LLUVIA
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EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Grandes Poetas y Escritores Consagrados :: Federico García Lorca
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LLUVIA
LLUVIA
Enero de 1919. (Granada.)
La lluvia tiene un vago secreto de ternura, algo de soñolencia
resignada y amable.
Una música humilde se despierta con ella que hace vibrar el alma
dormida del paisaje.
Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos con una mansedumbre de
atardecer constante.
Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores y nos unge de
espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras y en el alma tristeza de
lo que no se sabe.
La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde, o la ilusión inquieta de un
mañana imposible con la inquietud cercana del dolor de la carne.
El amor se despierta en el gris de su ritmo, nuestro cielo interior
tiene un triunfo de sangre, pero nuestro optimismo se convierte en
tristeza,
al contemplar las gotas muertas en los cristales.
Y son las gotas ojos de infinito que miran al infinito blanco que les
sirvió de madre.
Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio y le dejan divinas
heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.
¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos, lluvia mansa y serena
de esquila y luz suave, lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que amorosa y triste sobre las cosas caes!
¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas almas de fuentes claras
y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.
El canto primitivo que dices al silencio y la historia sonora que
cuentas al ramaje los comenta llorando mi corazón desierto en un
negro y profundo pentagrama sin clave.
Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena, tristeza resignada de cosa
irrealizable.
Tengo en el horizonte un lucero encendido y el corazón me impide
que corra a contemplar-le.
¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman y eres sobre el piano
dulzura emocionante.
Das al alma las mismas nieblas y resonancias que pones en el alma
dormida del paisaje!
Enero de 1919. (Granada.)
La lluvia tiene un vago secreto de ternura, algo de soñolencia
resignada y amable.
Una música humilde se despierta con ella que hace vibrar el alma
dormida del paisaje.
Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos con una mansedumbre de
atardecer constante.
Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores y nos unge de
espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras y en el alma tristeza de
lo que no se sabe.
La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde, o la ilusión inquieta de un
mañana imposible con la inquietud cercana del dolor de la carne.
El amor se despierta en el gris de su ritmo, nuestro cielo interior
tiene un triunfo de sangre, pero nuestro optimismo se convierte en
tristeza,
al contemplar las gotas muertas en los cristales.
Y son las gotas ojos de infinito que miran al infinito blanco que les
sirvió de madre.
Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio y le dejan divinas
heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.
¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos, lluvia mansa y serena
de esquila y luz suave, lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que amorosa y triste sobre las cosas caes!
¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas almas de fuentes claras
y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.
El canto primitivo que dices al silencio y la historia sonora que
cuentas al ramaje los comenta llorando mi corazón desierto en un
negro y profundo pentagrama sin clave.
Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena, tristeza resignada de cosa
irrealizable.
Tengo en el horizonte un lucero encendido y el corazón me impide
que corra a contemplar-le.
¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman y eres sobre el piano
dulzura emocionante.
Das al alma las mismas nieblas y resonancias que pones en el alma
dormida del paisaje!
Roque- Poeta especial
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Roana Varela- Moderadora
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Re: LLUVIA
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"El amor es la razón del corazón"
sabra- Admin
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