Racismo contra los romaníes en Europa

Racismo contra los romaníes en Europa

Tres hombres golpearon Anastazia y sus hijas con bates de béisbol en su casa en Zilina, Eslovaquia, en agosto de 2000 Anastazia murió tres días más tarde y dos de sus hijos resultaron heridos.
Julie Denesha


Karol Sendrei murió el 6 de julio de 2001 en la comisaría de policía Revúca, Eslovaquia, después de haber sido golpeado mientras atado a un radiador. Él y sus dos hijos habían sido detenidos el día anterior después de presentar una queja contra otro agente de policía. Karol Sendrei era un miembro de la comunidad romaní. Un funcionario de alto nivel Eslovaca investigando la muerte de Karol Sendrei dijo que había pedido estar atado al radiador.

En toda Europa, los romaníes sufren discriminación. En la mayoría de los países son económicamente deprimidos y socialmente marginados.
En muchos casos son maltratados por la policía. Socialmente no son alfabetizados, son discriminados en sus empleos por tal razón la mayoría de los romanies son desempleados. Los Bajos niveles de alfabetización, la discriminación en el empleo, incita a que la gran mayoría de los romaníes estén desempleados.

La pobreza resultante lleva a algunos romaníes a la delincuencia, principalmente el robo. Esto es usado por los políticos y los medios de comunicación para provocar aún más prejuicios contra ellos.

Mujeres y niños constituyen un número desproporcionado de víctimas.
Jóvenes romaníes son detenidos constantemente porque suponen que son criminales, las mujeres romaníes son a menudo atrapadas en redadas violentas y represivas que son realizadas por la policía en las comunidades romaníes.

La discriminación es más intensa en los países de Europa central y del sudeste, donde el odio racial es abierto y la violencia contra los romaníes ha surgido con más fuerza en los últimos años .

En Hungría, hay un patrón de actuación policial racialmente biassed en Budapest y otras ciudades.
En Roma se presentan denuncias o se dan a conocer nuevos abusos que ponen en riesgo a los romaníes.

El 9 de febrero de 2001, alrededor de 80 policías allanaron un velatorio en el asentamiento romaní en Bolsa y, al parecer agredieron a los dolientes y a otras personas en las inmediaciones de forma indiscriminada.
Al parecer, el ataque fue organizado para detener a László Vidák, que había acusado a cuatro policías de haberlo torturado en octubre de 1999 . El juicio se realizaría en abril de 2001, y uno de los oficiales acusados ​​participaron en la redada de febrero, durante la cual László Vidák fue tan golpeado que estuvo internado bajo tratamiento en el hospital cuatro días.

Cuando el juicio se llevó a cabo en abril, los cuatro agentes fueron condenados por intimidación y el asalto, pero condenados sólo a la condena condicional o multados.

En Rumania, aunque se ha producido una disminución de la violencia racista desde mediados de la década de 1990, los romaníes siguen siendo vulnerables a los ataques de la policía y del público.

En mayo de 2000, un oficial de la policía de Bucarest le disparó a una joven romaní en la cabeza a quemarropa.

A Mugurel Soare lo golpeo violentamente la policia y terminaron golpeando su cabeza contra una pared. Milagrosamente sobrevivió, pero ha perdido la facultad del habla. Testigos habrían sido detenidos e intimidados por otros policías.

La situación de los gitanos en Kosovo sigue siendo precaria debido a las tensiones interétnicas y ataques violentos.

El temor de los romanies y la poca seguridad restringen su derecho a la libertad de movimiento, haciendo que el acceso a la alimentación, el trabajo, la educación y la asistencia sanitaria les sea difícil.

Un gran número de romaníes de Kosovo siguen desplazandose en Serbia o Montenegro; los que permanecen en Kosovo temen ataques violentos de sectores de la población de etnia albanesa que los consideraba como "colaboradores" de los serbios durante la guerra en 1999.

En Grecia,a algunos gitanos les han asignados asentamientos aislados. Un experto del Consejo de Europa describió como " apartheid institucionalizado ".

Con frecuencia los gitanos son acosados ​​por la policía durante las redadas policiales en busca de drogas y armas.

En octubre de 2001 un agente de policía disparó y mató a un Romanie desarmado, Marinos Christopoulos, en Zefyri, Attica, alegaron que dispararon porque el Romanie no se detuvo ante una patrulla de la policía.
El oficial de policía fue arrestado y acusado de asesinato, pero fue puesto en libertad bajo fianza, cinco días después, y regresó de nuevamente al servicio.

En la República Checa, los gitanos han sido violentamente asaltado por bandas de "cabezas rapadas" y otros grupos extremistas.
La policía a menudo no interviene o no investigan estos incidentes con total seriedad.
Cuando los procesos judiciales han tenido lugar, los tribunales han tendido a condenar a los autores sólo por delitos menores.

A pesar de este patrón de persecución, las autoridades de inmigración del Reino Unido han tomado una postura de medidas extraordinarias, y discriminatorias, con la intención de prevenir que los romaníes checos busquen asilo en el Reino Unido.