BIPOLARIDAD
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BIPOLARIDAD
Bipolaridad...
Hay cartas que se escriben sin llegar jamás al destinatario, letras en una hoja de papel que tenían un plan que no será cumplido, el intento por alimentar un no se que, la broma nefasta del destino para dos que de momento están separados, que quizá jamás estarán juntos. Esta es una de esas cartas que se escribe sin ninguna esperanza y que es arrojada al mundo como se echa a un cachorro de casa cuando ha crecido y a la señora ya no le parece encantador. Es una crueldad ya se por eso debo decirlo o callar para siempre, eso de callar para siempre, tu sabes, no es lo mío.
Por eso evito dar vueltas para no tener que llegar de todos modos al mismo lugar, a la misma palabra detenida en la punta de mi lengua como burlándose, riéndose de mí, por que no soy capaz de decirte jamás lo que quiero decirte.
Tan solo atino a comportarme como una lunática que no se conoce el abecedario, que solo balbucea mientras babea sobre su pecho con la boca abierta, que se queda casi muda en tu presencia, presencia siempre dulce que alimenta.
Ahora es tiempo, hoy se da, necesito urgentemente me dejes hablar, escribir, trabajar en mi cerebrito perdido las palabras para después parafrasear e ir acomodando lo que siempre he querido decirte, puedo? No, no debería perderte permiso, es una exigencia, por que te requiero, necesito que me leas, me escuches, me sientas, me parece que es lo menos que merezco después de tanto, no te has dado cuenta de cómo insisto, no sabes por que? Por que me importas? Por que te pienso mas de lo que yo quisiera?
Te odio, si, te detesto, nada en ti me parece gracioso sutil o encantador, no te he podido encontrar ninguna virtud, eres pequeño, diminuto, oscuro, petulante, denso, eres un niño mal educado y engreído que ha gozado harto en molestarme, castigarme con tu mal humor, con tus palabras necias y tu escaso sentido del buen convivir, un niño caprichoso, berrinchudo, voluntarioso que solo se divierte con arrojarme desde atrás pequeñas bolitas de papel humedecidas con tu saliva por aquella cerbatana que ocultas en tu banca, bolitas que te gusta ver hechas nudo en mi cabello suelto, mi cabello suelto que te gusta jalonearme en las horas de recreo para hacerme llorar.
He querido decirle a tu madre que te reprenda por que ya estoy harta de tus cosas, de tus atropellos, de esta persecución, pero…no quiero que nadie te haga sufrir, ni siquiera tu madre, no quiero que nada malo te pase, me da rabia cuando otros chiquillos te pegan o si alguno mas grande te quita tu dinero, me enterneció tu carita ese día que te caíste y te raspaste las rodillas, cuando tu hermana te buscaba para llevarte de la mano al auto de tu padre aquel día lluvioso y volteaste a mirarme, no se si te extraño pero echo mucho de menos mirarte en vacaciones, mirarte jugar a las canicas en esa orilla del patio de juegos donde hay un hueco lleno de arena, me gusta ver tu pantalón blanco de los lunes sucio de tanto jugar. Me gusta como tus dos cejas tupidas se juntan en el centro haciéndote una sola ceja negra y gruesa, adoro tu nariz, esa que estorba cuando quieres darme un beso, cuando estas sobre mi y tienes la boca abierta sin hacer sonido alguno, el sudor de tu frente cayendo en mi vientre caliente, el brillo de tus ojos cuando me miras con esa extrañeza como si creyeras que me conoces de mucho tiempo antes pero no te acuerdas de donde exactamente e intentas recordar, me gusta el sonido de tu voz en un cuarto vacío, como hablas con ese tono tan suave que apenas y te escucho, aunque hablas tan poco. Pero cuando me dices esas cosas tan tontas, crueles e innecesarias realmente me molestas haces que todo lo bueno en mi se torne opaco, me dan ganas de darte en la espinilla algún punta pie (con cariño) así que te odio, te detesto, eres feo y no te quiero, ya no me hables ni me pidas la goma prestada en clase de español, no no te daré de mi jugo de naranja ni la mitad de mi motita* de plátano, ya no me sigas con la mirada todo el tiempo, ya no quiero jugar contigo cuando no hay nadie mas en esa banca de afuera de tu casa. Eso, eso es lo que quería decirte en esta carta. Te odio, te odio…Adiós.
*Aquí en México motita es un chicle con forma cilíndrica alargada.
Lilymeth Mena.
