HOMÚNCULO

HOMÚNCULO


El es el homúnculo del genial paracelso
que usurpa con impunidad mi conciencia
ni el mejor sacerdote pudo exorcizarlo
la ciencia aun no pudo erradicarlo
se ríe de las falsas curas chámanicas
es el destructor de varios alquimistas
no le teme las advertencias de la muerte
menos temerá a la insulsa medicación
ni a los médicos que intentan detenerlo.
Estudia estratégicamente mis puntos débiles
doblegando mi psiquis en cada ocasión-

Al anochecer su voz me indica su presencia
se que debo sin subestimarlo marcharme
o me destruirá con furia y complacencia
reconozco que es un temible adversario
inútil en esas horas tratar de doblegarlo
aun siendo un guerrero formidable
en esta competitiva jungla de cemento
se que saldré derrotado si me opongo
a que su alma me parásite hasta el hartazgo.

Su furia estalla cuando intento engañarlo
el alcohol lo pone,loco,irascible y violento
ahí aprovecho su ceguera para escaparme
su fuerza síquica es colosal e irreverente
el puro amor es el poder que lo sustenta
su pasión es el eje de su letal naturaleza
claudica ante las mujeres mas bellas
si se enamora no hay fuerza que lo detenga
se agota en su fuego hasta que el sueño lo vence
ahí me permite vivir con intensidad
reprochándome la locura de mis excesos
diseñando horrendos bosquejos perversos
sumiéndome en la temeridad del miedo
desintegrándome en la tortuosidad del dolor.


EURÍDICE CANOVA
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