Los pacientes huérfanos
2 participantes
Los pacientes huérfanos
Los pacientes huérfanos
Marisa se ha despertado hoy, como cada lunes desde hace 44 años, a las siete de la mañana. No ha sonado su despertador. Hoy no. Y eso que decenas de personas le esperaban en su consulta, en la sala de espera de la misma planta del mismo hospital donde empezó a trabajar en 1969 y donde hace una semana la cesaron con una fría y rutinaria comunicación en el departamento de Personal.
Es una de los 700 médicos mayores de 68 años que la Comunidad de Madrid ha decidido jubilar forzosamente después de haber suscrito con todos ellos una prórroga para que siguiesen en sus puestos hasta cumplir los 70. No hay dinero.
Hace sólo una semana, horas antes de comenzar el puente, los llamaron para comunicarles que estaban cesados, que tenían 14 días de vacaciones y que no tenían que volver a aparecer por su puesto de trabajo. Lo hizo una administrativa. “Firme aquí”. Adiós a 44 años de atención a decenas de miles de pacientes.
Durante los próximos tres meses, cientos de enfermos seguirán acudiendo a la misma consulta esperando a su doctora. Alguien les explicará que ya no volverá. ¿Quién? Nadie lo sabe. Nadie ha sabido explicar cómo se atenderá el trabajo de un servicio, como el de Marisa, en el que más de la mitad de los médicos han sido cesados de la noche a la mañana sin que exista una planificación de futuro. A ella, la misma consejería que la cesó hace sólo siete días, le había concedido una beca de investigación hace dos meses. A nadie se ocurrió preguntarle cuántos años tenía.
¿Qué clase de servicio vamos a ofrecer con menos de la mitad de médicos?, se lamentaba su jefe en una conversación telefónica plagada de lágrimas. La ley sólo permite reponer una de cada diez plazas amortizadas. ¿Qué sucederá con los pacientes de los otros nueve médicos cuya plaza no cubrirá nadie?
Marisa no se ha puesto los zapatos, sino las zapatillas de andar por casa. En la cocina, ha desayunado como cualquier otra mañana y ha empezado a pensar en ella, en cómo ocupar sus días. Desde hoy no pensará en los pacientes ahora huérfanos que su baja deja en el hospital.
Luis Izquierdo
Marisa se ha despertado hoy, como cada lunes desde hace 44 años, a las siete de la mañana. No ha sonado su despertador. Hoy no. Y eso que decenas de personas le esperaban en su consulta, en la sala de espera de la misma planta del mismo hospital donde empezó a trabajar en 1969 y donde hace una semana la cesaron con una fría y rutinaria comunicación en el departamento de Personal.
Es una de los 700 médicos mayores de 68 años que la Comunidad de Madrid ha decidido jubilar forzosamente después de haber suscrito con todos ellos una prórroga para que siguiesen en sus puestos hasta cumplir los 70. No hay dinero.
Hace sólo una semana, horas antes de comenzar el puente, los llamaron para comunicarles que estaban cesados, que tenían 14 días de vacaciones y que no tenían que volver a aparecer por su puesto de trabajo. Lo hizo una administrativa. “Firme aquí”. Adiós a 44 años de atención a decenas de miles de pacientes.
Durante los próximos tres meses, cientos de enfermos seguirán acudiendo a la misma consulta esperando a su doctora. Alguien les explicará que ya no volverá. ¿Quién? Nadie lo sabe. Nadie ha sabido explicar cómo se atenderá el trabajo de un servicio, como el de Marisa, en el que más de la mitad de los médicos han sido cesados de la noche a la mañana sin que exista una planificación de futuro. A ella, la misma consejería que la cesó hace sólo siete días, le había concedido una beca de investigación hace dos meses. A nadie se ocurrió preguntarle cuántos años tenía.
¿Qué clase de servicio vamos a ofrecer con menos de la mitad de médicos?, se lamentaba su jefe en una conversación telefónica plagada de lágrimas. La ley sólo permite reponer una de cada diez plazas amortizadas. ¿Qué sucederá con los pacientes de los otros nueve médicos cuya plaza no cubrirá nadie?
Marisa no se ha puesto los zapatos, sino las zapatillas de andar por casa. En la cocina, ha desayunado como cualquier otra mañana y ha empezado a pensar en ella, en cómo ocupar sus días. Desde hoy no pensará en los pacientes ahora huérfanos que su baja deja en el hospital.
Luis Izquierdo
Estrella- Cantidad de envíos : 2057
Puntos : 47950
Fecha de inscripción : 19/07/2013
Estrella- Cantidad de envíos : 2057
Puntos : 47950
Fecha de inscripción : 19/07/2013
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.