DESFLORACIÓN ETERNA

DESFLORACIÓN ETERNA

Aperturastes los ojos y sonreíste dulcemente, te besé en la frente, sobre los ojos, en los labios, acaricié con mis labios, los lóbulos de tus orejas, para enardecerte y prolongué esa caricia, por el cuello ebúrneo y tu pecho adorable, que descubrió bruscamente, haciendo saltar fuera del jubón tus senos duros, como dos cactus en flor
Te acaricié largamente, apasionadamente devorándote a besos, tus corolas rojas, de aquellas flores de nácar, teñidas de un suave azul extasiado.
Descubrí la belleza de tu cuerpo sin nada de esos lujos íntimos, que hacen doblemente deseable, la belleza de una mujer que se desnuda.
Te poseí, suavemente, constantemente, ardientemente como vehemencia tierna. ¡sintiéndote gemir bajo mis besos! en el encanto y dolor de aquella desfloración eterna.

Raul T