DEUDAS DE JUEGO-CAPITULO I
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DEUDAS DE JUEGO-CAPITULO I
EL VOCERO
Deudas De Juego
-CAPITULO I
Madrugada calurosa en Buenos Aires. El pronóstico meteorológico daba su primer alerta del día. La temperatura reinante de 40 grados descendería bruscamente por la noche por fuertes tormentas eléctricas ya que se esperaba granizo con vientos huracanados procedentes del Suroeste.
Defensa Civil aconseja a la población no salir de sus hogares salvo que sea estrictamente necesario.
Juan un humilde creyente del señor, como el se hacia llamar, era el vocero oficial del barrio. El hombre trabajaba los 365 días del año así que poco le importaba los reportes del tiempo, menos un sábado por la noche.
Los fines de semana dormía en el balcón de la pieza destruida de su fallecido abuelo. Desde allí tenia vista panorámica del barrio. Las estadísticas demuestran que los crímenes, robos y secuestros siempre ocurren casi siempre en la madrugada del domingo, él no quería perderse los detalles de los futuros hechos.
Este sábado era la pelea del siglo de los pesos pesados y él bebió todo el tiempo que duro el box .Estaba irascible y no era para menos había perdido en las apuestas demasiado dinero ,pero ya pensaría de donde lo sacaría sin que su familia se entere.
Que se iba a imaginar que el Británico Lennox Lewis le ganaría al formidable Estadounidense Evander Holyfield. Lennox era el favorito según sus asesores, pero tarde descubrió que era una trampa de sus enemigos para sacarle lo poco que le quedaba de dinero. No se animaba a pedirle al sacerdote otra vez. La última vez juro sobre la Biblia que ya no jugaría, pero su adicción era más fuerte que su voluntad, además su nombramiento de diacono estaba cerca. Le costo mucho dinero pagar el silencio de los que conocen su adicción. No deseaba que los chismes lleguen a los oídos de la diócesis.
Los muchachos del juego no perdonan a los deudores, se repetía una y otra vez para si mismo.
Pero el como los viejos talladores de póquer tenía un as en la manga. Se iría a un retiro espiritual junto con su familia. Pero no podría esconderse toda la vida y además donde vaya lo encontrarían.
Tal vez había una esperanza ya que como vocero del barrio y futuro diacono de la iglesia, su situación era diferente pensó, a él seguro le darían crédito para que pague sus deudas. Como escarmiento y como ejemplo para aquellos que no pagan las deudas de juego, como mucho le romperían un par de dientes o tal vez alguna que otra costilla.
Pero lo importante era mantener la integridad física de su familia, lo que a el le pasara era irrelevante.La prioridad era conservar la vida de los que mas amaba y en las deudas de juego la vida no vale nada cuando se es deudor.
Demasiado whisky anulaban sus pensamientos y el era conciente que estaba ebrio y metido en serios problemas si no pagaba el dinero invertido en las apuestas.
Por tal razón cuando finalizo el box desplegó su bolsa de dormir en el balcón y se entrego a la oración.
Por esa noche decidió olvidarse de la mafia del juego, dé su ruina económica y de las penas del barrio y le rezo a todos lo santos hasta que el sueño lo venció.
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