El verdadero rey de la selva
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El verdadero rey de la selva
Autor: Silvia García
Edades: A partir de 4 años
Valores: humildad
El verdadero rey de la selva
Hace muchos años el rey de la selva era el león por ser el animal más fiero, por conseguir que todos le hicieran caso, por defender a los animales de humanos que venían a hacerles daño, por su tono de voz que hacía que todo lo que dijera pareciese muy serio.
Pero pasaron los años y poco a poco en la selva más grande del mundo, la Cando-Selva, los animales dejaron de estar unidos. A medida que era más difícil cazar, que la selva iba teniendo menos árboles y que los ríos estaban más sucios por culpa de los humanos, los animales se hicieron más independientes y egoístas y cada uno cuidaba solo de sí mismo.
Desde el cielo podía verse cómo las jirafas pasaban el día desesperadas buscando hojas en las copas de los árboles, como el león pasaba el día enfadado rugiendo porque tenía hambre nadie y precisamente por eso nadie quería acercarse a hablar él por miedo a ser comido, cómo las cebras se ponían enfermas porque bebían del agua de los charcos que estaba sucia y cómo los osos se empujaban entre ellos por conseguir una madriguera en la que hibernar.
La selva era un auténtico caos y el tigre, que estaba muy preocupado por la situación a la que estaban llegando, decidió un día reunirse con el león.
- ¡Vaya, qué sorpresa tigre! Hace mucho tiempo que nadie viene a hablar conmigo... ¿Cómo estas? – Rugió el león.
- Mal, amigo león. Venía a decirte que hace mucho tiempo que creo que ya no ejerces como el rey de la selva y creo que todos necesitamos que vuelvas. Nos estamos volviendo todos un poco locos.
- Ay… amigo. Lo sé. Pero cada día los animales se vuelven más egoístas por miedo a quedarse sin nada. Yo no puedo ocuparme porque el hambre no me deja pensar con claridad. Necesitamos un líder más sobrio y razonable, tienes razón.
- Me alegro de pienses lo mismo que yo. ¿Quién crees que podría ser nuestro líder? – preguntó el tigre –
- Podemos hablar con el elefante. Siempre escucha a todo el mundo, nunca tiene prisa por ir de un lado a otro, tiene paciencia hasta para jugar con los monos… Creo que es el candidato perfecto.
- No.
- ¿Pero cómo que no? - preguntó extrañado el león -
- Tu has tenido la humildad suficiente como para reconocer que te has equivocado, y eso te honra. Creo que el único rey al que necesita la Cando-Selva eres tú, su verdadero rey.
El verdadero rey de la selva Aquellas palabras del tigre emocionaron mucho al león que desde ese día se prometió a si mismo que no se dejaría dominar por el hambre y que se esforzaría al máximo por restablecer la calma en la selva y ser un buen rey. Y así lo hizo y desde ese día todos los animales de la Cando-Selva conviven en paz y armonía.
Edades: A partir de 4 años
Valores: humildad
El verdadero rey de la selva
Hace muchos años el rey de la selva era el león por ser el animal más fiero, por conseguir que todos le hicieran caso, por defender a los animales de humanos que venían a hacerles daño, por su tono de voz que hacía que todo lo que dijera pareciese muy serio.
Pero pasaron los años y poco a poco en la selva más grande del mundo, la Cando-Selva, los animales dejaron de estar unidos. A medida que era más difícil cazar, que la selva iba teniendo menos árboles y que los ríos estaban más sucios por culpa de los humanos, los animales se hicieron más independientes y egoístas y cada uno cuidaba solo de sí mismo.
Desde el cielo podía verse cómo las jirafas pasaban el día desesperadas buscando hojas en las copas de los árboles, como el león pasaba el día enfadado rugiendo porque tenía hambre nadie y precisamente por eso nadie quería acercarse a hablar él por miedo a ser comido, cómo las cebras se ponían enfermas porque bebían del agua de los charcos que estaba sucia y cómo los osos se empujaban entre ellos por conseguir una madriguera en la que hibernar.
La selva era un auténtico caos y el tigre, que estaba muy preocupado por la situación a la que estaban llegando, decidió un día reunirse con el león.
- ¡Vaya, qué sorpresa tigre! Hace mucho tiempo que nadie viene a hablar conmigo... ¿Cómo estas? – Rugió el león.
- Mal, amigo león. Venía a decirte que hace mucho tiempo que creo que ya no ejerces como el rey de la selva y creo que todos necesitamos que vuelvas. Nos estamos volviendo todos un poco locos.
- Ay… amigo. Lo sé. Pero cada día los animales se vuelven más egoístas por miedo a quedarse sin nada. Yo no puedo ocuparme porque el hambre no me deja pensar con claridad. Necesitamos un líder más sobrio y razonable, tienes razón.
- Me alegro de pienses lo mismo que yo. ¿Quién crees que podría ser nuestro líder? – preguntó el tigre –
- Podemos hablar con el elefante. Siempre escucha a todo el mundo, nunca tiene prisa por ir de un lado a otro, tiene paciencia hasta para jugar con los monos… Creo que es el candidato perfecto.
- No.
- ¿Pero cómo que no? - preguntó extrañado el león -
- Tu has tenido la humildad suficiente como para reconocer que te has equivocado, y eso te honra. Creo que el único rey al que necesita la Cando-Selva eres tú, su verdadero rey.
El verdadero rey de la selva Aquellas palabras del tigre emocionaron mucho al león que desde ese día se prometió a si mismo que no se dejaría dominar por el hambre y que se esforzaría al máximo por restablecer la calma en la selva y ser un buen rey. Y así lo hizo y desde ese día todos los animales de la Cando-Selva conviven en paz y armonía.
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