ESTADO REM ALTERADO- CAPITULO II
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ESTADO REM ALTERADO- CAPITULO II
por Marcela Noemí Silva Sáb Dic 24, 2011 12:04 am
ESTADO REM ALTERADO
CAPÍTULO II
-Nooooooooooo, noooooooooo,no quiero morir, soy inocenteeee.Gritaba descontrolado el hombre arañándose con fuerza su cuello. Como queriéndose arrancar una cuerda.
Amor despierta es solo una mal sueño.-La mujer desesperada zamarreaba al marido de su pijama para despertarlo.
El bebé se despertó por los gritos y comenzó a llorar, mientras la puerta de la habitación era golpeada con fuerza por los dos hijos menores del matrimonio preguntando a viva voz que es lo que estaba sucediendo.
-No pasa nada hijos-Dijo la mujer a punto de descontrolarse.-Ya regresen a sus habitaciones, su padre tiene una de sus pesadillas ya despertará no se preocupen.
-¿El bebé está bien? Pregunto Walter el mayor de los niños.
- Si está bien, un poco asustado por los gritos. Pero ya váyanse que debo despertar a papá o lo vecinos llamarán a la policía con tanto lío.
Los niños se marcharon y la mujer a esa altura de los hechos estaba decidida a despertar como sea al hombre.
Se dirigió al baño, mojo la toalla y la coloco sobre la cara de su marido mientras le ordenaba -¡Ya basta Carlos! Deja de gritar que asustas a todos! Despierta por el amor de dios.
Cielo es tan solo una pesadilla - Decía la mujer en tono imperativo y maternal al mismo tiempo, mientras lo sacudía para despertarlo.
El hombre abría sus ojos aterrorizado, respirando aceleradamente y empapado de sudor. La mujer lo abrazaba como si fuera un niño, trataba de calmarlo.
-Tuve otra vez la misma pesadilla amor. Lo siento no quise asustarte. ¡Mierda cuando terminaran! ¡Cristo, me volveré loco!
-Shhhh ya tranquilo amor, no puedes seguir así .Debes ver al médico para que te recete otra medicación, está última que te dio te hace ver alucinaciones.
-¡No son alucinaciones! -Vociferaba Carlos fuera de sí.
-Lo que tú digas cielo, pero por favor no puedes estar gritando todas las noches, debes buscar una solución a tus pesadillas.
-¿Crees que lo hago adrede? Crees que me acuesto y digo ahora voy a soñar la mejor pesadilla de mi vida. ¡No seas estúpida Inés!
-No digo eso, pero despertaste al bebé. No sabes lo que me costó dormirlo, ya que lloro toda la noche por sus anginas.
Hoy después del almuerzo lo llevaremos al pediatra nuevamente.
- Inés, estoy muy nervioso y además me siento enfermo. Tendrás que llevar sola a Ramiro al médico.-Grito con toda su ira el hombre.
-Te entiendo querido estas muy exaltado. No quiero discutir desde la mañana temprano, ni que te pongas más nervioso, así que lo mejor es que vaya a preparar un suculento desayuno para todos y tú tranquilo. Espero que te olvides de esa horrible pesadilla que te pone en ese estado emocional calamitoso.
Por suerte Ramirito dejo de llorar y ahora se duerme nuevamente.
Carlos ya no escuchaba a Inés, miraba fijamente la cuna donde dormía plácidamente su hijo. Se acercó con la intención de acariciarlo, pero su mano quedó suspendida en el aire. Por primera vez experimento un rechazo inexplicable.
Sintió que se ahogaba en la habitación. Se vistió raudamente y se dirigió al living. Encendió su primer cigarrillo del día para poder tranquilizarse pero sus manos temblaban aun.
Salió al balcón para sentir el calor del sol en su rostro. Amaba el sol y lo hacía sentir en paz consigo mismo. Se quedó pensativo mirando el cielo pero el gong de un reloj alemán antiguo cucú del siglo XIII interrumpió sus pensamientos. En un acto reflejo miro la hora, el reloj marcaba las ocho de la mañana. Hora de mi muerte dijo en voz alta. Inmediatamente percibió que su corazón se aceleraba más de lo normal después de haber dicho las palabras proferidas. Se estremeció al ver la misma hora que coincidía con la hora de ejecución de su pesadilla.
Aspiro profundo cada bocanada de humo de su cigarrillo, tratando de no sugestionarse por los hechos coincidentes con los de su sueño.
Ya no somatizaría esa tonta pesadilla.
Se dirigió a la bodega para buscar el mejor whisky añejo sin poder evitar mirar la fantástica colección de fusiles de percusión antigua que lucían en la pared de la bodega.
Sintió escalofríos en todo su cuerpo pero ya no le daría importancia era un horrible sueño pensó, aunque una duda lo invadió de pronto. Y sintió miedo, mucho miedo por su futuro incierto y el de su familia. El bebé se despertó y comenzó a llorar nuevamente. Su mujer desde la cocina le pidió a su marido que lo acune y lo calme. Y el hombre que hasta un día antes corría cada vez que su hijo lloraba. Esta vez se quedó estático sumido en su estado de pánico.
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