La dama del armiño-Leonardo da Vinci,

por **Admin** Sáb Feb 23, 2013 12:25 am

Pintura: La dama del armiño
Pintor: Leonardo da Vinci, 1488-1490
Técnica: Óleo sobre tabla
Estilo: Renacimiento
Ubicación: Museo Czartoryski, Cracovia, Polonia

Leonardo da Vinci se desempeñaba como artista de la corte milanesa, cumpliendo diversos encargos, entre ellos, retratar a la por entonces amante del duque Ludovico Sforza o Ludovico "El Moro"
que por entonces era el mecenas de Leonardo.

La muchacha de 17 años se llamaba Cecilia Gallerani y no pertenecía a la nobleza, tanto ella como sus hermanos fueron educados aprendiendo latín ,literatura y música. La joven nació en una familia numerosa de Siena, cuyo padre, Fanzio Galleani, ocupó varios puestos en la corte milanesa y fue embajador en Florencia y Lucca. Su madre fue Margherita Busti, era hija de un notable hombre de leyes.

En 1483, a la edad de diez años, Cecilia se comprometió con Stefano Visconti, sin embargo el compromiso matrimonial fue interrumpido en 1487 por razones desconocidas. En mayo de 1489, se fue de casa para el Monastero Nuovo, y posiblemente fue allí donde conoció a Ludovico.

Ludovico había instalado a Cecilia en unos aposentos del Castillo de Milán, y rápidamente se propagó un rumor revelando las intenciones del duque de convertir a su amante en legítima esposa. Desgraciadamente, asumir su "affair" habría perjudicado las alianzas políticas de Milán. Por lo tanto, el avispado Ludovico creyó conveniente no mezclar los entresijos del corazón con los asuntos de Estado.

Leonardo conoció a la joven en Milán en 1484, puesto que en esa época ambos habitaban el palacio de Ludovico Sforza

Si miramos a la dama de la pintura observamos que en sus brazos tiene un animal salvaje, es un armiño o un hurón, el animal preferido en la edad media porque podía ser cazado fácilmente entre la maleza.

Las interpretaciones apuntan a distintos simbolismos desde un juego de palabras con el nombre de la retratada (en griego, armiño es Galé) hasta una alegoría de las virtudes femeninas o la asociación de los armiños con la aristocracia.

La composición en pirámide que se espírala sobre si misma, es una de las mayores innovaciones de Leonardo.

Sus retratos femeninos son revolucionarios porque el pintor representa a la mujer de maneras antes reservadas a los hombres, de frente y de medio cuerpo. Ya no se la retrata como una novia o una esposa.

El evocativo juego de Leonardo crea entre las manos de Cecilia y las patas del animal, ambas crispadas, y entres sus miradas, ambas apuntando fuera de escena, da al cuadro un dinamismo muy original para la época.

Este retrato ejemplifica con sobriedad el que es quizás el mayor hallazgo de Leonardo; su expresiva técnica del sombreado. Sobre tun fondo oscuro y neutro, de dudosa conservación, se destaca suavemente la figura, modelada por fuentes diversas de luz.

La sutil sonrisa de la joven es otro ejemplo del empeño puesto en retratar “Los movimientos del alma”

Los retratos de Leonardo buscaban, con mucha originalidad, captar instantes reales, sinceros. En su momento gustó mucho el aire de la joven, que parecía escuchar a alguien fuera de escena, encarnado así la virtud femenina.

Tanto del uso del oleo como en los rasgos del retrato, puede verse como Leonardo hace propia una tradición artística de lejanas tierras.

En la fina realización de la mano y del armiño se aprecian tanto la entrenada mano del maestro como el tesón del investigador.

Bibliografía personal de Eurídice Canova.