Relato de Frieda Roos, sobreviviente del Holocausto
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Relato de Frieda Roos, sobreviviente del Holocausto
Frieda Roos, sobreviviente del Holocausto encontró paz después de la Segunda Guerra Mundial
Frieda Roos, una talentosa cantante de ópera, con un futuro brillante, se convierte en una perseguida fugitiva después de la invasión Nazi en Holanda. Casi toda su familia murió en los campos de concentración. Al leer la Biblia, ella descubre que Jesús es el Mesías de Israel, y encuentra la paz y la sanidad interior.
Su relato....
Es muy difícil explicar a la gente lo que significa vivir como fugitivo. Y eso es lo que éramos. Nada, excepto nosotras mismas y la ropa que llevábamos encima. Frieda van Hessen es una de los pocos sobrevivientes del Holocausto que aún viven. A los 92 años, aún puede narrar vívidamente los años aterradores que le robaron su libertad, su dignidad y su carrera como cantante de ópera. Cuando tenía 6 años de edad, ya tenía lo que llaman una hermosa voz, más notable que los otros niños, y deseaba llegar a ser una cantante. Ella tuvo una infancia feliz.
Frieda nació en 1915 y creció en Holanda. Era la única hija mujer de padres pudientes. El padre de Frieda era un oficial en el ejército holandés. Su madre, una cantante, animó el talento natural de Frieda para la ópera. Frieda se convirtió en una prometedora estrella en el conservatorio de música, cantando para audiencias con entradas agotadas. Los Van Hessens eran Judíos, pero daban poca atención a las fiestas o la educación Judía. Yo nunca supe la historia de ninguna cosa. ¡Yo no sabía quién era Moisés! Yo nunca experimenté el antisemitismo hasta que llegaron los Alemanes. Los Nazis impusieron estrictas regulaciones para Judíos holandeses. Frieda y su familia tuvieron que usar la la Estrella de David en sus ropas. Y como un Judía, Frieda ya no estaba autorizada a cantar para un público que no fuera Judío. Tuve un sueño acerca de grandes pajarracos negros volando sobre nuestra casa. Yo no sabía lo que eso significaba, por supuesto. Fue un sueño horrible, digámoslo de esa manera, y no muy agradable. En mayo de 1940 las bombas alemanas cayeron en Holanda por primera vez. Durante la noche, la vida de Frieda cambió de ser una intérprete de ópera, a una fugitiva que continuaría huyendo durante los siguientes 4 años.
En medio de la noche, mi hermano estaba de pie junto a mi cama y me sacudía, diciendo: “Frieda despierta, despierta, estamos en guerra.” Cuando miramos lo que estaba sucediendo, los grandes pájaros negros que había visto en mi sueño, volaban directo sobre nuestra casa. Los Van Hessens, junto con la amiga de Frieda, Mieke, escaparon a otra casa donde se escondieron durante varios días. Los padres de Frieda estaban en una habitación diferente cuando un coche se detuvo delante de la casa. Así que miré detrás de las cortinas para ver lo que era. Vi una gigantesca limusina negra, y vi a los soldados alemanes con bayonetas, de pie junto a ella. Y dije: ¡oh Dios mío! Dije: Mieke, problemas, problemas.
