Carta a Sils Maria a su madre
EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Historia de Vida y Cartas :: Cartas de Friedrich Nietzsche
Página 1 de 1.
Carta a Sils Maria a su madre
1881 Mediados de julio, Sils Maria, a su madre:
[...] Considerando la enorme actividad que debe realizar mi sistema nervioso, me asombra su sutileza y su resistencia maravillosa: largos y pesados sufrimientos, una profesión inapropiada, ni siquiera una terapéutica equivocada han podido dañarlo en lo esencial; por el contrario, el año pasado se afirmó y gracias a él pude producir uno de los libros más valientes, más elevados y más reflexivos que alguna vez hayan podido nacer de un cerebro y de un corazón humano.
Incluso si hubiera puesto fin a mis días en Recoraro, hubiese muerto uno de los hombres más inflexibles y mas circunspectos, y no un desesperado.
Mis cefalalgias son muy difíciles de diagnosticar, y en cuanto a los materiales científicos necesarios para eso, sé que no importa de qué médico se trate. Sí, mi orgullo científico se ofende cuando usted me propone nuevas curas y parece creer que yo “me abandono a la enfermedad”.
¡Téngame confianza también en cuanto a esto! Hace sólo un año que prosigo el tratamiento y si antes cometí faltas fue por haber cedido y experimentado lo que otros me aconsejaban con apresuramiento.
Así pasó con mis estadías en Naumburg, en Narienbad, etcétera. Por otra parte, todo médico comprensivo me dejó entrever que una cura se daría al cabo de muchos años, y que ante todo me hace falta desembarazarme de las repercusiones graves que resultaron de los falsos métodos con los que me trataron durante tan largo período... En adelante seré mi propio medico y quiero que se diga, además, que habré sido uno de los buenos -y no sólo para mí mismo.
En cualquier caso, me preparo todavía para muchos períodos dolorosos; no se impacienten, ¡se los suplico de todo corazón! Eso es lo que me impacienta más que mis propios sufrimientos, porque me prueba qué poca fe en mí mismo tienen mis parientes más próximos.
Quien observara secretamente el cuidado que pongo en mi cura, en condiciones favorables a mi gran empeño, no dejaría de felicitarme
Friedrich Nietzsche
[...] Considerando la enorme actividad que debe realizar mi sistema nervioso, me asombra su sutileza y su resistencia maravillosa: largos y pesados sufrimientos, una profesión inapropiada, ni siquiera una terapéutica equivocada han podido dañarlo en lo esencial; por el contrario, el año pasado se afirmó y gracias a él pude producir uno de los libros más valientes, más elevados y más reflexivos que alguna vez hayan podido nacer de un cerebro y de un corazón humano.
Incluso si hubiera puesto fin a mis días en Recoraro, hubiese muerto uno de los hombres más inflexibles y mas circunspectos, y no un desesperado.
Mis cefalalgias son muy difíciles de diagnosticar, y en cuanto a los materiales científicos necesarios para eso, sé que no importa de qué médico se trate. Sí, mi orgullo científico se ofende cuando usted me propone nuevas curas y parece creer que yo “me abandono a la enfermedad”.
¡Téngame confianza también en cuanto a esto! Hace sólo un año que prosigo el tratamiento y si antes cometí faltas fue por haber cedido y experimentado lo que otros me aconsejaban con apresuramiento.
Así pasó con mis estadías en Naumburg, en Narienbad, etcétera. Por otra parte, todo médico comprensivo me dejó entrever que una cura se daría al cabo de muchos años, y que ante todo me hace falta desembarazarme de las repercusiones graves que resultaron de los falsos métodos con los que me trataron durante tan largo período... En adelante seré mi propio medico y quiero que se diga, además, que habré sido uno de los buenos -y no sólo para mí mismo.
En cualquier caso, me preparo todavía para muchos períodos dolorosos; no se impacienten, ¡se los suplico de todo corazón! Eso es lo que me impacienta más que mis propios sufrimientos, porque me prueba qué poca fe en mí mismo tienen mis parientes más próximos.
Quien observara secretamente el cuidado que pongo en mi cura, en condiciones favorables a mi gran empeño, no dejaría de felicitarme
Friedrich Nietzsche
Enry- Cantidad de envíos : 493
Puntos : 41555
Fecha de inscripción : 23/11/2013
Temas similares
» María Madre
» OH MADRE, VIRGEN MARÍA!
» Carta a mi madre desconocida*
» CARTA A MI MADRE - RICHARD CLAYDERMAN
» CARTA DE JOSE MARTI A SU MADRE:
» OH MADRE, VIRGEN MARÍA!
» Carta a mi madre desconocida*
» CARTA A MI MADRE - RICHARD CLAYDERMAN
» CARTA DE JOSE MARTI A SU MADRE:
EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Historia de Vida y Cartas :: Cartas de Friedrich Nietzsche
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.