El precio de la intimidad - Capítulo VII
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El precio de la intimidad - Capítulo VII
por Marcela Noemí Silva Lun Ene 16, 2012 5:45 pm
EL VOCERO
El precio de la intimidad - Capítulo VII
La policía nunca fue objetiva con los residentes del barrio. Y al ñato ya lo habían detenido sin razón aparente un par de veces. Ellos decían por averiguación de antecedentes. Para mí que ya algo se olfateaban o este fue tan estúpido que se metió con la mujer de algún policía con alto cargo jerárquico.
Durante días tuvimos patrullas que rastrillaban todo el barrio. Hasta los burdeles que eran intocables tenían más policías que clientes. Toda la policía se movilizo estratégicamente para detenerlo y como decimos en la jerga “Lo agarraron con las manos en la masa”
Inmediatamente me avisaron y entre todos juntamos la plata para pagarle al abogado penalista que siempre atiende las necesidades del barrio sacando a los muchachos de la cárcel. Aquí no toda la gente tiene para comer pero para el abogado siempre hay dinero. Y si no lo hay cualquier vago de la villa sale a robar y consigue lo que se necesita enseguida. Todos tenemos en claro que los honorarios del abogado son sagrados.
Al salvaje del Chato lo citaron a declarar y el animal dijo que no sabe porque tanto revuelo hace la policía. El dice que con el dinero que tienen todas esas mujeres seguro que ya se hicieron un dedo nuevo reparado por el cirujano plástico más prestigioso. Jajaja que locura. El barrio esta armado de policías hasta los dientes y esas mujeres seguro deben estar exhibiendo con orgullo su dedo nuevo con un bruto anillo de diamantes evaluado en miles de dólares.
Hay que tener en cuenta que la clase social alta cubre sus errores con dinero. Con semejante escándalo nadie dirá que fue paciente o amante, ni siquiera amiga del Ñato Virola.
Un sociólogo dice que estas mujeres prefieren quedarse mudas o morir antes de aceptar tal insulto. Se nutren de las apariencias y seria una vergüenza deshonrosa en su círculo social el admitir que tuvieron un affaire con un joven de los estratos sociales más bajos.
Los códigos tácitos de silencio están muy arraigados en estas damas que son el símbolo de la perfección familiar siempre y cuando la basura se esconda como diría mi finado abuelo debajo de la alfombra.
Un comisario amigo le conto al sacerdote que estas mujeres entre ellas se conocían, en mas salieron del país en masa por temor a que la justicia las obligue a realizarse un A.D.N. ¡Que cuadro grotesco! Las damas implicadas viajando en primera clase con el dedo amputado, anteojos negros y tomando champagne. Me pregunto cual sería el tema de conversación entre ellas. Tal vez intercambien direcciones del mejor cirujano plástico o charlen de la ultima colección de vestidos en parís. En fin, la hipocresía viajando en primera clase. Esta vez el costo a pagar por sus debilidades fue muy alto y mantener el secreto de sus apasionadas intimidades seguro tendrá su precio. ¡Que pena que estoy fuera del negocio! ¿O tal vez no? ¿Cuánto vale la intimidad de una mujer? Silbando bajito podría meterme y obtener mucho dinero.
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