Los Nazis capturaron a los padres Frieda, pero no encontraron a Frieda ni a su amiga. Frieda no lo sabía en ese momento, pero sus padres fueron llevados a Auschwitz, el campo de la muerte más notorio, donde más de un millón de Judíos fueron asesinados a manos de los Nazis. La última vez que vi a mis padres, iban con una bayoneta en la espalda, pasando por mi ventana. Nunca miraron hacia arriba. Estaban aterrorizados de traicionarnos, estoy segura. Ellos miraban directo hacia el frente. Y luego, por supuesto, yo colapsé y grité. Yo estaba totalmente perdida. Desde ese día, hasta que la guerra terminó, Frieda y Mieke vivieron en terror. Se escondieron en ocho lugares diferentes, proporcionados por simpatizantes no-Judíos. Cada vez que sospechaban que las descubrirían, huían a otro escondite. Lo más pavoroso de todo esto en realidad era que estábamos las 24 horas sin saber qué que iba a ocurrir a continuación. Por ejemplo, siempre estábamos susurrando, no podíamos confiar en nadie. ¡No se podía confiar ni en la familia! Nunca se sabía, podría venir de cualquier lado. ¿Alguna vez sintió el deseo de rendirse? No. En realidad hacía mis ejercicios. Yo tenía un poquito muy chiquito de un lápiz labial, como una muestra. Me ponía un poco de lápiz labial todos los días. Hacía mis ejercicios de bailarina. Y quería verme muy bonita cuando la guerra hubiera terminado, porque yo sabía que yo iba a volver a ser Frieda. Y siempre dije: si me quieren, tienen matarme, porque no pueden atraparme viva. Durante cuatro años y medio, Frieda luchó por sobrevivir. Entonces, un día, todo terminó.
Oremos que la paz sea ahora restaurada en el mundo, y que Dios la preserve siempre. Estos procedimientos están cerrados. De repente se nos dijo que la guerra había terminado. La bomba había caído en Japón. Eso fue simplemente un regocijo total; se izaron las banderas, Las personas bailaban en las calles. Todo el mundo se volvió loco, porque había paz. Pero nosotras estábamos tan asustadas; habíamos estado tanto tiempo en ese cuarto, que cuando finalmente estábamos fuera, no teníamos techo sobre nuestras cabezas. ¡Pero yo estaba tan petrificada de mirar hacia arriba! Yo estaba asustada del cielo, tenía miedo de las estrellas. Estaba simplemente tan asustada, ¡era tan grande! Supongo que así es como las personas se siente si están en la cárcel de por vida, o algo por el estilo. Era muy extraño ser capaz de comprar cosas, de ir a lugares. Eso fue simplemente un milagro. ¿Alguna vez pensó que viviría para ver ese día? No, es algo muy difícil de describir. Cuando usted está desprovisto de todo, Desprovisto de relaciones, desprovisto de alimentos, desprovisto de libertad, ¡desprovista de mi propio corazón! Quiero decir, yo perdí totalmente mi memoria, cuando se trataba de mi música. Le tomó años a Frieda recoger los pedazos de su vida. Casi todas las personas y lugares que ella conocía habían desaparecido. Seis millones de Judíos habían sido asesinados. Estos escombros fueron todo lo que quedó de la casa de Frieda. Y de esta foto familiar, sólo cinco miembros, incluyendo a Frieda, sobrevivieron al holocausto. Soldados canadienses estaban estacionados en el área, y Frieda llamó la atención de un joven cristiano: Keith Sanders. Pensé que era guapo. También pensé que era muy arrogante. Ellos se casaron y planearon mudarse a Canadá. Fue entonces cuando el tío de Frieda hizo una extraña sugerencia: Comenzó a decirme que yo debería convertirme en cristiana. Y realmente me fundió la cabeza. Así que le dije: ¿de qué estás hablando?! Él dijo: bueno, si eso llega a suceder de nuevo, si va a haber otra guerra de nuevo, entonces probablemente te harán lo mismo de nuevo. Y bueno, me quedé quieta por un minuto y le dije: yo nunca voy a hacer eso. Porque si cambio y me convierto en una cristiana, eso quiere decir que Hitler ganó la guerra, después de todo. Frieda decidió cambiar su religión solamente por motivos de seguridad. Entró en una iglesia y pidió ver al pastor. Lo único que tenía en mi mente era tener un pedazo de papel, que le dijera a la gente que yo era una gentil. El pastor presentó Frieda a Elizabeth, una mujer de la iglesia. Ella comenzó con Jesús, y con José, con el bebé en el establo y todo tipo de cosas; no tenía ningún sentido para mí. Y pensé que se había desquiciado. Y yo dije, en realidad, se lo dije. Le dije: yo pensaba que usted era una persona inteligente. ¿Cómo puede creer semejante tontería?
