EN EL SILENCIO DE LOS OLVIDADOS

Mi voz se esfuma en el viento 
en el silencio de los olvidados
en lo que le falta a mis noches
en cada sueño presente y pasado.

El sufrimiento es real obviedad
ante el derrotismo consumado
el narcisismo es pura vanidad
el duelo que aún no ha cesado.

Mi voz no viaja por universos
ni se refleja en el espejo de mis días
no se exilia en la remembranza
me abandona en soledad a la deriva.

Y cuando la tempestad me acorrala
el dolor es juez y parte, mi desatino
la tristeza arraigada a mis entrañas
la pesadilla que decide mi destino.

Marcela Noemí Silva
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