Adicción Perversa
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Adicción Perversa
Adicciones, perversiones, me encanta hacerlo contigo…
Tú eres como yo, generalmente una braza ardiente que da mucho calor y otras veces, un tempano de hielo, que espera ser derretido con mis caricias, quieres que te caliente y te haga venir por mi sexo…
Juntos le damos un nuevo significado a las palabras pasión y deseo… Activa y sediento como mis ganas, siempre dispuesta.
Ve con tu diosa interna, enséñale lo que me gusta, para hacerle el amor a las dos por separado y terminar en ambas… ser dos musas para completarme, para satisfacer todos mis deseos, esos deseos perversos por carne, por entrar en tus entrañas y robarme el alma a embestidas, al son de mis más furiosos gritos… había tres cosas a las que era adicto: el olor de tu cabello, la textura de tu piel y el sabor de tu vagina.
Te excitabas pausado, soltando silbidos armónicos entre la fogosidad de tus labios que, al agudizar el calor, se tornaban en respiraciones largas liberadas desde lo más profundo del pecho. Mi lengua coloreaba tu cuello, tus senos, tus pezones moca y recorría despacio los tonos entintados de la gula insaciable por la lujuria sutil.
Percibí mi erección advirtiendo las caricias que se acentuaban en tus muslos y la bendita curvatura en medio de tu trasero y tu espalda. Pretendía la intimidad, ese espacio de tu ser en el que mi miembro palpaba las líneas misteriosas de una prodigiosa mujer.
Besaste mi glande, acariciándolo con el humo de tus labios y masturbaste febril la desnudez de mi pudor para que después guiar mi boca al deleite entre tus piernas. Te abriste a mí, para dar la bienvenida al placer intenso del ardor vibrante.
Restregabas suave tus caderas, concibiendo en círculos el goce de mi espesor de varón. Estabas hecha para mí, para satisfacer el fuego que con fulgor me consumía en una ardiente llamarada. No había piedad en la guerra bajo las sábanas, únicamente el fervor de la aparición del orgasmo.
Me vine en ti, en la posesión de tu silueta en la sed de complacerte con la satisfacción de mi sensualidad.
Martín Bagdan
Tú eres como yo, generalmente una braza ardiente que da mucho calor y otras veces, un tempano de hielo, que espera ser derretido con mis caricias, quieres que te caliente y te haga venir por mi sexo…
Juntos le damos un nuevo significado a las palabras pasión y deseo… Activa y sediento como mis ganas, siempre dispuesta.
Ve con tu diosa interna, enséñale lo que me gusta, para hacerle el amor a las dos por separado y terminar en ambas… ser dos musas para completarme, para satisfacer todos mis deseos, esos deseos perversos por carne, por entrar en tus entrañas y robarme el alma a embestidas, al son de mis más furiosos gritos… había tres cosas a las que era adicto: el olor de tu cabello, la textura de tu piel y el sabor de tu vagina.
Te excitabas pausado, soltando silbidos armónicos entre la fogosidad de tus labios que, al agudizar el calor, se tornaban en respiraciones largas liberadas desde lo más profundo del pecho. Mi lengua coloreaba tu cuello, tus senos, tus pezones moca y recorría despacio los tonos entintados de la gula insaciable por la lujuria sutil.
Percibí mi erección advirtiendo las caricias que se acentuaban en tus muslos y la bendita curvatura en medio de tu trasero y tu espalda. Pretendía la intimidad, ese espacio de tu ser en el que mi miembro palpaba las líneas misteriosas de una prodigiosa mujer.
Besaste mi glande, acariciándolo con el humo de tus labios y masturbaste febril la desnudez de mi pudor para que después guiar mi boca al deleite entre tus piernas. Te abriste a mí, para dar la bienvenida al placer intenso del ardor vibrante.
Restregabas suave tus caderas, concibiendo en círculos el goce de mi espesor de varón. Estabas hecha para mí, para satisfacer el fuego que con fulgor me consumía en una ardiente llamarada. No había piedad en la guerra bajo las sábanas, únicamente el fervor de la aparición del orgasmo.
Me vine en ti, en la posesión de tu silueta en la sed de complacerte con la satisfacción de mi sensualidad.
Martín Bagdan
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Re: Adicción Perversa
Presente. Gracias por compartir esta poesía respetable poeta, saludo fraternal desde la montaña.
Roque- Poeta especial
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