El agua desdichada
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EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Poesía dedicada al Universo-Ecología-Naturaleza
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El agua desdichada
Efraín Bartolomé
El agua desdichada
Todo quiere ser agua
Quiere licuarse la montaña entera
Las atalayas hunden en el río sus leves pies calcáreos
Quemados por la boca espumeante del calor los
cactos arden
amando ya su polvo su ceniza que un día
descenderá sobre las aguas
Se quieren agua el lirio y la sombra y la piedra
y el amarillo ardiendo
Ya la montaña lenta se desliza
como una vena verde
por la lenta cascada.
*
Aun las cumbres más altas
miran el agua
y tiemblan.
*
Sobre masas inmensas de lúcido cristal
(como entre nubes como entre verdes corceles coloidales
como en la densidad caliente de la sangre)
En la piedra en la arena en los arbustos cansados de la orilla
En los troncos: muñones colosales que se salen del agua
para mirar en ella su derrumbada gloria
En las garzas que brotan con un blanco estallido
y que salen volando como un puño de grano
de la mano invisible de Dios
En el cristal suavísimo
En el cristal alado de las aguas
cae mi voz
apagándose
con el crujido de una brasa.
*
Agua descomunal
de pronto herida
por una breve mariposa roja:
una roja palabra
una sola palabra incandescente
en la garganta sin fin
de la montaña.
*
Vengan al agua sordos mendigos parturientas con sed
sobrevivientes asfixiándose bajo el derrumbe
marinos acosados por la sal
náufragos condenados a muerte tigres
Vengan al agua remeros de tristísimos lagos de ciudad
Al agua todos los territorios ocres
Al agua la palabra desierto:
que se hunda como una piedra que arde
Vean por un instante el humillo de su despedida:
oigan su crepitar de brasa que se ahoga
Vengan al agua niños durmiendo en los zaguanes
en los sótanos de la inmundicia en los basureros
Al agua policías que dirigen el tránsito del mediodía
Al agua ciegos
Al agua hombres avaros
Al agua fabricantes del hierro enrojecido
Al agua hombres en armas y oradores de boca reseca
Al agua niños que se mueren de fiebre en larguísimas
tardes taciturnas
Al agua enfermos de los hospitales Al agua desahuciados
Al agua todos los sueños de la fiebre
Al agua
Al agua
Al agua.
*
Eso fue todo
Más allá ya no importa
Más allá
el río ya no es nuestro
Más allá es el dominio del agua desdichada
Mis allá
nuestro río desciende
hasta el progreso.
El agua desdichada
Todo quiere ser agua
Quiere licuarse la montaña entera
Las atalayas hunden en el río sus leves pies calcáreos
Quemados por la boca espumeante del calor los
cactos arden
amando ya su polvo su ceniza que un día
descenderá sobre las aguas
Se quieren agua el lirio y la sombra y la piedra
y el amarillo ardiendo
Ya la montaña lenta se desliza
como una vena verde
por la lenta cascada.
*
Aun las cumbres más altas
miran el agua
y tiemblan.
*
Sobre masas inmensas de lúcido cristal
(como entre nubes como entre verdes corceles coloidales
como en la densidad caliente de la sangre)
En la piedra en la arena en los arbustos cansados de la orilla
En los troncos: muñones colosales que se salen del agua
para mirar en ella su derrumbada gloria
En las garzas que brotan con un blanco estallido
y que salen volando como un puño de grano
de la mano invisible de Dios
En el cristal suavísimo
En el cristal alado de las aguas
cae mi voz
apagándose
con el crujido de una brasa.
*
Agua descomunal
de pronto herida
por una breve mariposa roja:
una roja palabra
una sola palabra incandescente
en la garganta sin fin
de la montaña.
*
Vengan al agua sordos mendigos parturientas con sed
sobrevivientes asfixiándose bajo el derrumbe
marinos acosados por la sal
náufragos condenados a muerte tigres
Vengan al agua remeros de tristísimos lagos de ciudad
Al agua todos los territorios ocres
Al agua la palabra desierto:
que se hunda como una piedra que arde
Vean por un instante el humillo de su despedida:
oigan su crepitar de brasa que se ahoga
Vengan al agua niños durmiendo en los zaguanes
en los sótanos de la inmundicia en los basureros
Al agua policías que dirigen el tránsito del mediodía
Al agua ciegos
Al agua hombres avaros
Al agua fabricantes del hierro enrojecido
Al agua hombres en armas y oradores de boca reseca
Al agua niños que se mueren de fiebre en larguísimas
tardes taciturnas
Al agua enfermos de los hospitales Al agua desahuciados
Al agua todos los sueños de la fiebre
Al agua
Al agua
Al agua.
*
Eso fue todo
Más allá ya no importa
Más allá
el río ya no es nuestro
Más allá es el dominio del agua desdichada
Mis allá
nuestro río desciende
hasta el progreso.
MISTERIOSA- Cantidad de envíos : 753
Puntos : 41255
Fecha de inscripción : 04/02/2014
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