OJO DE GATO

OJO DE GATO

El bastón transversal remolinea.
Alzo el rostro donde señala con aire sibilino.
Me halla, casi me alcanza
y desaparezco al borde del espejismo.
El agua cae lenta, lentísima,
como gota se prende alargando mi temor,
mi desfiguración figurada
al conocer que pese a todo
soy un terco capricho de la vida.

Rujo paladeando el sonido,
mi mejor canción al amor
acaso no podría existir.
Aquí no hay agua ni allá.
El bastón golpea las piedras, la puerta de casa,
y abuela aparece : "Hola camaradas".
Más soy camada solitaria no camarada.
En obvio enyunte camarada de los solos.
Inconsciente de sus presencias
acarreo junto a mí todas sus soledades
como la única.
"Summa compañía".
Es demasiada tozudez
la necedad del necio que conoce su necedad,
su postura antipluralista.

Me destino a torpedear la vía
más estrecha del corazón
y vivir, riendo estrepitosa , regresivamente,
ahora que el ojo de gato me hace un guiño cómplice
y abro la puerta : "Hola camaradas..."
"¿Hay alguien aquí?"




CLARA LEUCONA VARELA