PIADOSA HISTORIA DEL RETORNO

PIADOSA HISTORIA DEL RETORNO

Hunde la mirada en abismo insondable
este señor de negro que camina
sobre las calles de Boston.
Tras él tintinean cascabeles,
es media noche y los momentos se prolongan.
"Por qué no te marchas..."
sus palabras son concisas y un deseo antagónico
despierta en mí, letargo.
Su escrutinio no le permite ver la falacia de mi imagen.
Lanzo la pulsera contra el viento.
El parece detenerse y ríe a carcajadas:
"Podrás distinguir entre Amontillado y Jérez..."
Una lágrima rasga mi piel con sus dientes,
el demonio acodado en el esmalte
tiembla a nivel de mis labios.
No pronuncio palabra,
es inútil después de tanta sombra.
Lo dejé conducirme al interior,
encendió dos antorchas.
"Fortunato debes regresar..."
gritó, mientras caía en el fondo del nicho.
Al verme, intentó levantarse.
"Ligueia, por Dios, oh mi Ligueia..."
Vertiendo su antifaz de seda,
acodada en el esmalte,
dejo caer sobre su rostro mi cabello
como alas de cuervo.

CLARA LECUONA VARELA