Leyenda romántica
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Leyenda romántica
Leyenda romántica
María, una bella chica de unos 20 años, pelo largo, negro y sedoso, piel blanca, ojos azabache, labios carnosos, una figura esbelta y moldeada por la preciosa juventud.
Ella había unido su vida con Don Pablo, un prestijioso noble de la época. amor entre este matrimonio no había, era un matrimonio obligado, no deseado por ella,sin amor.
María estaba acostumbrada a ir al bosque, a un riachuelo rodeado de grandes árboles que estes estaban a la vez, rodeados por grandes praderas verdosas, allí solía llorar su pena, y pedirle a Dios que la librara de ese castigo no merecido. Ese día llorando a la orilla del riachuelo, tuvo la mala suerte de resbalar en una piedra que tenía a su derecha, y con mas desdicha todavía, se dió con otro pedrusco en la cabeza.
Pasaba por allí un campesino, estaba corriendo enrojecido ya que un buen número de gente le perseguía, con un poco de maña pudo ocultarse detrás de unos matorrales, este, miró a su izquierda, y se encontró con la sorpresa de ver a esa bonita muchacha, se quedó prendido de su figura juvenil, una gran mancha de sangre salía de su cabeza y sin dudarlo la recogío entre la maleza y se la llevó consigo.
María despertó en una cama de paja, le dolía mucho la cabeza y tenía un gran chichón en la frente, una puerta de madera podrida se abre y aparece el muchacho, sus ojos se cruzaron en una efusiva mirada timida y ala vez apasionada y sensual, fué un amor a primera vista, un flechazo de Cupido, se había enamorado locamente uno del otro. Esa misma noche, en la cama de paja, María se entregó a Nicolás (que es el nombre del campesino)se fundieron en un solo ser en el acto de "hacer el amor".
Un rayo de sol que se asomaba por las cochambrosas ventanas de madera hizo despertar a los amantes, los pajaritos del bosque cantaban una canción que por todos los alrededores resonaba pareciendo una canción de amor. Los dos amantes se separaron ya que María tenía que regresar a su eterna prisión, antes de partir, se hicieron una eterna promesa de amor sellada por un beso, se verían todas la noches en el riachuelo al cual ella iva llorar su pena.
Pablo estaba sentado delante de la chimenea gótica, esperando a que su mujer regresara de donde se encontrase. María abrió la gran puerta lentamente y enseguida Pablo, con unas ojeras descomunales, en bata de casa y con un coñac en la mano, le gritó duras plabras ¿Dónde has pasado la noche?, tras esto, le regaló un tortazo en la cara, y con lágrimas en los ojos se retiró a su alcoba y no salió en todo el día.
Cae la noche, son las 12:00, el cielo brilla, la luna redonda y grande como una gran perla, los buhos dueños de la noche, velan por su comida, María tiene que ir al bosque al encuentro de su amado, intenta bajar por las enredaderas que dan a su cuarto, de mala manera, consigue tocar el suelo, coge aliento, mira a su alrededor para cercionarse que nadie la vigila, y con una amplia sonrisa en su rostro empieza a correr, no se da cuenta que su marido la ha observado desde el desván.
Llega a la entrada del bosque, todo está oscuro, tenebroso, raros ruidos, el viento sopla, las copas de los árboles cubre a la luna, no puede ver nada asi que se guía por su orientación. Oye unos ruidos de un caballo, está cerca del río, se mete entre los arbustos y ahí está su caballero, los dos se abrazan y con un tierno y suave beso se saludan, montan al caballo y desaparecen entre la oscuridad.
Los dos amantes fueron al cementerio, en un rincocito apartado, la pareja se entregan mutuamente, Pablo al ver esto se siente celoso, una neblina invade sus ojos, el dolor, el engaño no le deja pensar con claridad, nervioso y angustiado sale de su escondite en un descuido de la pareja, Pablo le asesta con la espada a Nicolás, María no puede contener el dolor por la pèrdida de su amado.
Pasan los dias y María solo llora llora y llora, iva al río y lloraba y lloraba acordándose que por unos días conoció la felicidad y el verdadero amor.
María acabó cortándose las venas con un abre cartas de oro, al lado del riachuelo donde había conocido a su angel.
Hoy en día, todas las noches en ese río, se oyen llantos de dolor, el río aumentó su caudal, a causa, de las lágrimas de dolor de ella, y dicen que ese bello lugar es ahora un lugar bañado en dolor, angustia y tristeza, ese bello paraiso de amor se volvió horrible a causa del dolor y la locura de María por la pèrdida de su amado.
