PLUTÓN Y PROSERPINA- EL REGRESO-PARTE III

El llanto de Ceres enmudecía al olimpo
sus lágrimas de sangre envenenaban los ríos
la ninfa Aretusa se enteró del secuestro
y aconsejó a los dioses que visiten el averno.

Júpiter se negaba a descender al infierno
perdería su poder inclusive su reino
sacrificaría a su hija se olvidaría de ella
pero Ceres le rogaba que rescate a la doncella.

El olimpo reunido apoyó al Dios padre
este puso una condición que debería respetarse
que su hija amada jamás haya ingerido alimentos
y menos comerlos junto a lado de los muertos.

Ceres no titubeó en sumergirse en el tártaro
rescataría a su hija entre gritos y llamas
al descender al abismo Proserpina comía.
la granada de la discordia que Plutón le ofrecía.

La desolación imperaba en el olimpo entero
Proserpina viviría por siempre en los infiernos
y la tierra se cubrió de una tristeza infinita
era el dolor de Ceres que clamaba por su hija.

Júpiter abrumado por el reclamo de los mortales
que lo culpaban del hambre y de todos los males
decidió cambiar la cláusula acepto que su hija
vuelva tan solo seis meses al olimpo de regreso.

Al llegar la doncella abrazo a sus padres
la tierra se cubrió de cosechas abundantes
pero con la primavera regresaría al averno
y todo seria tristeza hasta que llegue el invierno

EURÍDICE CANOVA
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Dejo mi huella en este poema y gracias por compartirlo con los lectores y los poetas que nos visitan. Saludos fraternos.