La Oscura Ciudad
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EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Poesía Familiar- Social-Amistad- de Protesta-
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La Oscura Ciudad
La Oscura Ciudad
¿Logran ver aquella trágica ciudad?,
¿la grotesca urbe de hierro, allá a lo lejos?;
hubo un tiempo en que su cielo fue un espejo,
sus lagunas fueron mantos de cristal.
La gran tierra de Tenoch, la urbe azteca,
la ciudad que gobernara Moctezuma
hoy se asfixia con los gases que defeca,
nada queda de aquel mar de blanca espuma.
Poco a poco, la ciudad se fue expandiendo,
sin haber demarcación en su estructura;
sus lagunas, la ciudad las fue perdiendo,
entre el humo y el hedor de la basura.
Las encinas y cipreses soñolientos,
con apremio fueron pronto derribados,
dando paso a condominios de cemento,
de varillas y cristales empañados.
No hay lugar en el que salvo alguien hoy se halle,
pues es norma cotidiana aquí el secuestro,
la violencia que se vive en toda calle
es su signo paradójico y siniestro.
El smog es el que impera todo el día,
y las marchas causan tráfico y conflictos;
por las calles pueden verse drogadictos,
además de su corrupta policía.
No hay amor, ni existe fe
en sus viles ciudadanos,
no hay ninguno que a su hermano
compasiva ayuda de.
Aquí todo tiene precio, hasta el amor,
y el futuro de los hombres es siniestro;
en los barrios, la violencia y el dolor,
son dos cosas que llamamos: “El pan nuestro”
Hoy, tus barrios, ¡oh mefítica ciudad!,
están llenos de personas disolutas;
tus callejas son burdel de prostitutas
que se entregan al exceso y la maldad.
¿En dónde quedaron tus verdes tesoros,
tus floridos huertos, repletos de fresas,
las aves preciosas, de cantos sonoros,
en dónde el palacio de indianas princesas?.
¿En dónde la fuente opalina,
morada por ninfas ondinas?,
¿En dónde las frágiles selvas
vestidas de luz y de hierbas?,
¿En dónde las verdes higueras,
las crueles y rápidas fieras?.
¿Qué fue de tus cielos bordados de lis,
de aquellos lacustres y oníricos lagos?,
… recuerdos tan sólo, reflejos tan vagos,
de aquella ágil urbe que aspira humo gris.
Observen perplejos la tierra ancestral
que, en tiempos remotos, lució alba a lo lejos,
vistiendo sus cielos los claros reflejos
de aquellos colores que forja el cristal.
AUTOR: ALBERTO ANGEL PEDRO.
POEMA REGISTRADO ANTE EL INDAUTOR (INSTITUTO NACIONAL DE LOS DERECHOS DE AUTOR) MÉXICO.
¿Logran ver aquella trágica ciudad?,
¿la grotesca urbe de hierro, allá a lo lejos?;
hubo un tiempo en que su cielo fue un espejo,
sus lagunas fueron mantos de cristal.
La gran tierra de Tenoch, la urbe azteca,
la ciudad que gobernara Moctezuma
hoy se asfixia con los gases que defeca,
nada queda de aquel mar de blanca espuma.
Poco a poco, la ciudad se fue expandiendo,
sin haber demarcación en su estructura;
sus lagunas, la ciudad las fue perdiendo,
entre el humo y el hedor de la basura.
Las encinas y cipreses soñolientos,
con apremio fueron pronto derribados,
dando paso a condominios de cemento,
de varillas y cristales empañados.
No hay lugar en el que salvo alguien hoy se halle,
pues es norma cotidiana aquí el secuestro,
la violencia que se vive en toda calle
es su signo paradójico y siniestro.
El smog es el que impera todo el día,
y las marchas causan tráfico y conflictos;
por las calles pueden verse drogadictos,
además de su corrupta policía.
No hay amor, ni existe fe
en sus viles ciudadanos,
no hay ninguno que a su hermano
compasiva ayuda de.
Aquí todo tiene precio, hasta el amor,
y el futuro de los hombres es siniestro;
en los barrios, la violencia y el dolor,
son dos cosas que llamamos: “El pan nuestro”
Hoy, tus barrios, ¡oh mefítica ciudad!,
están llenos de personas disolutas;
tus callejas son burdel de prostitutas
que se entregan al exceso y la maldad.
¿En dónde quedaron tus verdes tesoros,
tus floridos huertos, repletos de fresas,
las aves preciosas, de cantos sonoros,
en dónde el palacio de indianas princesas?.
¿En dónde la fuente opalina,
morada por ninfas ondinas?,
¿En dónde las frágiles selvas
vestidas de luz y de hierbas?,
¿En dónde las verdes higueras,
las crueles y rápidas fieras?.
¿Qué fue de tus cielos bordados de lis,
de aquellos lacustres y oníricos lagos?,
… recuerdos tan sólo, reflejos tan vagos,
de aquella ágil urbe que aspira humo gris.
Observen perplejos la tierra ancestral
que, en tiempos remotos, lució alba a lo lejos,
vistiendo sus cielos los claros reflejos
de aquellos colores que forja el cristal.
AUTOR: ALBERTO ANGEL PEDRO.
POEMA REGISTRADO ANTE EL INDAUTOR (INSTITUTO NACIONAL DE LOS DERECHOS DE AUTOR) MÉXICO.
Arjona Dalila Rosa- Cantidad de envíos : 1230
Puntos : 47415
Fecha de inscripción : 10/10/2012
Re: La Oscura Ciudad
Gracias por leer este aporte.
Arjona Dalila Rosa- Cantidad de envíos : 1230
Puntos : 47415
Fecha de inscripción : 10/10/2012
sabra- Admin
- Cantidad de envíos : 16988
Puntos : 97333
Fecha de inscripción : 30/05/2009
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