Autor: tiita
María, una bella chica de unos 20 años, pelo largo, negro y sedoso, piel blanca, ojos azabache, labios carnosos, una figura esbelta y moldeada por la preciosa juventud.
Ella había unido su vida con Don Pablo, un prestijioso noble de la época. amor entre este matrimonio no había, era un matrimonio obligado, no deseado por ella,sin amor.
María estaba acostumbrada a ir al bosque, a un riachuelo rodeado de grandes árboles que estes estaban a la vez, rodeados por grandes praderas verdosas, allí solía llorar su pena, y pedirle a Dios que la librara de ese castigo no merecido. Ese día llorando a la orilla del riachuelo, tuvo la mala suerte de resbalar en una piedra que tenía a su derecha, y con mas desdicha todavía, se dió con otro pedrusco en la cabeza.
Pasaba por allí un campesino, estaba corriendo enrojecido ya que un buen número de gente le perseguía, con un poco de maña pudo ocultarse detrás de unos matorrales, este, miró a su izquierda, y se encontró con la sorpresa de ver a esa bonita muchacha, se quedó prendido de su figura juvenil, una gran mancha de sangre salía de su cabeza y sin dudarlo la recogío entre la maleza y se la llevó consigo.
María despertó en una cama de paja, le dolía mucho la cabeza y tenía un gran chichón en la frente, una puerta de madera podrida se abre y aparece el muchacho, sus ojos se cruzaron en una efusiva mirada timida y ala vez apasionada y sensual, fué un amor a primera vista, un flechazo de Cupido, se había enamorado locamente uno del otro. Esa misma noche, en la cama de paja, María se entregó a Nicolás (que es el nombre del campesino)se fundieron en un solo ser en el acto de "hacer el amor".
Un rayo de sol que se asomaba por las cochambrosas ventanas de madera hizo despertar a los amantes, los pajaritos del bosque cantaban una canción que por todos los alrededores resonaba pareciendo una canción de amor. Los dos amantes se separaron ya que María tenía que regresar a su eterna prisión, antes de partir, se hicieron una eterna promesa de amor sellada por un beso, se verían todas la noches en el riachuelo al cual ella iva llorar su pena.
Pablo estaba sentado delante de la chimenea gótica, esperando a que su mujer regresara de donde se encontrase. María abrió la gran puerta lentamente y enseguida Pablo, con unas ojeras descomunales, en bata de casa y con un coñac en la mano, le gritó duras plabras ¿Dónde has pasado la noche?, tras esto, le regaló un tortazo en la cara, y con lágrimas en los ojos se retiró a su alcoba y no salió en todo el día.
Cae la noche, son las 12:00, el cielo brilla, la luna redonda y grande como una gran perla, los buhos dueños de la noche, velan por su comida, María tiene que ir al bosque al encuentro de su amado, intenta bajar por las enredaderas que dan a su cuarto, de mala manera, consigue tocar el suelo, coge aliento, mira a su alrededor para cercionarse que nadie la vigila, y con una amplia sonrisa en su rostro empieza a correr, no se da cuenta que su marido la ha observado desde el desván.
Llega a la entrada del bosque, todo está oscuro, tenebroso, raros ruidos, el viento sopla, las copas de los árboles cubre a la luna, no puede ver nada asi que se guía por su orientación. Oye unos ruidos de un caballo, está cerca del río, se mete entre los arbustos y ahí está su caballero, los dos se abrazan y con un tierno y suave beso se saludan, montan al caballo y desaparecen entre la oscuridad.
Los dos amantes fueron al cementerio, en un rincocito apartado, la pareja se entregan mutuamente, Pablo al ver esto se siente celoso, una neblina invade sus ojos, el dolor, el engaño no le deja pensar con claridad, nervioso y angustiado sale de su escondite en un descuido de la pareja, Pablo le asesta con la espada a Nicolás, María no puede contener el dolor por la pèrdida de su amado.
Pasan los dias y María solo llora llora y llora, iva al río y lloraba y lloraba acordándose que por unos días conoció la felicidad y el verdadero amor.
María acabó cortándose las venas con un abre cartas de oro, al lado del riachuelo donde había conocido a su angel.
Hoy en día, todas las noches en ese río, se oyen llantos de dolor, el río aumentó su caudal, a causa, de las lágrimas de dolor de ella, y dicen que ese bello lugar es ahora un lugar bañado en dolor, angustia y tristeza, ese bello paraiso de amor se volvió horrible a causa del dolor y la locura de María por la pèrdida de su amado.
Autor: tiita
Roana Varela- Moderadora
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Fecha de inscripción : 25/10/2012
Rosko- Moderador Musical
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