PERLAS EN LA ARENA. Poema de Ricardo Felipe
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PERLAS EN LA ARENA. Poema de Ricardo Felipe
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PERLAS EN LA ARENA
Él se volvió sus ojos, guiándole repentinamente por un sendero opuesto,
como si conociera de antemano, qué se escondía al otro lado del horizonte,
tuvo mucha precaución en llevar también todos sus versos y sus anhelos,
en el equipaje que recopiló entre su ausencia,
porque al menos quedaba eso, convenciéndole que no todo estaba vacío.
Fueron largas las noches desde donde se escondía para escribirle cartas importantes,
conociendo desde el fondo que el amor sigue una ruta en desmedida,
hubo fuerzas, anhelos, ahíncos y promesas insistentes,
y una unidad fortaleciéndose por todo el corazón.
Él fue guiándole paso a paso,
con una mano en su hombro y otra señalándole futuro,
dibujándole esperanza ahí donde ella quedó en blanco, cerca del muelle,
donde se conjugan palabras con un poco de mar,
tuvo prisa en dedicarle un velero,
y un borrador para olvidar los malos momentos.
No hay mucho por expresar tan sólo que ella se volvió su vida y una promesa de amor gritando en cofradía,
llenándolo de besos y resumiendo su persistencia en un: Para Siempre,
hubo júbilo en sus labios y también por todos lados,
porque unidos encontraron el camino de lo posible al otro lado del lago,
donde brillan las perlas en la arena…
Ricardo Felipe
Un soñador sin mucha estirpecomo si conociera de antemano, qué se escondía al otro lado del horizonte,
tuvo mucha precaución en llevar también todos sus versos y sus anhelos,
en el equipaje que recopiló entre su ausencia,
porque al menos quedaba eso, convenciéndole que no todo estaba vacío.
Fueron largas las noches desde donde se escondía para escribirle cartas importantes,
conociendo desde el fondo que el amor sigue una ruta en desmedida,
hubo fuerzas, anhelos, ahíncos y promesas insistentes,
y una unidad fortaleciéndose por todo el corazón.
Él fue guiándole paso a paso,
con una mano en su hombro y otra señalándole futuro,
dibujándole esperanza ahí donde ella quedó en blanco, cerca del muelle,
donde se conjugan palabras con un poco de mar,
tuvo prisa en dedicarle un velero,
y un borrador para olvidar los malos momentos.
No hay mucho por expresar tan sólo que ella se volvió su vida y una promesa de amor gritando en cofradía,
llenándolo de besos y resumiendo su persistencia en un: Para Siempre,
hubo júbilo en sus labios y también por todos lados,
porque unidos encontraron el camino de lo posible al otro lado del lago,
donde brillan las perlas en la arena…
Ricardo Felipe
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