EL TIGRE QUE NO QUERÍA COMER CARNE
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EL TIGRE QUE NO QUERÍA COMER CARNE
EL TIGRE QUE NO QUERÍA COMER CARNE
Tigresio Tigroide era un joven tigre que se negaba a comer carne. La mamá preocupada llamó al doctor Tigrón.
El doctor Tigrón lo revisó y lo encontró fuerte y saludable, pero le aconsejó a la madre que visite al rey de los leones para que le dé una mejor opinión.
Los leones y los tigres eran muy amigos y entre ellos habia varios doctores muy sabios
Al día siguiente, la madre y el joven Tigresio buscaron el árbol más alto de la selva que era el consultorio privado donde atendía el rey de los leones.
El rey de los leones los recibió con un bostezo gigante mientras mostraba sus feroces dientes. Tigresio se asustó, pero el rey de los leones le hizo abrir la boca y le revisó cada uno de los dientes como si fuera el dentista más sabiondo de la selva.
Miró pensativo al joven tigresito; tranquilizó a la madre y le aconsejó que, en un plazo de dos días, le cocine una rica carne al horno; además, le dijo que Tigresio estaba en la edad de tener su héroe propio, a lo que la mujer miró con dulzura a su hijo y le acarició su corta cabellera .
Pasados los dos días, la mamá tigre sirvió una rica carne con batatas asadas, los frutos que trajeron de regalo los duendes del bosque y la savia dorada que trajeron las hadas.
La mamá tigre hizo todo lo que le dijo el rey de los leones y terminada la cena hablaría con su hijo sobre los héroes.
Para sorpresa de la familia, el joven tigre comió las batatas, los frutos, bebió la savia dorada y se negó a comer, la rica carne asada que fue devorada por sus hermanos.
La mamá miró preocupada a su hijo y le preguntó.
—¿Tiene algo de malo la carne Tigresio? ¿o ya no te gusta mi comida?
—Me gusta mucho tu comida mami, pero quiero ser como el Capitán América que no come carne.
—¿Quién te dijo eso?
—Uriel, un compañero de la escuela. Él dice que los héroes no necesitan comer carne y que con los frutos y raíces de bosque se hacen fuerte.
—Tu compañero está equivocado—respondió la mamá con una sonrisa —todos los héroes comen mucha carne para ser más fuertes y el Capitán América que es amigo de la abuela Tenchita Tigroide te lo dirá algún día.
—Nunca me dijo la abuelita que era amiga del Capitán América—dijo Tigresio a su madre con asombro.
—Todos los Tigroides de la familia tienen un héroe que nos protege y la abuelita dice que descendemos de algunos de ellos.
—¿En serio? —preguntó con asombro el joven tigre.
—Así es hijo. Desde que somos los reyes de la selva podemos elegir a un héroe que nos auxilie cuando lo necesitemos.
—¿Y yo también tendré a mi propio héroe? —preguntó con timidez Tigresio
—Por supuesto y él vendrá a ayudarte cada vez que lo necesites, pero para eso debes estudiar mucho, comer saludable y confiar siempre en tu familia.
—¿Y tú héroe cual es mamá?
—Mazinger Z
—¿Y el de papá?
—Dragon Ball
—¿Y si son amigos nuestros, porque no nos vienen a visitar a la selva?
—Porque están todos en la casa del Tafí del Valle.
—¡En la casa de la abuelita! —exclamó Tigresio sin poder creer lo que escuchaba
—Si hijo. Están arreglando el techo de la abuelita que casi se le cae encima y termina todo como una película de terror.
—¿Qué pasó? ah ya sé... fue uno de esos meteoritos que caen de Marte o de la Luna lo que destrozaron el techo de la abuelita—dijo Tigresio enojado.
— ¡Ojalá hubiese sido una piedra gigante que cayó del cielo! —Exclamó la madre mirando hacia el cielo.
—Entonces fue el viento mami, no olvides que sopla muy fuerte en los cerros. Recuerdo cuando voló el tanque de agua del techo de la abuelita Tenchita.
—Nada de eso hijo- Fue el tonto de Iron Man que al aterrizar con fuerza en el techo de la abuelita lo rompió. Por suerte ese día estaba el Capitán América tomando mate, que al ver como todo se desmoronaba puso su escudo de protección para sostener lo que quedaba de las chapas.
—¡Pobre abuelita! —dijo Tigresio con pena.
—La abuelita está bien. El que no está bien es el Capitán América que le duele el brazo de tanto sostener el techo con el escudo. ¡Ese muchacho tiene el brazo fuerte como el hierro!
—¡Ese escudo es indestructible! Espero que el Capitán América use todas sus fuerzas.
—No por mucho tiempo hijo, él está esperando a su amigo Flash para que arreglé el techo y parte de las paredes que quedaron débiles.
—¿Y flash de quien es héroe? ¿de alguno de mis hermanos?
—Thor y Linterna Verde protegen a tus hermanos
—¿Y flash? ¿Él también ayuda a la abuelita cuando ella lo necesita?
