DIME..
EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Poemas Contra el Maltrato y Violencia de Género
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DIME..
DIME
Dime, que hace mi mundo
anclado en el puerto de tu eco,
has arrebatado mis emociones
el cuerpo, mi vida.
Has deformado un puzle
enterrando cada pieza
en sitios distintos
para que nadie me encontrara.
Te gustó jugar conmigo,
hacer dibujos morados en mi piel,
tatuajes de mi sangre
como tinta de tus dedos
para tallarme de rosas negras.
Ahora, tras una eterna desesperación,
intento ser libre de las rejas de tu vida,
voy buscando cada pieza
de mi cuerpo descuartizado.
Me encontré por doquier,
esparcida como pluma de aves
que emigran hacia otros mundos.
Sin saber de qué manera volver a mí
decidí hallarme de nuevo,
revoloteando todos los hoyos
en los que tú me enterrastes.
Luché, para que no faltara
ni una pieza de mí.
Por fín reconstruida, volví a verte
tú con tus manos de artista,
quebradas de suciedad
y tu mirada fija en mis ojos
- sin saber cómo estaba vivate
sorprendiste.
No sabias la dureza de mi alma,
mis ganas de vivir,
no entendías nada y te creíste
con el derecho a asesinarme,
como la presa que saciaba
tu hambre cruel.
Pero esta vez no me hayaste sola,
preparada con mi alma letal
te cerré las puertas de mi vida.
Todo ello para que mi mundo
anclado en el puerto de tu eco
no tuviera anclas, ni cuerdas,
ni llaves donde encerrarme dentro de tí.
Vete.
Lourdes Noguero
Dime, que hace mi mundo
anclado en el puerto de tu eco,
has arrebatado mis emociones
el cuerpo, mi vida.
Has deformado un puzle
enterrando cada pieza
en sitios distintos
para que nadie me encontrara.
Te gustó jugar conmigo,
hacer dibujos morados en mi piel,
tatuajes de mi sangre
como tinta de tus dedos
para tallarme de rosas negras.
Ahora, tras una eterna desesperación,
intento ser libre de las rejas de tu vida,
voy buscando cada pieza
de mi cuerpo descuartizado.
Me encontré por doquier,
esparcida como pluma de aves
que emigran hacia otros mundos.
Sin saber de qué manera volver a mí
decidí hallarme de nuevo,
revoloteando todos los hoyos
en los que tú me enterrastes.
Luché, para que no faltara
ni una pieza de mí.
Por fín reconstruida, volví a verte
tú con tus manos de artista,
quebradas de suciedad
y tu mirada fija en mis ojos
- sin saber cómo estaba vivate
sorprendiste.
No sabias la dureza de mi alma,
mis ganas de vivir,
no entendías nada y te creíste
con el derecho a asesinarme,
como la presa que saciaba
tu hambre cruel.
Pero esta vez no me hayaste sola,
preparada con mi alma letal
te cerré las puertas de mi vida.
Todo ello para que mi mundo
anclado en el puerto de tu eco
no tuviera anclas, ni cuerdas,
ni llaves donde encerrarme dentro de tí.
Vete.
Lourdes Noguero
Karla Benitez- Moderadora
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