HUMBOLDT SOBRE WEBSTER
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HUMBOLDT SOBRE WEBSTER
"Durante treinta años, durante treinta años (y los contó con los dedos), usted no ha progresado en lo que respecta a la esclavitud; ha retrocedido, muy atrás en muchos aspectos en eso. Pienso especialmente en su ley de 1850, que ley por la cual un hombre en un Estado libre, donde debería ser libre, puede ser hecho esclavo, de la cual yo siempre llamo la ley de Webster .
"Antes siempre me gustó el Sr. Webster. Era un gran hombre. Lo conocí, y hasta entonces siempre me gustó. Pero, después de eso, lo odié. Él fue el hombre que lo hizo. Si quería evitarlo , podría haberlo hecho. Esa es la razón por la que la llamo la ley de Webster. Y desde entonces, lo odié ".
Hice algunos comentarios acerca de que la influencia del Sr. Webster en ese punto no se limitaba a una esfera política, sino que también llevaba consigo ese círculo de literatos con los que estaba conectado. "Sí", dijo él, "fue él quien lo hizo todo; y esos mismos hombres que no están relacionados con la política, que debería haberse enfrentado a él, como dices, se movió con él. Vienes de Nueva Inglaterra, donde hay tanto sentimiento antiesclavista, y donde has aprendido a pensar que la esclavitud es mala. Mientras estés aquí en Europa, puedes ver cosas que te parezcan malas; pero yo conozco Europa, y os digo que aquí no encontraréis nada que sea ni la mitad de malo que vuestra esclavitud.
Estas fueron las opiniones del Barón Humboldt, un filósofo cristiano de renombre mundial, cuyas opiniones sobre los hombres y las naciones fueron más allá para establecer su carácter, que cualquier hombre vivo ahora. Como pensaba Humboldt, pensaría el mundo cristiano. El Sr. Webster, como miembro del gabinete de Fillmore, aprobó la Ley de fugitivos y prestó su influencia personal y oficial para sostenerla. Al hacer eso, defraudó su propia naturaleza moral. No solo se deshonró a sí mismo, sino también a la nación que lo colocó en esa posición conspicua. No hablaríamos mal de ningún hombre; pero ¿quién que lea y reflexione puede ignorar el hecho de que todos los que sostienen o sancionan esa infame ley deben empañar su propio carácter y degradarse en su propia opinión y en la opinión de todos los hombres buenos?
"Durante treinta años, durante treinta años (y los contó con los dedos), usted no ha progresado en lo que respecta a la esclavitud; ha retrocedido, muy atrás en muchos aspectos en eso. Pienso especialmente en su ley de 1850, que ley por la cual un hombre en un Estado libre, donde debería ser libre, puede ser hecho esclavo, de la cual yo siempre llamo la ley de Webster .
"Antes siempre me gustó el Sr. Webster. Era un gran hombre. Lo conocí, y hasta entonces siempre me gustó. Pero, después de eso, lo odié. Él fue el hombre que lo hizo. Si quería evitarlo , podría haberlo hecho. Esa es la razón por la que la llamo la ley de Webster. Y desde entonces, lo odié ".
Hice algunos comentarios acerca de que la influencia del Sr. Webster en ese punto no se limitaba a una esfera política, sino que también llevaba consigo ese círculo de literatos con los que estaba conectado. "Sí", dijo él, "fue él quien lo hizo todo; y esos mismos hombres que no están relacionados con la política, que debería haberse enfrentado a él, como dices, se movió con él. Vienes de Nueva Inglaterra, donde hay tanto sentimiento antiesclavista, y donde has aprendido a pensar que la esclavitud es mala. Mientras estés aquí en Europa, puedes ver cosas que te parezcan malas; pero yo conozco Europa, y os digo que aquí no encontraréis nada que sea ni la mitad de malo que vuestra esclavitud.
Estas fueron las opiniones del Barón Humboldt, un filósofo cristiano de renombre mundial, cuyas opiniones sobre los hombres y las naciones fueron más allá para establecer su carácter, que cualquier hombre vivo ahora. Como pensaba Humboldt, pensaría el mundo cristiano. El Sr. Webster, como miembro del gabinete de Fillmore, aprobó la Ley de fugitivos y prestó su influencia personal y oficial para sostenerla. Al hacer eso, defraudó su propia naturaleza moral. No solo se deshonró a sí mismo, sino también a la nación que lo colocó en esa posición conspicua. No hablaríamos mal de ningún hombre; pero ¿quién que lea y reflexione puede ignorar el hecho de que todos los que sostienen o sancionan esa infame ley deben empañar su propio carácter y degradarse en su propia opinión y en la opinión de todos los hombres buenos?
Arjona Dalila Rosa- Cantidad de envíos : 1230
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Re: HUMBOLDT SOBRE WEBSTER
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sabra- Admin
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