Elizabeth pidió a Frieda que en su tiempo libre leyera Isaías capítulo 53 y el Salmo 22. Y así que continué leyendo y entonces llegué al verso 16 y allí dice, la segunda parte dice: “traspasaron mis manos y mis pies.” Y yo simplemente dejé escapar una gran grito: ‘¡aaahhh! ¡Ese es Jesús!’ Estaba completamente sola en una pequeña habitación, no había nadie allí para consolarme. Yo simplemente… ‘¡boom!’ Vi que era Jesús. Me senté y dije: “¿Cómo pude haber vivido de esa manera, todos estos años sin eso?!”. Era algo así como salir de un agujero oscuro hacia la luz. Nunca supe que Él es llamado la Luz del mundo, no sabía nada. Luego fui a Isaías 53 y entonces, fue así como así, yo pude entiender cada palabra. Así que llamé a Elizabeth y ella corrió. Y luego recorrimos Isaías 53 y el Salmo 22, y ella me explicó más, lo que todo aquello significaba y todo eso. Yo simplemente fui instantáneamente salva, así como así. Eso fue hace más de 60 años.
En estos días, Frieda dedica su tiempo a la creación de hermosas pinturas y tapices. Ella es también la única mujer que he conocido, de más de 90 años, que tiene su propio blog. ¡Tengo un blog ahora! No sé lo que significa, ¡pero lo tengo! Frieda dice que perdonó a los nazis hace mucho tiempo. Su oración ahora es para que el Señor utilize sus experiencias vividas para compartir el poder de Su amor transformador. Cuando fui por primera vez a Israel en 1987, lo único que pedí al Señor fue ser una sierva. Y así, Él ha respondido a mis oraciones, Él me ha hecho una sierva, contándole a las personas acerca de los milagros que Él ha hecho y que sigue haciendo.
http://www.jewishtestimonies.com
Frieda Roos, una talentosa cantante de ópera, con un futuro brillante, se convierte en una perseguida fugitiva después de la invasión Nazi en Holanda. Casi toda su familia murió en los campos de concentración. Al leer la Biblia, ella descubre que Jesús es el Mesías de Israel, y encuentra la paz y la sanidad interior.
Su relato....
Es muy difícil explicar a la gente lo que significa vivir como fugitivo. Y eso es lo que éramos. Nada, excepto nosotras mismas y la ropa que llevábamos encima. Frieda van Hessen es una de los pocos sobrevivientes del Holocausto que aún viven. A los 92 años, aún puede narrar vívidamente los años aterradores que le robaron su libertad, su dignidad y su carrera como cantante de ópera. Cuando tenía 6 años de edad, ya tenía lo que llaman una hermosa voz, más notable que los otros niños, y deseaba llegar a ser una cantante. Ella tuvo una infancia feliz.
Frieda nació en 1915 y creció en Holanda. Era la única hija mujer de padres pudientes. El padre de Frieda era un oficial en el ejército holandés. Su madre, una cantante, animó el talento natural de Frieda para la ópera. Frieda se convirtió en una prometedora estrella en el conservatorio de música, cantando para audiencias con entradas agotadas. Los Van Hessens eran Judíos, pero daban poca atención a las fiestas o la educación Judía. Yo nunca supe la historia de ninguna cosa. ¡Yo no sabía quién era Moisés! Yo nunca experimenté el antisemitismo hasta que llegaron los Alemanes. Los Nazis impusieron estrictas regulaciones para Judíos holandeses. Frieda y su familia tuvieron que usar la la Estrella de David en sus ropas. Y como un Judía, Frieda ya no estaba autorizada a cantar para un público que no fuera Judío. Tuve un sueño acerca de grandes pajarracos negros volando sobre nuestra casa. Yo no sabía lo que eso significaba, por supuesto. Fue un sueño horrible, digámoslo de esa manera, y no muy agradable. En mayo de 1940 las bombas alemanas cayeron en Holanda por primera vez. Durante la noche, la vida de Frieda cambió de ser una intérprete de ópera, a una fugitiva que continuaría huyendo durante los siguientes 4 años.
