NO ME EXTRAÑES.

NO ME EXTRAÑES.


Llego la blanca nube, trayéndome una esperanza,
llega la hoja de otoño, para dar color a mi alma,
son los vientos fuertes, que mueven mis cabellos,
el roció cubre mis ansias, de tener una esperanza.

Estas aquí, casi estrujando mis desvelos,
estas aquí, acariciando los minutos de hablarnos,
estas aquí, tocando el arpa, de la canción de vernos,
estas aquí, y tus caricias, con la yema de tus dedos.

Si me extrañas, a la luz de tus encuentros solos,
adora la lejanía que nos vio nacer, ese ayer,
si me extrañas, en cada almohada estrujada,
adora la oscuridad que nos da luz, en nuestras noches.

Ahora respira el aroma que teje tus mejillas en las mías,
calcula tus labios cerca a los míos y bebe la dicha,
entonces será el beso, en tu costado para siempre,
porque será el momento, que envuelve nuestras caricias.

No me extrañes, porque el tiempo se nos acerca,
porque el día se hace luz, aquí en mi noche de paz,
porque el mundo es casi nuestro en cada beso,
y ya se acerca cada trino en nuestro tiempo.

No me extrañes, solo arropa nuestras caricias en tu pecho,
no me extrañes, ya el sol aparece como hilos de esperanza,
ya la luna, nos arrulla con suspiros de plata,
ya el silencio cayo al abismo de su crueldad.

Extraño, que las hojas vuelen hasta nuestros montes,
extraño, que las aves nos inviten en su raudo vuelo,
extraño, que los ríos nos mojen en cada recuerdo,
extraño, que llegues con montañas de tus besos.

Por eso no me extrañes, esta aquí la verdad callada,
esta aquí, el alma que canta una victoria,
esta aquí, las palabras que destruyen la distancia,
esta aquí, tu verdad que envuelve a la mía.

Magno Gonzàlez Arrascue.