TEJIENDO TU DESTINO
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TEJIENDO TU DESTINO
TEJIENDO TU DESTINO
Ayer estabas sola, envuelta entre las nubes,
no deseabas saltar la cuerda de los vivos.
No inspiraba la vida ni dolores ni fríos,
ni gozosos momentos o alegrías de fiesta.
Ayer tú te vestías de negros horizontes
y la araña del techo tejía tu destino.
Como ella quería, tejía tu destino y no te lo escribía.
Hilo a hilo, sus patas, abstracciones hacían
y jugaban sarcásticas con tu vida sin vida.
Paredes de tu cuarto están cubriendo muertes.
Hiladas generosas de plata filigrana
han cruzado los techos y los pisos de cedro
y te enredas en ellos caminando tu ida.
¿Qué te dijo el reloj de tus horas marchitas?
No te puede sacar la risa de una niña,
apenas la sonrisa ajada y con espinas.
Yacaré de mañana silenciosa y vacía,
ha tenido que hallar en tu cueva de isla,
una presa engendrada en crímenes de soles
y una rota presencia secreta y misteriosa.
Ayer era otro tiempo, ayer era otra savia.
Las manos de las horas han curado tu herida
y tú te has transformado en tu araña vigía,
estás tejiendo tela de nuevas creaciones
brillantes como gotas en horas de rocío.
Beatriz Ojeda
Derechos Reservados
Ayer estabas sola, envuelta entre las nubes,
no deseabas saltar la cuerda de los vivos.
No inspiraba la vida ni dolores ni fríos,
ni gozosos momentos o alegrías de fiesta.
Ayer tú te vestías de negros horizontes
y la araña del techo tejía tu destino.
Como ella quería, tejía tu destino y no te lo escribía.
Hilo a hilo, sus patas, abstracciones hacían
y jugaban sarcásticas con tu vida sin vida.
Paredes de tu cuarto están cubriendo muertes.
Hiladas generosas de plata filigrana
han cruzado los techos y los pisos de cedro
y te enredas en ellos caminando tu ida.
¿Qué te dijo el reloj de tus horas marchitas?
No te puede sacar la risa de una niña,
apenas la sonrisa ajada y con espinas.
Yacaré de mañana silenciosa y vacía,
ha tenido que hallar en tu cueva de isla,
una presa engendrada en crímenes de soles
y una rota presencia secreta y misteriosa.
Ayer era otro tiempo, ayer era otra savia.
Las manos de las horas han curado tu herida
y tú te has transformado en tu araña vigía,
estás tejiendo tela de nuevas creaciones
brillantes como gotas en horas de rocío.
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