EL MEDITERRÁNEO RESPIRA EN MI PECHO

EL MEDITERRÁNEO RESPIRA EN MI PECHO

Mediterráneo, extiendes tu bálsamo,
acaricias las voces dormidas,
calladas y heridas
del tiempo.
Salto ligera, voy hacia ti para curar
mis alas rotas, como viejo velero
dejando en las olas
mi aliento.
Y fundirme, sin miedo, cobijada en tus
brazos azules y milenaria cadencia
de tus ecos de cielo.

Me detiene Altea con su coro de blancos
silencios, ascienden como un rito,
que prende la tarde
y la entraña .
Ella pinta de soles mis sueños y en su canto
ondea la brisa entrañable de Grecia,
que sonríe y en secreto
me llama.
Mi mente ensaya el vuelo y en sus tejados
se posa, descifra el mensaje lejano,
que escribe un poema
en el alma.

Sus letras son gaviotas, que reflejan
la belleza divina, punteando la arena
y el verso, que respira paciente
en la playa...
El corazón intuye el sentido y calla,
se mira en el reflejo y vislumbra la
presencia, que aletea en los ojos
del agua.
Se esconde en mi piel y en el latido
de cada instante, que susurra un beso
de emoción encendida, plenitud
y calma.

El último sol de la tarde recoge mis brazos
azules y la milenaria cadencia
de mis ecos de cielo.
El Mediterráneo respira en mi pecho
y se duerme al vaivén de mis olas,
que en la playa pintan la estela
dorada de un sueño.
Y mis alas rotas, se olvidan del tiempo,
se funden en el crepúsculo y ascienden
como una plegaria de amor
al universo.

M. Jesús Muñoz