Hay cartas que se escriben sin llegar jamás al destinatario, letras en una hoja de papel que tenían un plan que no será cumplido, el intento por alimentar un no se que, la broma nefasta del destino para dos que de momento están separados, que quizá jamás estarán juntos. Esta es una de esas cartas que se escribe sin ninguna esperanza y que es arrojada al mundo como se echa a un cachorro de casa cuando ha crecido y a la señora ya no le parece encantador. Es una crueldad ya se por eso debo decirlo o callar para siempre, eso de callar para siempre, tu sabes, no es lo mío.
Por eso evito dar vueltas para no tener que llegar de todos modos al mismo lugar, a la misma palabra detenida en la punta de mi lengua como burlándose, riéndose de mí, por que no soy capaz de decirte jamás lo que quiero decirte.
Tan solo atino a comportarme como una lunática que no se conoce el abecedario, que solo balbucea mientras babea sobre su pecho con la boca abierta, que se queda casi muda en tu presencia, presencia siempre dulce que alimenta.
Ahora es tiempo, hoy se da, necesito urgentemente me dejes hablar, escribir, trabajar en mi cerebrito perdido las palabras para después parafrasear e ir acomodando lo que siempre he querido decirte, puedo? No, no debería perderte permiso, es una exigencia, por que te requiero, necesito que me leas, me escuches, me sientas, me parece que es lo menos que merezco después de tanto, no te has dado cuenta de cómo insisto, no sabes por que? Por que me importas? Por que te pienso mas de lo que yo quisiera?
Te odio, si, te detesto, nada en ti me parece gracioso sutil o encantador, no te he podido encontrar ninguna virtud, eres pequeño, diminuto, oscuro, petulante, denso, eres un niño mal educado y engreído que ha gozado harto en molestarme, castigarme con tu mal humor, con tus palabras necias y tu escaso sentido del buen convivir, un niño caprichoso, berrinchudo, voluntarioso que solo se divierte con arrojarme desde atrás pequeñas bolitas de papel humedecidas con tu saliva por aquella cerbatana que ocultas en tu banca, bolitas que te gusta ver hechas nudo en mi cabello suelto, mi cabello suelto que te gusta jalonearme en las horas de recreo para hacerme llorar.
He querido decirle a tu madre que te reprenda por que ya estoy harta de tus cosas, de tus atropellos, de esta persecución, pero…no quiero que nadie te haga sufrir, ni siquiera tu madre, no quiero que nada malo te pase, me da rabia cuando otros chiquillos te pegan o si alguno mas grande te quita tu dinero, me enterneció tu carita ese día que te caíste y te raspaste las rodillas, cuando tu hermana te buscaba para llevarte de la mano al auto de tu padre aquel día lluvioso y volteaste a mirarme, no se si te extraño pero echo mucho de menos mirarte en vacaciones, mirarte jugar a las canicas en esa orilla del patio de juegos donde hay un hueco lleno de arena, me gusta ver tu pantalón blanco de los lunes sucio de tanto jugar. Me gusta como tus dos cejas tupidas se juntan en el centro haciéndote una sola ceja negra y gruesa, adoro tu nariz, esa que estorba cuando quieres darme un beso, cuando estas sobre mi y tienes la boca abierta sin hacer sonido alguno, el sudor de tu frente cayendo en mi vientre caliente, el brillo de tus ojos cuando me miras con esa extrañeza como si creyeras que me conoces de mucho tiempo antes pero no te acuerdas de donde exactamente e intentas recordar, me gusta el sonido de tu voz en un cuarto vacío, como hablas con ese tono tan suave que apenas y te escucho, aunque hablas tan poco. Pero cuando me dices esas cosas tan tontas, crueles e innecesarias realmente me molestas haces que todo lo bueno en mi se torne opaco, me dan ganas de darte en la espinilla algún punta pie (con cariño) así que te odio, te detesto, eres feo y no te quiero, ya no me hables ni me pidas la goma prestada en clase de español, no no te daré de mi jugo de naranja ni la mitad de mi motita* de plátano, ya no me sigas con la mirada todo el tiempo, ya no quiero jugar contigo cuando no hay nadie mas en esa banca de afuera de tu casa. Eso, eso es lo que quería decirte en esta carta. Te odio, te odio…Adiós.
*Aquí en México motita es un chicle con forma cilíndrica alargada.
Lilymeth Mena.
Estrella- Cantidad de envíos : 2057
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Rosko- Moderador Musical
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