Velada
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Al acabar la agradable cena en casa de nuestros anfitriones, dedicamos la velada a hablar del más allá y de espíritus que regresan con afán de venganza. A la hora de despedirnos, ya de madrugada, ofrecimos al doctor, que había dado noche libre a su cochero, conducirle en nuestra berlina hasta su casa, pero declinó la invitación. Prefería caminar y su palacete quedaba a tiro de piedra atajando cementerio a través.
Nunca llegó. Fue encontrado muerto, entre tumbas, a la mañana siguiente. Tenía el rostro desencajado y la capa enganchada tras de sí en la reja del panteón en el que su esposa, muerta en extrañas circunstancias, por fin podría descansar en paz.
Alberto Jesús Vargas
Al acabar la agradable cena en casa de nuestros anfitriones, dedicamos la velada a hablar del más allá y de espíritus que regresan con afán de venganza. A la hora de despedirnos, ya de madrugada, ofrecimos al doctor, que había dado noche libre a su cochero, conducirle en nuestra berlina hasta su casa, pero declinó la invitación. Prefería caminar y su palacete quedaba a tiro de piedra atajando cementerio a través.
Nunca llegó. Fue encontrado muerto, entre tumbas, a la mañana siguiente. Tenía el rostro desencajado y la capa enganchada tras de sí en la reja del panteón en el que su esposa, muerta en extrañas circunstancias, por fin podría descansar en paz.
Alberto Jesús Vargas
Ruben- Poeta especial
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