EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA
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GÉNERO-CAPÍTULO XIII

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Mensaje por Armando Lopez Mar Mar 05, 2024 4:22 am



GÉNERO-CAPÍTULO XIII

«El género está en todo, todo tiene su principio masculino y femenino; el
género se manifiesta en todos los planos.»
El Kybalion
EL Séptimo Gran Principio Hermético —el Principio de Género—
encierra la verdad de que el género se manifiesta en todas las cosas, de que
los principios masculinos y femeninos están siempre presentes en plena actividad en todos los fenómenos y en cada uno de los planos de la vida.
En este punto es bueno llamar la atención sobre el hecho de que el
Género, en su sentido hermético, y el sexo, en la acepción ordinariamente
aceptada del término, no son lo mismos.
La palabra «género» deriva de la raíz latina que significa «concebir, procrear, generar, crear, producir». Un momento de consideración sobre el
asunto demostrará que esa palabra tiene un significado mucho más amplio y
general que el término «sexo», pues este se refiere a las distinciones físicas
entre los seres machos y hembras. El sexo no es más que una mera manifestación del Género en cierto plano del Gran Plano Físico: el de la vida
orgánica. Es necesario que esta distinción se imprima en la mente, porque
ciertos escritores que han adquirido algunas nociones de filosofía hermética
han tratado de identificar este séptimo principio con estúpidas y a veces
reprensibles teorías y enseñanzas concernientes al sexo.
El oficio del género es solamente el de crear, producir, generar, etc., y sus
manifestaciones son visibles en todos los planos fenomenales. Es un tanto
difícil aportar pruebas de esto siguiendo las líneas científicas, porque la
ciencia no ha reconocido todavía a este principio como de aplicación universal. Pero, así y todo, van produciéndose algunas pruebas provenientes de
fuentes científicas. En primer lugar, encontramos una manifestación distinta
del Principio del Género entre los corpúsculos, iones o electrones, que constituyen las bases de la materia como la ciencia lo reconoce actualmente, y
que, al constituir determinadas combinaciones, forman el átomo, que anteriormente se consideraba como el punto final e indivisible.
La última palabra de la ciencia es que el átomo está compuesto por una
multitud de corpúsculos, electrones o iones (diversos nombres de la misma
cosa), que giran unos en torno de otros y vibran con un elevado grado de
intensidad. Pero se postula además que la formación del átomo se debe realmente a que los corpúsculos negativos se pongan a girar en torno de uno
positivo. Los corpúsculos positivos parecen ejercer cierta influencia sobre
los negativos, impulsando a estos a constituir ciertas combinaciones que
dan como resultado la «creación» o «generación» de un átomo. Y esto está
perfectamente de acuerdo con las más antiguas enseñanzas herméticas, que
han identificado siempre al principio masculino del género con lo «positivo» y al femenino con lo «negativo», como en la electricidad, por ejemplo.
Puédese agregar ahora que la mente pública se ha formulado una impresión completamente errónea sobre las cualidades del llamado «polo negativo» de la materia electrizada o magnetizada. Los términos positivos y negativos han sido pésimamente aplicados a este fenómeno. La palabra
«positivo» significa algo real y fuerte en comparación con la irrealidad o
debilidad del negativo. Pero nada está más lejos de los hechos reales de los
fenómenos eléctricos. El polo negativo de la batería es realmente el polo en
y por el cual se manifiesta la generación o producción de formas y energías
nuevas. Nada hay de «negativo» en él. Los hombres de ciencia de mayor
autoridad están actualmente empleando la palabra «cátodo» en vez de «negativo», derivando cátodo de una raíz griega que significa
«desciende, el recorrido o camino de la generación», etc. Del cátodo
emerge el torbellino de electrones o corpúsculos; del mismo polo surgen
esos maravillosos «rayos» que han revolucionado las concepciones científicas durante la pasada década. El polo catódico es la madre de todos los extraños fenómenos que han convertido en inútiles a los antiguos libros de
texto y que han hecho que teorías mucho tiempo aceptadas hayan sido relegadas al montón de los desechos de las especulaciones científicas. El cáto-
do, o polo negativo, es el principio madre de los Fenómenos Eléctricos y de
las más sutiles formas de materia que la ciencia conoce actualmente. De
manera, pues, que existen poderosas razones que impulsan a rechazar el término «negativo», insistiendo en sustituirlo por la palabra «femenino» en
vez del término antiguo. Los hechos nos conducen a esto, sin tener en cuenta para nada la doctrina hermética, y, por consiguiente, emplearemos la
palabra
«femenino» en vez de «negativo» al hablar de dicho polo de actividad.
Las últimas enseñanzas científicas dicen que los corpúsculos o electrones
creadores son femeninos. (La ciencia dice que «están compuestos por electricidad negativa» y nosotros que están compuestos por energía femenina).
Un corpúsculo femenino se destaca, o mejor dicho, deja a un corpúsculo
