Capítulo III Saturno
EMPEZARÉMOS nuestra relacion como las amas cuando os cuentan sus bellos cuentos de encantamientos. Casáronse... ¿quién pensareis? El Cielo y la Tierra. Al Cielo llamaron los latinos «Coelum» y los griegos «Uranus»; á la Tierra, «Vesta», y tambien «Rea». Tuvieron dos hijos, era el mayor un tremendo gigante llamado Titan, y el segundo fué el Tiempo, llamado Saturno. Por incontestable derecho de primogenitura pertenecia á Titan el imperio del Universo. A instigaciones de su madre se lo cedió á Saturno; pero con la condicion de que no habia de criar ningún hijo varon, lo cual prometió; y habiéndose casado con Cibeles, cada vez que ésta paria un hijo varon, se lo engullia como si fuese un merengue. Observad, no obstante: la parte de alegoría que encierra este hecho horrible y disparatado, prueba que el tiempo engulle á sus hijos, esto es: un siglo á los años, los años á los meses, los meses á los dias, los dias á las horas, que son sus propios hijos. En una ocasion tuvo Cibeles mellizos: escondió á uno, que era varon, y sólo enseñó á su marido á la niña. Otros dicen que le presentó un canto, que, sin descubrir el engaño, se tragó Saturno, sin que se le atorase, con lo que quieren demostrar que todo sin excepcion lo consume el tiempo. Titan supo esto, y que el niño (que era Júpiter) existia, y ofendido de ese engaño hizo la guerra á su hermano Saturno, á quien venció y puso preso. Pero cuando Júpiter llegó á ser hombre, libertó á su padre, y Titan y los demás Titanes, hijos de éste, fueron vencidos y exterminados por él. El Destino habia predicho á Saturno que su hijo le quitaria el reino del cielo pagano, que se llamaba «Olimpo». Así fué que persiguió á su hijo; pero fué vencido por éste, que lo desterró del Olimpo. Saturno se refugió á la parte de Italia en que despues fué labrada Roma, que recibió el nombre de «Latium», derivado de «latere», que significa estar escondido. Representaban á Saturno como un viejo con grandes alas, para figurar lo aprisa que vuela el tiempo; tenia en una mano un reloj de arena y en la otra una hoz, con la que va segando las cosas todas, aun aquellas á las que él mismo ha dado existencia. Las fiestas que se hacian á Saturno eran llamadas «Saturnales», y ¡qué tales no serian de descompuestas y groseras, cuando aun en nuestros dias sirve esa voz para designar reuniones escandalosas y odiosas Ya estais, pues, enterados del orígen y del principio de la Mitología; de que el Cielo «Uranus» se casó con la Tierra «Vesta»; que tuvieron dos hijos, «Titan» y el «Tiempo» ó «Saturno»; que éste tuvo por mujer á «Cibeles», y por hijos, primero á Júpiter y Juno, y más adelante á Neptuno, Pluton y Céres, de quienes os hablaré más adelante; por ahora lo que os suplico es que no olvideis lo referido, para que no esté yo haciendo este trabajo en valde.
FERNAN CABALLERO
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