HE DECRETADO AL AZAR MI PROPIA MUERTE

HE DECRETADO AL AZAR MI PROPIA MUERTE

He decretado al azar mi propia muerte
sin pedir perdón o  querer redimirme ante dios
no necesito un sacerdote ni un diácono
que pierda su tiempo escuchando mis lamentos
no pertenezco al universo de los virtuosos
ni siquiera a lo  más bajo de la escala evolutiva,
el mundo está lleno de egocéntricos pecadores
patéticos despojos, obesos de hipocresía
que revisten  de lodo de su propia  cobardía
arrastrándose en la oscuridad de la desidia.

He decretado al azar mi propia muerte
y si siquiera una lágrima rueda  por mi rostro
la pena de la  desilusión  es el talón de Aquiles
que cubre el manto sagrado de los débiles,
hundiendo en la más siniestra depresión al inocente
no seré como ellos, ni siquiera pediré clemencia.
Me pregunto ¿A dónde se fueron las emociones?
Borré  de mi psiquis hasta el más  simple recuerdo
preparando el camino del flagelo del alma vacía
inmunizando el dolor hasta derrotar mi mente.

EURIDICE CANOVA
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