Diálogo secreto de Focus y Santiago
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Diálogo secreto de Focus y Santiago
Diálogo secreto de Focus y Santiago
Quiero navegar en tu barco hasta sentir vértigo.
Quiero ser tu timón y tú el timonel.
Pondré mi mástil en tu piel para calmarte en las angustias.
Suelta tu ancla en mi corazón, quiero refugiarme en ti.
La sumerjo entre tus manos para que tus mares la dirijan.
Suéltame tus amarras para recorrerte y vuelve a atarme nuevamente con grilletes y cadenas.
En el fondo de tus aguas haré desembarcar mi cofre para que encuentres su tesoro.
Mi deseo es como la furia del mar fuerte e impetuoso.
Mi poder es como el oleaje que azotará su espuma por tu cuerpo.
Lléname de tu oro, arrástrame con la furia de un oleaje sin control.
Ven a mi arena, deja tomarte como al náufrago desnudo entre mis playas.
Oh, bucanero, controla mi deseo.
Monedas de oro guardaré en los pliegues de tus sueños.
Embriagarme quiero de tu aire limpio, llévame en tu barca donde quieras.
Siente mis velas hincharse, pon tu mano en el timón que ha de orientarte.
Navega junto a mi, no me sueltes, no pares de guiarme, no me sueltes, no me sueltes.
Firme estás entre mis brazos, poseído por mi ruta hasta tu estrella.
Empapado quiero estar, enséñame las estrellas, tu ruta quiero siempre, recalar en tu timón.
Tu cuerpo ya es mi barca, yo soy tu capitán, quiero embriagarte.
Abrazar tu mástil, besar tus velas, bucanero, no me dejes, llévame a alta mar.
Haces hervir mi sangre, me amenazas con tormentas que sostengo con mi abrazo.
Átame a tu barca, átame, la tormenta nos envuelve.
Abrázate a mi roca, que sus esquirlas se dupliquen por adentro de tu carne.
Lléname de ti , resisto hasta morir, por ti enciende tus cañones, dispara con furia sobre mi.
Toda mi sangre estalla por alcanzarte en las estrellas.
Que el viento sople sobre nosotros convertidos en uno solo, un solo cuerpo.
Déjame entrar en la delicia de tu carne tibia.
Llévame al fondo, pero no me sueltes, tengo miedo, pero contigo me siento seguro, entra en mi.
Penetro en tu secreto, suavemente percibiendo cómo sientes mi embestida.
Mi cuerpo tiembla, aprieto, suelto.
El mío excava, empuja, se abre paso en tu carne que resiste.
No salgas de mi, aunque te implore, embriágame, apriétame.
No te suelto, dentro tuyo exploro los placeres que me pertenecen.
Son tuyos, los guardo para ti, quiero tu néctar recibir.
Eres mío como el fuego que busca conquistar tu territorio…
Oscar 64
Quiero navegar en tu barco hasta sentir vértigo.
Quiero ser tu timón y tú el timonel.
Pondré mi mástil en tu piel para calmarte en las angustias.
Suelta tu ancla en mi corazón, quiero refugiarme en ti.
La sumerjo entre tus manos para que tus mares la dirijan.
Suéltame tus amarras para recorrerte y vuelve a atarme nuevamente con grilletes y cadenas.
En el fondo de tus aguas haré desembarcar mi cofre para que encuentres su tesoro.
Mi deseo es como la furia del mar fuerte e impetuoso.
Mi poder es como el oleaje que azotará su espuma por tu cuerpo.
Lléname de tu oro, arrástrame con la furia de un oleaje sin control.
Ven a mi arena, deja tomarte como al náufrago desnudo entre mis playas.
Oh, bucanero, controla mi deseo.
Monedas de oro guardaré en los pliegues de tus sueños.
Embriagarme quiero de tu aire limpio, llévame en tu barca donde quieras.
Siente mis velas hincharse, pon tu mano en el timón que ha de orientarte.
Navega junto a mi, no me sueltes, no pares de guiarme, no me sueltes, no me sueltes.
Firme estás entre mis brazos, poseído por mi ruta hasta tu estrella.
Empapado quiero estar, enséñame las estrellas, tu ruta quiero siempre, recalar en tu timón.
Tu cuerpo ya es mi barca, yo soy tu capitán, quiero embriagarte.
Abrazar tu mástil, besar tus velas, bucanero, no me dejes, llévame a alta mar.
Haces hervir mi sangre, me amenazas con tormentas que sostengo con mi abrazo.
Átame a tu barca, átame, la tormenta nos envuelve.
Abrázate a mi roca, que sus esquirlas se dupliquen por adentro de tu carne.
Lléname de ti , resisto hasta morir, por ti enciende tus cañones, dispara con furia sobre mi.
Toda mi sangre estalla por alcanzarte en las estrellas.
Que el viento sople sobre nosotros convertidos en uno solo, un solo cuerpo.
Déjame entrar en la delicia de tu carne tibia.
Llévame al fondo, pero no me sueltes, tengo miedo, pero contigo me siento seguro, entra en mi.
Penetro en tu secreto, suavemente percibiendo cómo sientes mi embestida.
Mi cuerpo tiembla, aprieto, suelto.
El mío excava, empuja, se abre paso en tu carne que resiste.
No salgas de mi, aunque te implore, embriágame, apriétame.
No te suelto, dentro tuyo exploro los placeres que me pertenecen.
Son tuyos, los guardo para ti, quiero tu néctar recibir.
Eres mío como el fuego que busca conquistar tu territorio…
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Rosko- Moderador Musical
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Fecha de inscripción : 06/04/2012
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