En medio de la noche, mi hermano estaba de pie junto a mi cama y me sacudía, diciendo: “Frieda despierta, despierta, estamos en guerra.” Cuando miramos lo que estaba sucediendo, los grandes pájaros negros que había visto en mi sueño, volaban directo sobre nuestra casa. Los Van Hessens, junto con la amiga de Frieda, Mieke, escaparon a otra casa donde se escondieron durante varios días. Los padres de Frieda estaban en una habitación diferente cuando un coche se detuvo delante de la casa. Así que miré detrás de las cortinas para ver lo que era. Vi una gigantesca limusina negra, y vi a los soldados alemanes con bayonetas, de pie junto a ella. Y dije: ¡oh Dios mío! Dije: Mieke, problemas, problemas.
Los Nazis capturaron a los padres Frieda, pero no encontraron a Frieda ni a su amiga. Frieda no lo sabía en ese momento, pero sus padres fueron llevados a Auschwitz, el campo de la muerte más notorio, donde más de un millón de Judíos fueron asesinados a manos de los Nazis. La última vez que vi a mis padres, iban con una bayoneta en la espalda, pasando por mi ventana. Nunca miraron hacia arriba. Estaban aterrorizados de traicionarnos, estoy segura. Ellos miraban directo hacia el frente. Y luego, por supuesto, yo colapsé y grité. Yo estaba totalmente perdida. Desde ese día, hasta que la guerra terminó, Frieda y Mieke vivieron en terror. Se escondieron en ocho lugares diferentes, proporcionados por simpatizantes no-Judíos. Cada vez que sospechaban que las descubrirían, huían a otro escondite. Lo más pavoroso de todo esto en realidad era que estábamos las 24 horas sin saber qué que iba a ocurrir a continuación. Por ejemplo, siempre estábamos susurrando, no podíamos confiar en nadie. ¡No se podía confiar ni en la familia! Nunca se sabía, podría venir de cualquier lado. ¿Alguna vez sintió el deseo de rendirse? No. En realidad hacía mis ejercicios. Yo tenía un poquito muy chiquito de un lápiz labial, como una muestra. Me ponía un poco de lápiz labial todos los días. Hacía mis ejercicios de bailarina. Y quería verme muy bonita cuando la guerra hubiera terminado, porque yo sabía que yo iba a volver a ser Frieda. Y siempre dije: si me quieren, tienen matarme, porque no pueden atraparme viva. Durante cuatro años y medio, Frieda luchó por sobrevivir. Entonces, un día, todo terminó.
