SILENCIO

SILENCIO

No había cristales rotos.
Barridos, todo aparentaba estar en orden.
Las señales del puño en alto,
el desprecio y la voz del cuchillo
no aparecían por ningún lado.

Los niños estaban al llegar,
la soledad llenaba el silencio,
el rimel hacía el resto
bajo unas gafas ahumadas,
y un poco de café,
guardaban las ojeras del estruendo.

¡Si no fuera por ellos!...
Habría marchado lejos, muy lejos
de la humillación y la violencia.
Una más, María, una más….,
Se decía de continuo:
¡Si no fuera por ellos!...
Las primaveras pasaban
de vergüenza y de tormento.

¡Entonces inesperadamente!...
¿Quizás fuera sexo,
Bravura, arrogancia, qué…?
Pero no, no sabía qué fuera.
Adicción a qué:
¿A un amor de hierro y forja,
a una quimera,
al miedo?
¡Si no fuera por ellos!...


¿Mamá qué es eso?
-Nada hijo, un tropiezo.
¿Mamá qué es eso?
-Nada hijo, quedemos en paz y en silencio


Las nubes pasaron tremendas,
arrojando fuegos,
gritos, sangre, después silencios.
Los platos destrozados por el suelo.
La taza del café, añicos,
como puntas de diamante
brillando a los cielos.
Cristales de resplandor afilados
saciados de carne trémula.
El cuerpo rasgado en mitad de la mesa.


Sonaba la puerta, otra vez silencio.
Golpes y golpes fuera, dentro mucho silencio.
Abrieron casas, ventanas,
Dentro silencio, solo silencio.

Al borde del quicio,
al borde del cuerpo,
crecidos de silencio,
los niños preguntaban
¿Mamá qué es esto?..
Era …Silencio

José Mª Moreno Ibáñez