masculino y comienza una nueva carrera. Activamente busca una unión con
un corpúsculo masculino, animado por el impulso natural a crear nuevas
formas de materia o energía. Cierto autor va aún más lejos y dice que «enseguida busca, por su propia voluntad, una unión»… este desprendimiento
y unión forman la base de la mayor parte de las actividades en el mundo
químico. Cuando un corpúsculo femenino se une a otro masculino, empieza
determinado proceso. Las partículas femeninas vibran más intensamente
bajo la influencia de la energía masculina y giran rápidamente en torno de
esta última. El resultado es el nacimiento de un nuevo átomo. Este nuevo
átomo está compuesto realmente por una unión de electrones masculinos y
femeninos, pero cuando la unión se efectúa el átomo es una cosa separada,
que posee ciertas propiedades, pero que ya no manifiesta más la propiedad
de electricidad en libertad. El proceso del desprendimiento o separación de
los electrones femeninos se llama «ionización». Estos electrones o corpúsculos son los obreros más activos en el campo de la Naturaleza.
De sus uniones o combinaciones surgen las diversas manifestaciones de
la luz, del calor, de la electricidad, del magnetismo, de la atracción, de la
repulsión, de las afinidades químicas y sus contrarios, así como otros fenómenos de índole similar. Y todo surge de la operación del principio de
género en el plano de la energía.
El papel del principio masculino parece ser el de dirigir a cierta energía
inherente hacia el principio femenino, poniendo así en actividad el proceso
creador. Pero el principio femenino es el único que ejecuta siempre el trabajo activo creador en todos los planos absolutamente. Pero, sin embargo,
cada principio es incapaz de energía operadora sin la ayuda del otro. En al-
gunas de las formas de la vida los dos principios se combinan en un solo
organismo. Por esta razón, todo en el mundo orgánico manifiesta ambos
géneros: siempre está el principio masculino presente en la forma femenina.
Las enseñanzas herméticas comprenden en gran parte la operación de los
dos principios del género en la producción y manifestación de las diversas
formas de energía, etc., pero no es necesario entrar en detalles sobre el mismo en este asunto, pues no es posible endosarlas momentáneamente con
pruebas científicas que
aún no existen, debido a que la ciencia no ha progresado todavía suficientemente. Pero el ejemplo expuesto sobre los fenómenos de los electrones o
corpúsculos demuestra que la ciencia está en el verdadero camino y también
da una idea general sobre los principios subyacentes.
Algunos investigadores científicos han anunciado su creencia de que, en
la formación de los cristales, se encuentra algo que corresponde a una especie de actividad sexual, lo que es una prueba más de la dirección de
donde sopla el viento actualmente sobre el campo de la ciencia.
Y cada año que pasa aportará nuevos hechos que corroborarán la exactitud del Principio Hermético de Género. Se encontrará que el género está en
operación constante, manifestándose en todo el campo de la materia inorgánica, así como en el campo de la energía o fuerza. La electricidad se
considera actualmente como «algo» en lo que todas las demás formas de
energía se mezclan o disuelven. La Teoría Eléctrica del Universo es la última doctrina científica emitida, y está adquiriendo rápidamente gran popularidad y aceptación. Y de esto se deduce que, si hemos podido descubrir en
el fenómeno de la electricidad, en la misma raíz o fuente de sus manifestaciones, una evidencia clara e inequívoca de la presencia del género y de sus
actividades, se puede afirmar sin miedo que la ciencia llegará, últimamente,
a ofrecer pruebas de la existencia, en todos los fenómenos del universo, de
ese gran principio hermético: el Principio de Género.
No es necesario perder el tiempo hablando del conocido fenómeno de la
«atracción y de la repulsión» de los átomos, de la afinidad química, de los
amores y odios de las moléculas, de la atracción o cohesión entre las
partículas de la materia. Esos hechos son harto conocidos como para exigir
mayores comentarios. Pero, ¿se ha pensado alguna vez en que todas esas
cosas no son más que manifestaciones del principio de Género? ¿No se ve
claramente que el fenómeno es general, trátese de corpúsculos, moléculas o
electrones? Y todavía más: ¿no es enteramente razonable y lógica la en-
señanza hermética que afirma que la misma ley de la gravitación —esa extraña atracción por la cual todas las partículas y cuerpos en el universo tienden unos hacia otros— no es sino otra manera de manifestarse del principio
del género, que opera en la dirección de atraer las energías masculinas hacia
las femeninas y viceversa? No es posible ofrecer pruebas científicas por el
momento, pero si se examinan los fenómenos a la luz de las doctrinas herméticas sobre el asunto se verá que no existe hipótesis alguna mejor que la
actual, que explique los
problemas. Sométanse todos los fenómenos físicos a la prueba, y se verá
que el principio del género se hace evidente.
Pasemos ahora a considerar la operación de este principio en el plano
mental. Muchos hechos interesantes están esperando nuestro examen.
.
Armando Lopez
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