Oremos que la paz sea ahora restaurada en el mundo, y que Dios la preserve siempre. Estos procedimientos están cerrados. De repente se nos dijo que la guerra había terminado. La bomba había caído en Japón. Eso fue simplemente un regocijo total; se izaron las banderas, Las personas bailaban en las calles. Todo el mundo se volvió loco, porque había paz. Pero nosotras estábamos tan asustadas; habíamos estado tanto tiempo en ese cuarto, que cuando finalmente estábamos fuera, no teníamos techo sobre nuestras cabezas. ¡Pero yo estaba tan petrificada de mirar hacia arriba! Yo estaba asustada del cielo, tenía miedo de las estrellas. Estaba simplemente tan asustada, ¡era tan grande! Supongo que así es como las personas se siente si están en la cárcel de por vida, o algo por el estilo. Era muy extraño ser capaz de comprar cosas, de ir a lugares. Eso fue simplemente un milagro. ¿Alguna vez pensó que viviría para ver ese día? No, es algo muy difícil de describir. Cuando usted está desprovisto de todo, Desprovisto de relaciones, desprovisto de alimentos, desprovisto de libertad, ¡desprovista de mi propio corazón! Quiero decir, yo perdí totalmente mi memoria, cuando se trataba de mi música. Le tomó años a Frieda recoger los pedazos de su vida. Casi todas las personas y lugares que ella conocía habían desaparecido. Seis millones de Judíos habían sido asesinados. Estos escombros fueron todo lo que quedó de la casa de Frieda. Y de esta foto familiar, sólo cinco miembros, incluyendo a Frieda, sobrevivieron al holocausto. Soldados canadienses estaban estacionados en el área, y Frieda llamó la atención de un joven cristiano: Keith Sanders. Pensé que era guapo. También pensé que era muy arrogante. Ellos se casaron y planearon mudarse a Canadá. Fue entonces cuando el tío de Frieda hizo una extraña sugerencia: Comenzó a decirme que yo debería convertirme en cristiana. Y realmente me fundió la cabeza. Así que le dije: ¿de qué estás hablando?! Él dijo: bueno, si eso llega a suceder de nuevo, si va a haber otra guerra de nuevo, entonces probablemente te harán lo mismo de nuevo. Y bueno, me quedé quieta por un minuto y le dije: yo nunca voy a hacer eso. Porque si cambio y me convierto en una cristiana, eso quiere decir que Hitler ganó la guerra, después de todo. Frieda decidió cambiar su religión solamente por motivos de seguridad. Entró en una iglesia y pidió ver al pastor. Lo único que tenía en mi mente era tener un pedazo de papel, que le dijera a la gente que yo era una gentil. El pastor presentó Frieda a Elizabeth, una mujer de la iglesia. Ella comenzó con Jesús, y con José, con el bebé en el establo y todo tipo de cosas; no tenía ningún sentido para mí. Y pensé que se había desquiciado. Y yo dije, en realidad, se lo dije. Le dije: yo pensaba que usted era una persona inteligente. ¿Cómo puede creer semejante tontería?
Elizabeth pidió a Frieda que en su tiempo libre leyera Isaías capítulo 53 y el Salmo 22. Y así que continué leyendo y entonces llegué al verso 16 y allí dice, la segunda parte dice: “traspasaron mis manos y mis pies.” Y yo simplemente dejé escapar una gran grito: ‘¡aaahhh! ¡Ese es Jesús!’ Estaba completamente sola en una pequeña habitación, no había nadie allí para consolarme. Yo simplemente… ‘¡boom!’ Vi que era Jesús. Me senté y dije: “¿Cómo pude haber vivido de esa manera, todos estos años sin eso?!”. Era algo así como salir de un agujero oscuro hacia la luz. Nunca supe que Él es llamado la Luz del mundo, no sabía nada. Luego fui a Isaías 53 y entonces, fue así como así, yo pude entiender cada palabra. Así que llamé a Elizabeth y ella corrió. Y luego recorrimos Isaías 53 y el Salmo 22, y ella me explicó más, lo que todo aquello significaba y todo eso. Yo simplemente fui instantáneamente salva, así como así. Eso fue hace más de 60 años.
En estos días, Frieda dedica su tiempo a la creación de hermosas pinturas y tapices. Ella es también la única mujer que he conocido, de más de 90 años, que tiene su propio blog. ¡Tengo un blog ahora! No sé lo que significa, ¡pero lo tengo! Frieda dice que perdonó a los nazis hace mucho tiempo. Su oración ahora es para que el Señor utilize sus experiencias vividas para compartir el poder de Su amor transformador. Cuando fui por primera vez a Israel en 1987, lo único que pedí al Señor fue ser una sierva. Y así, Él ha respondido a mis oraciones, Él me ha hecho una sierva, contándole a las personas acerca de los milagros que Él ha hecho y que sigue haciendo.
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Re: Relato de Frieda Roos, sobreviviente del Holocausto
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Re: Relato de Frieda Roos, sobreviviente del Holocausto
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