EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA
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Capítulo XVIII-Divinidades campestres

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Mensaje por Roque Dom Abr 14, 2024 7:20 am







Capítulo XVIII-Divinidades campestres


Así como el cielo, la mar y los infiernos tenían sus divinidades, las
tenía también la tierra. La principal era «Pan», que es el símbolo de
la Naturaleza, por lo cual se le pinta medio hombre, medio animal,
esto es, con patas y cuernos de cabra.
Pero como en Mitología cada autor tiene su parecer, por lo mismo
que no hay ninguno cierto, otros autores dicen que esto es debido á
que Pan fué el que aconsejó á los dioses, cuando huían precipitados
de la acometida de los Titanes, que se transformasen en animales
para no ser conocidos, y que él dió el ejemplo convirtiéndose en
cabra.
Danle los autores muchos y distintos orígenes; el más significativo
es el de ser hijo del Cielo y de la Tierra, como lo es la vegetación, á
la que preside. Era Pan horrible, inculto, grosero, por lo cual no
hallaba ninfa que le quisiese. Un día que perseguía á la ninfa Sirinje,
que espantada huía, llegó ésta en su carrera al rio Landon, al que
suplicó que la libertase de aquel atrevido perseguidor, á lo que
accedió el rio convirtiéndola en cañaveral. Pan, entristecido, cortó
para consolarse una de aquellas cañas, de la que fabricó una
especie de flauta de varios cañones de diferentes tamaños. Decían
los griegos que esa flauta inventada por él significaba la armonía que
entre sí tienen las distintas cosas que componen el Universo.
Cuando Breno con sus tropas entró en Grecia, y se preparaba á
saquear el templo de Delfos, Pan infundió de repente tal espanto á
los galos, que huyeron despavoridos sin advertir que no había causa
para ello. De aquí la voz «terror pánico», que es temor inmotivado.
Su séquito son los sátiros, parecidos á él.
Silvano se representa lo mismo que Pan, y es Dios de los bosques
y símbolo de la materia. Unos le hacen hijo de Júpiter y otros de
Fauno. Era especial enemigo de los niños (sobre todo si están mal
criados), por lo que éstos destrozan los árboles y la vegetación, y los
niños le tenían un miedo espantoso.
Fauno, hijo de Rico, Rey de los latinos, era también considerado
como divinidad campestre. —Éralo también Priapo, que fué hijo de
Venus, y al cual Juno dotó de una fealdad espantosa.
Flora, diosa de las flores, era una ninfa de las islas Fortunadas,
llamada Cloris. Zéfiro la amó, la robó y se casó con ella,
asegurándole perpetua juventud y el reino de las flores.
Pomona, diosa de las frutas, era una ninfa extraordinaria por su
belleza y por su arte en cultivar las frutas. fué amada de todos los
dioses campestres, pero ninguno pudo agradarla, hasta que
Vertumno, Dios de los jardines, que se transformó en vieja, logró
persuadirla que le correspondiese y se casase con él; lo que
consiguió, y fueron tan felices, que cuando llegaron á viejos se
rejuvenecieron para que no los separase la muerte.
Todavía tiene la Mitología varias deidades de segundo orden, de
que os hablaré someramente.
La Aurora, diosa que abría las puertas del Cielo á Apolo, era hija
de Titan y de la Tierra. Casó con Titón, hermano de Príamo, Rey de
Troya, para el que pidió á Júpiter la inmortalidad. Titón, llegó, pues, á
ser tan viejo, que aburrido de la vejez y de sus achaques, pidió á
Júpiter que le convirtiese en chicharra. Tuvo Aurora por hijos, entre
otros, á Zéfiro y á Memnón, que murió en la guerra de Troya, lo que
causó tal dolor á su madre, que nunca dejó de llorarle, y sus lágrimas
son el rocío que cubre á su salida la tierra.
Morfeo, hijo de la noche, Dios del sueño. Se le da por atributo la
adormidera, y le pintan con alas de mariposa para significar lo
suavemente que llega.
Harpócrates ó Sigilion, Dios del silencio se representa como un
joven que posa uno de sus dedos sobre sus labios. Solían poner su
estatua á la puerta de los templos, como advertencia del que en
aquel recinto se debía guardar.
Las tres Furias ó Eumónides, encargadas de la venganza de los
dioses para con los criminales, nacieron de la sangre que brotó de la
herida que infirió Saturno á Júpiter. Llamábanse Tisifona, Megeria y
Alecto. Se representan coronadas de una serpiente, teniendo en una
mano una tea y en la otra una fusta.
Las Parcas eran tres hermanas ancianas que presidian los
destinos de los hombres. Se llamaban Cloto, Lachesis y Atropos, é
hijas de la Noche. Hilaban la vida de los mortales y se representaban
cercanas á Plutón, una hilando el hilo de la vida, la otra devanándolo
y la tercera con unas tijeras con que lo cortaba.
Para concluir la reseña que en estos dieciocho capítulos os he
dado de los dioses fabulosos de la mitología griega, nos resta uno
que hemos dejado para el último, con el fin de que os quede más
fresca en la memoria su recuerdo.
Es este Momo, hijo de la Noche y del Sueño, y que es, á pesar de
tan oscuros y sosegados padres, el Dios de la risa y de los juegos.
Séaos, niños míos, este Dios siempre propicio.


FERNAN CABALLERO

Roque
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