UNA NOCHE EN ROMA

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Yo solo la miraba y callaba, si!
Porque ella tiene el poder de enmudecer mi boca
y poner a gritar mis sentidos!
Me lancé a ella y la besé algo apresurada,
con mis manos tomando sus caderas
y apretándolas como si fueran parte de mi!    
°°° de mi propiedad °°°
queriendo desnudarla de un suspiro,
vaciar su alma de aquel placer
que habíamos contenido
hasta esa noche en aquella habitación

••• nuestra habitación en Roma•••
La respiración fuerte
y las caricias suaves
se fueron apoderando de nosotras,
me estorbaba su ropa!
Quería arrancarla con mi boca
y poder contemplar por fin
tan bella desnudez de la que ya era  esclava •••
podía sentir como la humedad  invadía mis bragas•••
sus manos me desnudan con poca delicadeza.

y estamos allí a la madrugada
de un día 4 fundiendo nuestros cuerpos !
el sonido envolvente de sus gemidos,
el movimiento de sus caderas
y su piel de vainilla me tenía al borde del placer,
su boca humedeciendo mis senos,
bajando por mi abdomen pasando por mi ombligo
•••joder! Justo ahí estaba en su poder •••

El enigma de unos ojos vendados
que no sepan el movimiento previo del placer,
que se sorprendan de la humedad del beso;
recorrí su cuerpo, separé sus piernas
y bajando subí al mismísimo cielo!

Sus gemidos me envolvían
y el vibrato de sus piernas me pedían más...
La excitación era tanta que ya éramos dos
compartiendo un momento de tan inefable placer.
Una Habitación en Roma
una noche de orgasmos compartidos

Fantasma/