—A partir de ahora será tu héroe, pero tienes que ser tan fuerte como él y ya te dije como.
— Entiendo mami, comeré toda la carne que me sirvas.
—¡Qué alegría? Mientras cocino una rica carne asada atiende el teléfono que hace rato que está sonando.
Al cabo de unos minutos, el joven Tigresio se sienta a comer la carne en silencio y la madre al verlo preocupado lo invade a preguntas.
—¿Quién llamó? ¿Te preocupa algo Tigresio? ¿Es la carne? ¿No te gusta?
—La carne me gusta, pero no voy a comer mucho porque la abuelita me acaba de decir que vendrá a vivir un tiempo largo con nosotros. Me pone contento que venga a vivir con nosotros, pero me pone triste lo que pasó.
—¿Qué pasó?... ¿Qué te dijo?
—Es que... Flash estaba reparando el Techo y apareció el Increíble Hulk para ayudar y terminó con un golpe demoliendo la casa.
—¡Pero!... ¡qué come el increíble Hulk para tener semejante fuerza!
—El asado de la abuelita. Él se comió todo el asado que ella estaba cocinando a la parrilla.
—¡Qué bien! Ya ves hijo como Hulk se vuelve cada día más fuerte.
—Pero el tonto estaba tan contento por lo rico que estaba el asado que golpeó la pared y derrumbo la casa. La abuela Tenchita se enojó tanto que salió a correrlo con la escoba, pero no lo pudo alcanzar.
—¡Es imposible alcanzar a Hulk! Es demasiado rápido y fuerte.
—Yo quiero ser fuerte, pero no tanto. No comeré tanta carne mami, no quiero derrumbar nuestra casa.
—No te preocupes Tigresio. Llamaremos a tu abuelo para que te cuente sobre las espinacas que come Popeye.
—¿Y ese Popeye quién es?
—Es el héroe de tu abuelo, un marino muy antiguo que come espinacas y es muy fuerte.
—¡Con razón al abuelo les gustan las espinacas!
—Y a ti también te gustarán. Ahora te las serviré con el rico asado al horno que estoy preparando, de esa forma tendrás una dieta equilibrada.
—Y creceré sano y fuerte como Flash y Popeye.
—Así es hijo, come toda la comida que crecerás fuerte como tus héroes.
Mientras tanto en Tafí del Valle, la abuelita Tenchita sigue corriendo, con la escoba, al Increíble Hulk sin poder alcanzarlo y el pobre Capitán América busca su escudo entre los escombros.
Fin.
Marcela Noemí Silva.
Tigresio Tigroide era un joven tigre que se negaba a comer carne. La mamá preocupada llamó al doctor Tigrón.
El doctor Tigrón lo revisó y lo encontró fuerte y saludable, pero le aconsejó a la madre que visite al rey de los leones para que le dé una mejor opinión.
Los leones y los tigres eran muy amigos y entre ellos habia varios doctores muy sabios
Al día siguiente, la madre y el joven Tigresio buscaron el árbol más alto de la selva que era el consultorio privado donde atendía el rey de los leones.
El rey de los leones los recibió con un bostezo gigante mientras mostraba sus feroces dientes. Tigresio se asustó, pero el rey de los leones le hizo abrir la boca y le revisó cada uno de los dientes como si fuera el dentista más sabiondo de la selva.
Miró pensativo al joven tigresito; tranquilizó a la madre y le aconsejó que, en un plazo de dos días, le cocine una rica carne al horno; además, le dijo que Tigresio estaba en la edad de tener su héroe propio, a lo que la mujer miró con dulzura a su hijo y le acarició su corta cabellera .
Pasados los dos días, la mamá tigre sirvió una rica carne con batatas asadas, los frutos que trajeron de regalo los duendes del bosque y la savia dorada que trajeron las hadas.
La mamá tigre hizo todo lo que le dijo el rey de los leones y terminada la cena hablaría con su hijo sobre los héroes.
Para sorpresa de la familia, el joven tigre comió las batatas, los frutos, bebió la savia dorada y se negó a comer, la rica carne asada que fue devorada por sus hermanos.
La mamá miró preocupada a su hijo y le preguntó.
—¿Tiene algo de malo la carne Tigresio? ¿o ya no te gusta mi comida?
—Me gusta mucho tu comida mami, pero quiero ser como el Capitán América que no come carne.
—¿Quién te dijo eso?
—Uriel, un compañero de la escuela. Él dice que los héroes no necesitan comer carne y que con los frutos y raíces de bosque se hacen fuerte.
—Tu compañero está equivocado—respondió la mamá con una sonrisa —todos los héroes comen mucha carne para ser más fuertes y el Capitán América que es amigo de la abuela Tenchita Tigroide te lo dirá algún día.
—Nunca me dijo la abuelita que era amiga del Capitán América—dijo Tigresio a su madre con asombro.
—Todos los Tigroides de la familia tienen un héroe que nos protege y la abuelita dice que descendemos de algunos de ellos.
