DESDE LA PAZ

DESDE LA PAZ

Soy el mueble que sobra.
Mi corazón es el atrezzo.
Lezama me enamora, ríe suave
y no me justifica.
Yo tampoco.
Estoy de suspiros hasta la pared,
ella también miente y me persigue.
A mí, que ya nada perdono.
A mí que sé morder a la congoja.
Hoy he afilado bien mis dientes.
No hay remedio,
he padecido muchos pasos.
Mi sueño de escenario se derrumba
y sólo unos pocos me lloran,
no eran la totalidad ni tú el cielo.
Tú que vienes con una historia eterna.
No está bien. Aún soy la desconocida.
No hay arena por estos lares, no está bien
suicidarse en una playa,
me haré a un lado
si la muerte me ignora.
Una casa dentro de mí
para que entres en ella como un pacto.
Al final todos olvidan. Mi corazón
será un poema de Rimbaud, la arena
otra arena, otros
nuestros nombres.
Así, desde la paz ignota
dejo a este ángel gordo que se burle.
Yo lo aplaudo y no me justifico.
Soy un fragmento, un error
que Dios enmendará si lo recuerda.


CLARA LECUONA VARELA