media vuelta y me marché.
Inexplicablemente, y pese a la mierda de situación que estaba viviendo, me encontraba estupendamente. Darle una paliza a esos dos me hacía sentir fenomenal. Me había gustado. Joder, que miedo. A ver si era una macarra y ni lo sabía.
Vagué por las calles sin rumbo, intentando explicarme a mí misma qué había pasado. Mi reacción ante la escena, mi sentimientos ahora mismo, todo ...
Llegué al río, y allí, a lo lejos, recortada en el paseo, había una figura oscura. Probablemente, en otro momento me habría asustado mucho, hubiera dado media vuelta y hubiese puesto tierra de por medio. Pero una sensación de clama, de tranquilidad y seguridad me invadió al verlo y no necesité marcharme de allí.
Me quedé en apoyada en la barandilla, mirando las aguas negras del río. Él se acercó hasta donde me encontraba. Era mi vecino, el rarito.
.....
Después de ver la escena en el bar la seguí. Al beber su sangre la otra noche logré vía directa a sus emociones y pensamientos.
Sabía perfectamente el torrente de emociones que pasaban por su ser, y eso me complació averiguar que, en esencia, no era tan diferente a mí. Eso simplificaría las cosas a la hora de arrastrarla conmigo.
También sabía dónde iba, así que me adelanté y la esperé. Gracias a la conexión, se sentiría en paz conmigo cerca, lo que evitaría que huyera de mi. Son mecanismos de caza que nos ayudan. Fue una suerte porque la verdad, tenía pocas ganas de atraparla, mejor si se estaba quietecita.
Y finalmente, apareció en la lejanía. Al principio dudo un poco si quedarse o no, pero finalmente, se apoyó en la barandilla para mirar el río.
Y yo, como no, me acerqué a ella.
.....
Cómo estás?
Teniendo en cuenta que acabo de dar un paliza a mi novio infiel pues ya me dirás
Lo sé, estaba en bar cuando todo ha sucedido. Te he visto salir y te he seguido, por si necesitabas apoyo moral o algo, me dijo él.
Le miré a los ojos. Y justo en ese momento todas las células de mi cuerpo anhelaban estar fusionarse con las de ese desconocido.
Se me acercó, me rodeó con su brazos sujetándome con firmeza. Yo no pude más que quedarme quieta, mi cuerpo no respondía a las órdenes que mi cerebro enviaba desesperadamente, porque él sabía que algo no iba bien. Una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo cuando se acercó a mi cuello y respiró su frío aliento. Miedo, excitación, ira, felicidad ... una mezcla de sensaciones.
Un dolor intenso recorrió mi espina dorsal, y antes de caer en la oscuridad lo sentí. Su forma de hacerme el amor, su mordisco, su plan para que novio me fuera infiel y ser por fin suya ...
Después nada.
.....
Ya es mía, estamos conectados eternamente. Es mi compañera. Aunque no me quiere, no puede hacer otra cosa. Me odiará eternamente, pero jamás le daré la libertad. No soportaría que otras manos la tocaran. Es posesión, es deseo, es mi bien más preciado, el único que me costó conseguir, por eso la quiero.
La mataré antes de dejar que sea de otro.
Si, es egoista. Pero así soy yo.
Angie
Rosko- Moderador Musical
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Re: Obsesión....
Un gusto pasar por aquí y dejar mi huella en este cuento, saludos desde la distancia
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Juraría que toco el piano cuando escribo poesía lo curioso es... que no sé tocar el piano. Eurídice Canova
Galius- Moderador General
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