Lo que es igual no es trampa

“Lo que es igual no es trampa”

Hay una sentencia popular que reza: “Lo que es igual no es trampa”. Visto así a simple ojeada pareciera ser una un dicho más, un refrán que deambula de boca en boca y, que dicho sea de paso, lo hemos usado en alguna oportunidad, seguramente de manera IRREFLEXIVA al no saber exactamente lo que estamos diciendo, o como paralelo para justificar una desagravio.
Pero, ahora sí, reflexionando sobre la cita se me ocurre que define con toda exactitud a una sociedad que va a paso de vencedores hacia su propio abismo. La franqueza de la expresión delta, sin equívoco alguno, nos indica que estamos frente a una sociedad de “traposos”, lo que conjugando sería como:

yo soy
tú eres
él es
nosotros somos
vosotros sois
ellos son yo seré
tú serás
él será
nosotros seremos
vosotros seréis
ellos serán yo fui
tú fuiste
él fue
nosotros fuimos
vosotros fuisteis
ellos fueron yo era
tú eras
él era
nosotros éramos
vosotros erais
ellos eran yo sería
tú serías
él sería
nosotros seríamos
vosotros seríais
ellos serían

TRAPOSO...
Y dejémoslo hasta allí para respetar a Don Andrés Bello

Pero veamos que es la “trampa”
o Una trampa es un dispositivo o una táctica prevista para dañar, capturar, detectar, o incomodar a un intruso. Las trampas pueden ser objetos físicos, tales como jaulas, o metafóricos como acertijos o adivinanzas.

o Cheater (del inglés cheat "trampa, engaño, timo") es el nombre usado en el ambiente de los videojuegos para referirse al gamer (un tipo de video jugador) que usa cheats en los videojuegos; los cheaters frecuentan el ambiente de los juegos multi jugador en línea.

Cuando hago trampa estoy haciendo uso de una “táctica prevista -por mí- para engañar”, o sea, una forma de prevalerme y causar daño ex profesamente, lo que resulta una acción fuera del juego limpio normado por reglas que pudieran ser de cualquier categoría, pero que conlleva una carga o actitud moral y ética de comportamiento.

Una sociedad de traposos es un conglomerado donde somos capaces de todo sin importarnos nada, pero nos soportamos porque somos -disculpen lo duro- ratas de un mismo albañal. Ingerimos lo mismo, olemos a lo mismo, hacemos lo mismo, en fin, somos lo mismo. (*)
Cuando en boca de una persona oímos decir: “...yo sé que estoy timando con este precio” y no hay reacción más allá de la defensa de no ser “timado”, estamos dando la exacta respuesta que espera el traposo, pues de traposo a tramposo todo “es igual” , todo es válido.
Puedo poner miles de ejemplos y ustedes, lectores, se van a fastidiar, porque sé que es su diario trajinar en esta sociedad de traposos.
Pero miremos introspectivamente, algo así como haciendo un examen de conciencia, y pensemos por un momento de que si decido desde hoy no hacer trampa en nada, podemos ir terminando con esa mafia, con esa caterva de bandoleros que van a hundir al mundo. Porque vamos a estar claros, quienes hacen trampa se mueren igual que aquellos que no lo hacen, lo que nos indica que no podemos apostar a una solución “generacional” sino de una gerencia moral y ética nueva de sociedad., que haga posible una trasformación, que no dudo en calificar de “revolución”
Hoy se las dejo hasta aquí a ver qué me dicen ¿Les parece?
Eso creo...


*(Excepciones si las hay, pero el articulo no habla de ellos, sino de quienes hacemos trampa)

Theodoro Corona