¿DÓNDE ESTÁN MIS PADRES?"

¿DÓNDE ESTÁN MIS PADRES?"



"Vi cosas horribles. Gente cubierta de sangre, con heridas en la espalda, camillas arriba y abajo. Todo el mundo gritaba". La periodista del diario Jerusalem Post Kelly Hartog se encontró ayer al otro lado de la noticia. Junto a otros periodistas, había ido de vacaciones a la ciudad portuaria de Mombasa aprovechando la festividad judía del Hanuka. La tragedia la esperaba allí y ayer, en la web del Jerusalem Post , escribió su testimonio de primera mano desde el amasijo de humo, polvo y caos en que se convirtió la entrada del hotel Paradise.

Durante todo el día, la ya de por sí conmocionada sociedad israelí leyó, vio y escuchó en todos sus medios de comunicación cómo los supervivientes del atentado del hotel y los pasajeros del avión que fue atacado por dos misiles narraban sus experiencias. Cómo la festividad del Hanuka --celebración, en hebreo, que conmemora el restablecimiento de la libertad religiosa de los judíos-- se tiñó de sangre y miedo para cientos de turistas. Cómo una semana de vacaciones en un entorno paradisíaco en Kenia se convirtió en un infierno.

Recién llegados

"Quiero irme a casa. ¿Dónde están mis padres?", le dijo un niño herido a Hartog. A las siete y media de la mañana, el coche conducido por los tres suicidas se empotró contra el hotel, poco después de que varios autobuses hubieran dejado a los turistas en recepción. "Los pasajeros del coche habían discutido con los guardias de seguridad antes", declaró Steven Odero, un camarero.

"Acabábamos de llegar. La mayoría de la gente estaba en recepción. Y entonces empezó todo", explicó una turista israelí. Ese "todo" fue, en palabras de los testigos, el absoluto caos. Tras la explosión, los supervivientes huyeron hacia la playa adyacente al hotel y allí trataron de ayudar a los heridos. "No había agua corriente, así que tuvimos que esperar a que llegara agua embotellada para limpiar las heridas", escribía Hartog.

Minutos antes de la explosión del hotel, Rafi Marek, el capitán del vuelo IZ 582 de la compañía Arkia, notó en el Boeing 757 que pilotaba "una leve sacudida". "Aún estábamos a poca altitud, y al principio pensé que un pájaro había golpeado el aparato. Poco después vi dos columnas de humo a mi izquierda", explicó a su llegada.

Las explicaciones

Los dos misiles no habían alcanzado su objetivo, pero varios pasajeros también vieron las columnas de humo. Cuando llevaban unas dos horas de vuelo, el capitán informó de lo sucedido a los 160 pasajeros. "Hubo momentos de pánico, sobre todo entre algunos pasajeros que tenían familiares en Mombasa, pero pronto se recuperó la calma", explicó un pasajero.

Un avión militar escoltó en la parte final del trayecto al Boeing, que cubre desde hace seis años la ruta Mombasa-Tel-Aviv, el mismo día a la misma hora. Los pasajeros se encontraron a su llegada poco después del mediodía un aeropuerto lleno de familiares y periodistas.

Rosa en mano --cortesía de la compañía aérea-- los pasajeros lloraron en brazos de sus familiares. Al final, todos cantaron juntos.