—¿En serio? —preguntó con asombro el joven tigre.
—Así es hijo. Desde que somos los reyes de la selva podemos elegir a un héroe que nos auxilie cuando lo necesitemos.
—¿Y yo también tendré a mi propio héroe? —preguntó con timidez Tigresio
—Por supuesto y él vendrá a ayudarte cada vez que lo necesites, pero para eso debes estudiar mucho, comer saludable y confiar siempre en tu familia.
—¿Y tú héroe cual es mamá?
—Mazinger Z
—¿Y el de papá?
—Dragon Ball
—¿Y si son amigos nuestros, porque no nos vienen a visitar a la selva?
—Porque están todos en la casa del Tafí del Valle.
—¡En la casa de la abuelita! —exclamó Tigresio sin poder creer lo que escuchaba
—Si hijo. Están arreglando el techo de la abuelita que casi se le cae encima y termina todo como una película de terror.
—¿Qué pasó? ah ya sé... fue uno de esos meteoritos que caen de Marte o de la Luna lo que destrozaron el techo de la abuelita—dijo Tigresio enojado.
— ¡Ojalá hubiese sido una piedra gigante que cayó del cielo! —Exclamó la madre mirando hacia el cielo.
—Entonces fue el viento mami, no olvides que sopla muy fuerte en los cerros. Recuerdo cuando voló el tanque de agua del techo de la abuelita Tenchita.
—Nada de eso hijo- Fue el tonto de Iron Man que al aterrizar con fuerza en el techo de la abuelita lo rompió. Por suerte ese día estaba el Capitán América tomando mate, que al ver como todo se desmoronaba puso su escudo de protección para sostener lo que quedaba de las chapas.
—¡Pobre abuelita! —dijo Tigresio con pena.
—La abuelita está bien. El que no está bien es el Capitán América que le duele el brazo de tanto sostener el techo con el escudo. ¡Ese muchacho tiene el brazo fuerte como el hierro!
—¡Ese escudo es indestructible! Espero que el Capitán América use todas sus fuerzas.
—No por mucho tiempo hijo, él está esperando a su amigo Flash para que arreglé el techo y parte de las paredes que quedaron débiles.
—¿Y flash de quien es héroe? ¿de alguno de mis hermanos?
—Thor y Linterna Verde protegen a tus hermanos
—¿Y flash? ¿Él también ayuda a la abuelita cuando ella lo necesita?
—A partir de ahora será tu héroe, pero tienes que ser tan fuerte como él y ya te dije como.
— Entiendo mami, comeré toda la carne que me sirvas.
—¡Qué alegría? Mientras cocino una rica carne asada atiende el teléfono que hace rato que está sonando.
Al cabo de unos minutos, el joven Tigresio se sienta a comer la carne en silencio y la madre al verlo preocupado lo invade a preguntas.
—¿Quién llamó? ¿Te preocupa algo Tigresio? ¿Es la carne? ¿No te gusta?
—La carne me gusta, pero no voy a comer mucho porque la abuelita me acaba de decir que vendrá a vivir un tiempo largo con nosotros. Me pone contento que venga a vivir con nosotros, pero me pone triste lo que pasó.
—¿Qué pasó?... ¿Qué te dijo?
—Es que... Flash estaba reparando el Techo y apareció el Increíble Hulk para ayudar y terminó con un golpe demoliendo la casa.
—¡Pero!... ¡qué come el increíble Hulk para tener semejante fuerza!
—El asado de la abuelita. Él se comió todo el asado que ella estaba cocinando a la parrilla.
—¡Qué bien! Ya ves hijo como Hulk se vuelve cada día más fuerte.
—Pero el tonto estaba tan contento por lo rico que estaba el asado que golpeó la pared y derrumbo la casa. La abuela Tenchita se enojó tanto que salió a correrlo con la escoba, pero no lo pudo alcanzar.
—¡Es imposible alcanzar a Hulk! Es demasiado rápido y fuerte.
—Yo quiero ser fuerte, pero no tanto. No comeré tanta carne mami, no quiero derrumbar nuestra casa.
—No te preocupes Tigresio. Llamaremos a tu abuelo para que te cuente sobre las espinacas que come Popeye.
—¿Y ese Popeye quién es?
—Es el héroe de tu abuelo, un marino muy antiguo que come espinacas y es muy fuerte.
—¡Con razón al abuelo les gustan las espinacas!
—Y a ti también te gustarán. Ahora te las serviré con el rico asado al horno que estoy preparando, de esa forma tendrás una dieta equilibrada.
—Y creceré sano y fuerte como Flash y Popeye.
—Así es hijo, come toda la comida que crecerás fuerte como tus héroes.
Mientras tanto en Tafí del Valle, la abuelita Tenchita sigue corriendo, con la escoba, al Increíble Hulk sin poder alcanzarlo y el pobre Capitán América busca su escudo entre los escombros.
Fin.
Marcela Noemí Silva.
Última edición por Marcela Noemí Silva el Miér Jun 22, 2022 4:55 pm, editado 2 veces
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