AMOR PERDIDO
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AMOR PERDIDO
AMOR PERDIDO
Esto más que un grito
es un reclamo de lo que amando
no tengo y persigo.
Me falta mi tercera costilla
la de la semejanza,
la del pecado,
la del paraíso
que nunca conocí
y ya ni sé si exista.
Me faltas tú,
me falto yo mismo.
Cómo se puede echar en falta
aquello que nunca se vio,
no lo sé.
Sin embargo
me haces falta
y no te tengo.
La tercera, sí.
Esa que supongo elegí,
pero se me hurtó
y no hubo tiempo
de abrazos ni besos.
Me miro al espejo
y me falta vida
para completar mis ganas de vivir.
No sueño, pero te sueño
y existes
al otro lado del iris
respirando mi nombre
y yo aquí negando inventarme el tuyo
por miedo.
El tercer peldaño está hueco
se llenó de polvo astral
y de el cuelgan mis pies
mientras te pienso.
Me niego a fantasear con
tu mentón o tus manos,
pero inevitablemente
está ocurriendo.
Y una vez más,
te echo de menos.
Hoy vi como bailaban las estrellas,
caía en fuga un deseo
y se llevaba la estela de mis sueños.
Hoy vi como la osa mayor
me guiñaba un ojo
y me dedicaba un beso.
Y supe que ya no había razón
para echarte de menos.
Bailaba un olor dulce frente al espejo
traía consigo un lejano recuerdo,
fue entonces cuando te vi
vestida de risas
y con tus pies en punta
marcando destellos.
Te sentaste
y los dejaste caer
de un peldaño hueco.
Eras tú,
lo sé.
La de mi tercera costilla,
la de la semejanza,
la del pecado
y de ese paraíso,
que al final
siempre fue nuestro.
Y si el creador fuera mujer
y escribiera historias de amor…
¿Qué crees hubiera escrito al séptimo día?
Quizás tu historia, la de ella o
la de mi mismo cielo.
Mariana R.Regueiro. Ariel
Esto más que un grito
es un reclamo de lo que amando
no tengo y persigo.
Me falta mi tercera costilla
la de la semejanza,
la del pecado,
la del paraíso
que nunca conocí
y ya ni sé si exista.
Me faltas tú,
me falto yo mismo.
Cómo se puede echar en falta
aquello que nunca se vio,
no lo sé.
Sin embargo
me haces falta
y no te tengo.
La tercera, sí.
Esa que supongo elegí,
pero se me hurtó
y no hubo tiempo
de abrazos ni besos.
Me miro al espejo
y me falta vida
para completar mis ganas de vivir.
No sueño, pero te sueño
y existes
al otro lado del iris
respirando mi nombre
y yo aquí negando inventarme el tuyo
por miedo.
El tercer peldaño está hueco
se llenó de polvo astral
y de el cuelgan mis pies
mientras te pienso.
Me niego a fantasear con
tu mentón o tus manos,
pero inevitablemente
está ocurriendo.
Y una vez más,
te echo de menos.
Hoy vi como bailaban las estrellas,
caía en fuga un deseo
y se llevaba la estela de mis sueños.
Hoy vi como la osa mayor
me guiñaba un ojo
y me dedicaba un beso.
Y supe que ya no había razón
para echarte de menos.
Bailaba un olor dulce frente al espejo
traía consigo un lejano recuerdo,
fue entonces cuando te vi
vestida de risas
y con tus pies en punta
marcando destellos.
Te sentaste
y los dejaste caer
de un peldaño hueco.
Eras tú,
lo sé.
La de mi tercera costilla,
la de la semejanza,
la del pecado
y de ese paraíso,
que al final
siempre fue nuestro.
Y si el creador fuera mujer
y escribiera historias de amor…
¿Qué crees hubiera escrito al séptimo día?
Quizás tu historia, la de ella o
la de mi mismo cielo.
Mariana R.Regueiro. Ariel
Karla Benitez- Moderadora
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Fecha de inscripción : 22/03/2013
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sabra- Admin
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